El preso político Loreto Hernández García se encuentra en huelga de hambre desde el domingo, en la cárcel de Guamajal, ubicada en la provincia Villa Clara.
Su hermano, el expreso político Jorge Luis García "Antúnez", exiliado en Miami, dijo a Martí Noticias que se trata de una "triste y preocupante" noticia.
"Se encuentra el huelga de hambre desde el domingo último (3 de marzo de 2024) porque la policía política dentro de la prisión Guamajal/Hombres, donde se encuentra, le están negando su asistencia médica y sus medicamentos", declaró el opositor.
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Hernández García y su esposa, la activista Donaida Pérez Paseiro, integrantes de la "Asociación Yorubas Libres de Cuba", fueron sentenciados a 7 y 8 años de cárcel, respectivamente, por manifestarse en Placetas, Villa Clara, durante las protestas que tuvieron lugar en Cuba, el 11 de julio de 2021. Ambos fueron condenados por desorden público, desacato, agresión y resistencia.
El gobierno de Estados Unidos ha denunciado que Hernández García está encarcelado por su identidad religiosa, actividad religiosa y papel de liderazgo religioso.
Familiares e instituciones han denunciado que el preso político, reconocido como Prisionero de Conciencia por Amnistía Internacional, padece de asma, diabetes, hipertensión y problemas cardíacos.
En enero de este año cinco relatores de Naciones Unidas expresaron su “profunda preocupación” por el destino de los miembros de la Asociación Yorubas Libres de Cuba. En el informe mencionan “el presunto patrón sistemático de hostigamiento, en contra de miembros de grupos religiosos independientes, incluyendo la detención arbitraria y encarcelamiento de líderes y miembros de diversas de estas organizaciones”, entre los que destacan a Hernández García, Donaida Pérez Paseiro, Mitzael Díaz Paseiro y las hermanas Lisdiany y Lisdany Rodríguez Isaac.
El Centro de Documentación de Prisiones en Cuba ha denunciado que en las cárceles de la isla "como norma, se evidencia la escasez casi total de medicamentos, negativas a que los familiares puedan suplir estas carencias en los casos de los presos políticos, así como indolencia de los guardias ante situaciones de salud delicadas y la negación de asistencia médica como forma de tortura".