La delegación africana está encabezada por el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa y funcionarios de Zambia, Senegal, Uganda, Egipto, República Democrática de Congo y de las Islas Comoras.
KIEV — El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, llegó a Ucrania este viernes como parte de una delegación de líderes y altos funcionarios africanos que buscan vías para poner fin a la guerra entre Kiev y Moscú.
La oficina de prensa de Ramaphosa explicó que fue recibido por un enviado especial ucraniano y por el embajador de Sudáfrica en una estación de trenes cerca de Bucha, el suburbio de Kiev donde la retirada de las tropas rusas la primavera pasada dejó cadáveres de civiles esparcidos por las calles.
La visita a Bucha tiene un significado simbólico ya que su nombre representa la barbarie del ejército de Moscú desde el inicio de su invasión en febrero de 2022. La brutal ocupación rusa de la localidad dejó cientos de civiles muertos tanto en las calles como en fosas comunes.
La delegación africana incluye también a altos funcionarios de Zambia, Senegal, Uganda, Egipto, República Democrática de Congo y de las Islas Comoras.
Ramaphosa dijo el mes pasado que tanto el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, como su homólogo ruso, Vladímir Putin, habían aceptado reunirse por separado con la delegación.
Está previsto que el grupo viaje más tarde este viernes a San Petersburgo, donde se celebra el foro económico internacional más importante de Rusia, y se reúna con Putin el sábado.
Los funcionarios que ayudaron a preparar los encuentros dijeron que los líderes africanos no solo pretenden iniciar un proceso de paz, sino también evaluar cómo se puede pagar a Rusia, que está bajo fuertes sanciones internacionales, por las exportaciones de fertilizantes que África necesita de forma desesperada.
También abordarán cómo garantizar más envíos de granos desde Ucrania en plena guerra y la posibilidad de más intercambios de prisioneros.
La propuesta de paz africana coincide con el inicio de la contraofensiva Ucraniana para expulsar a las fuerzas del Kremlin de los territorios ocupados, empleando armamento avanzado proporcionado por Occidente para realizar ataques a lo largo de los 1.000 kilómetros (600 millas) del frente.
Los analistas y oficiales militares occidentales han advertido que la campaña podría ser larga.
China también ha estado trabajando en una propuesta de paz, pero parece tener pocas posibilidades de éxito ya que ninguno de los bandos parece estar cerca del alto el fuego.
Las tropas de Kiev lograron éxitos en tres tramos de la línea del frente en el sur y el este, dijo el vocero del Estado Mayor ucraniano este viernes.
Según Andriy Kovalev, sus tropas avanzaron hacia la ciudad sureña de Orikhiv, en la provincia de Zaporiyia, en dirección a la localidad de Robotyne, además de en las inmediaciones de Levadne y Staromaiorske, en la frontera entre las regiones de Zaporiyia y Donetsk, más al este.
Las fuerzas ucranianas también avanzaron en algunas zonas alrededor de Vuhledar, una población minera en Donetsk que fue escenario de una de las mayores batallas de tanques de la guerra, apuntó Kovalev.
No fue posible verificar esos reportes de forma independiente.
Los bombardeos rusos de las últimas horas se cobraron la vida de dos civiles e hirieron a otros dos en la provincia de Jersón, en el sur de Ucrania, dijo su gobernador, Oleksandr Prokudin.
Según Prokudin, las tropas del Kremlin lanzaron en la víspera 54 ataques con morteros, artillería, lanzacohetes múltiples, drones, misiles y aviación en toda la provincia.
Otras 10 personas resultaron heridas en ese tiempo en Donetsk, indicó su gobernador, Pavlo Kyrylenko.