El opositor matancero Félix Navarro Rodríguez, coordinador del Movimiento por la Democracia Pedro Luis Boitel, fue uno de los líderes políticos alcanzados por la represión del estallido social de julio de 2021, luego de que el presidente Miguel Díaz-Canel diera su orden de combate en Televisión Nacional.
A diferencia del santiaguero José Daniel Ferrer García y el habanero Luis Manuel Otero Alcántara, que fueron detenidos cuando se disponían a sumarse a las protestas el mismo 11 de julio, Navarro fue detenido al día siguiente, junto a su hija Sayli Navarro Álvarez, integrante de Damas de Blanco, en una estación policial del municipio de Perico, en Matanzas, donde residen ambos.
Lee también Dos víctimas de la Primavera Negra de Cuba, otra vez en prisión: Félix Navarro y José Daniel FerrerPadre e hija lograron manifestarse el 11 de julio. A pesar de que enfrentaron asedio de la Seguridad del Estado y de la Policía Nacional Revolucionaria desde el momento en que salieron de su vivienda, porque estaban bajo vigilancia, ambos recibieron ayuda de otras personas y se abrieron paso hasta el Parque Martí, donde se había concentrado la manifestación.
Su arresto ocurrió en la mañana del 12 de julio, cuando acudieron a la estación policial para averiguar acerca del paradero de cuatro miembros del Movimiento por la Democracia Pedro Luis Boitel, residentes en distintos municipios de la provincia, que no habían vuelto a su casa el día anterior.
En una entrevista con Diario de Cuba en agosto de 2021, la propia Sayli Navarro contó que fue ahí que los detuvieron de manera violenta. “A mí me inmovilizaron entre varias mujeres agarrándome por el cuello. A mi papá se lo llevaron a empujones. Una hora después vi que sacaban a mi papá esposado del calabozo entre tres policías”, contó.
Lee también “La orden de dejar morir a mi padre está dada”, teme hija del preso político Félix NavarroLos acusaron de los delitos de atentado y desorden público. Ella quedó en reclusión domiciliaria y él fue a parar directamente a la cárcel. La fiscalía les pidió entonces 15 y 11 años de privación de libertad, respectivamente, y en enero de 2022 fueron juzgados. Sayli fue sentenciada a pasar ocho años tras las rejas y, su padre, nueve.
Actualmente, ambos se encuentran en centros penitenciarios de Matanzas. El padre, en Agüica, y la hija, en La Bellotex.
Sonia Álvarez Campillo, esposa de Félix y madre de Sayli, también miembro de Damas de Blanco, declaró a Martí Noticias que en los dos centros penitenciarios las condiciones de vida son precarias y los malos tratos hacia ellos, frecuentes.
Félix, de 70 años, diabético, comparte celda con otros 33 prisioneros, que sólo cuentan con cuatro tanques con agua para bañarse y un mismo “hueco en el piso para hacer las necesidades”.
“Así viven los 34 presos, sin luz en el cubículo. La comida es pésima, que ni los puercos, si se la echan, se la comen”, contó Álvarez. Además, viven expuestos a una filtración que les obliga a colocar “pomos y náilones” para evitar que les caigan encima aguas albañales.
En La Bellotex, la suerte de su hija, de 37 años, no es mucho mejor. “La semana pasada se rompió la turbina y tuvieron que cargar agua hasta la tercera planta”.
“Sayli también estuvo como cuatro o cinco días sin ir al comedor, porque lo que estaban dando era unos medallones asados de harina de trigo, que no había quien se los comiera”, explicó.
Para Sonia Álvarez, la vida tampoco resulta sencilla. Se encuentra en libertad, hasta donde es posible estar en libertad en un régimen autoritario como el cubano, pero constantemente enfrenta detenciones por su activismo a favor de la liberación de los más de mil presos políticos que hay en el país.
“Yo soy arrestada todos los domingos cuando salgo de mi casa para dirigirme a la iglesia. Me arrestan, me llevan para la policía del pueblo de Perico, me ponen una multa de 150 pesos, y en ocasiones me han levantado actas de advertencia”, dijo.
Lee también Damas de Blanco enfrentan domingo represivo número 32 (VIDEO)En una de esas actas de advertencia, un oficial habría escrito que la causa era que ella iba a la iglesia a “hacer contrarrevolución”. Pero Sonia Álvarez se negó a firmarla. “Y entonces me dijo que iban a ver qué determinación tomar conmigo, como queriendo decir que a mí también me podían llevar a prisión”, precisó.
Tener a dos familiares presos, en medio de la crisis económica que atraviesa la isla, ha supuesto un reto para la familia en todos los sentidos. “En estos momentos una libra de arroz cuesta 200 pesos, una libra de frijoles cuesta 220 pesos, un carro para que te lleve a las prisiones cuesta hasta 12 mil pesos”, explicó.
Si ha podido asistir a su esposo y a su hija ha sido, sobre todo, gracias a la solidaridad de otros cubanos, dentro y fuera de Cuba. “Aquí mismo en el pueblito donde vivimos muchas amistades se quitan sus cositas y vienen y me dicen: ‘mira, coge esto para que le eches en la jabita a Sayli, coge aquello para que le lleves en la jabita para Félix’.
“Y así vamos pasando esta miseria que tenemos, que la tienen todos los familiares de los presos, y las personas que se enferman, pero bueno, así vamos saliendo”, dijo.
No es una experiencia nueva para Sonia Álvarez. Félix Navarro fue una de las víctimas de la Primavera Negra: la oleada represiva que desató el dictador Fidel Castro en 2003 contra 75 activistas y periodistas independientes, que fueron procesados en juicios sumarios y castigados hasta con más de 20 años de cárcel.
Navarro enfrentó entonces ocho años de privación de libertad. Fue excarcelado, junto con los otros 74, como resultado de una serie de negociaciones entre los gobiernos de Cuba y España y la iglesia católica, que facilitó el exilio con familiares en España de todos esos prisioneros de conciencia. Pero Navarro fue de los pocos que se rehusó a abandonar Cuba y decidió continuar con su activismo desde Perico.
Lee también Félix Navarro denuncia deficiente atención médica en prisión de AgüicaIncluso ahora, desde la prisión, el líder opositor realiza denuncias sobre las violaciones de derechos humanos que presencia. El pasado 24 de junio, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos publicó un audio de Navarro en el que contaba acerca un recluso que llevaba varios meses sin recibir la atención médica que necesitaba.
“Tal parece que la potencia médica cubana quiere, está esperando que se nos muera Roberto Pinto Pérez. Espero que el mundo haga eco de esto y se resuelva la situación de salud de este cubano, que es un preso común, pero es un cubano, es un ser humano, que necesita atención médica”, dijo.