"Lo que sueñan las piedras", de Ulises Fidalgo Prieto

Ulises Fidalgo Prieto. (Foto: Facebook)

Creo que alguien escribió una vez que un primer libro es como un primer chapuzón en un vasto y…. ¿'Ancho mar de los zargazos’? Cito el título de esa gran novela de mi querida Jean Rhys, no lo hago por gusto.

Ulises Fidalgo Prieto recién ha publicado esta antología de relatos que he leído como una obra de Jean Rhys, o como esa prosa lírica de Jorge Luis Borges. Fidalgo Prieto estudió Física en Cuba, Matemática en Madrid y ejerce como profesor en Estados Unidos. Pudiéramos afirmar que es uno de esos valiosos destellos dentro del exilio cubano, un verso extraviado o una ecuación en levitación.

Captura de portada de "Lo que sueñan las piedras", de Ulises Fidalgo Prieto. (Diseño de Zoé Lewandowski, con pintura de Clara Joris)

El autor nació en 1971, en La Habana, graduado de Física en 1996, ese mismo año escapó hacia Madrid. Allí conoció a varios escritores cubanos del exilio, los que, según él, influyeron en su formación intelectual. Recibió el Doctorado de Matemáticas en el 2004 por la Universidad Carlos III de Madrid. Ha enseñado Matemáticas en diversas universidades europeas y norteamericanas. Con frecuencia publica artículos de investigación en revistas científicas y de matemáticas. Sus textos literarios han aparecido en la revista de la Fundación Hispano Cubana y en ZoePost.com, lo que nos honra.

La presentación de contracubierta de esta edición que pueden adquirir por Amazon y otras plataformas digitales, reza lo siguiente:

“‘Lo que sueñan las piedras’ es la definición que ofreció Aristóteles para definir la Nada. Resulta curioso que la Nada tenga mejor acogida en el reino de las palabras que el mismo Ser. El escritor Guillermo Cabrera Infante decía respecto a cierto filósofo, que tenía un ojo mirando al Ser y el otro hacia la Nada (se refería al francés Jean-Paul Sartre). Tanta bizquera provoca náuseas. Esta colección, aunque también es producto de otro mareo de singladura descontrolada, intenta mitigar ese abismo ahí afuera. A veces es el eco en el desfiladero, en otras es cercano e íntimo como el vacío en la noche…”.

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Lo que sueñan las piedras Autor Ulises Fidalgo Prieto

Una colección de relatos sería ese puñado de sueños que engendraron aquellas piedras recogidas y también recorridas sin rumbo fijo, pero con pisada firme, lanzadas al azar sobre el tablero de la vida, permitiendo que Mallarmé, tan oportuno cuando le da la gana, se aproxime para dictarnos las circunferencias en el espejo que nos duplica a los escritores. Pues, como diría aquel tipo de la esquina de Empedrado con Villegas: “Flaca (entonces lo era y me gritaban por ahí: ¡Pestillo, métele al chícharo!), una novela es cualquier cantidad de cosas…”.

Me imaginaba que sí, que “una novela es cualquier cantidad de cosas”, subía a aquella mansarde de la calle Mercaderes número dos, y en lugar de meterle a los chícharos, más bien arremetía en la misma lectura (por costura) de aquellas novelas que me dejaron más arrebatá de lo que ya yo andaba.

Con ese mismo espíritu de arrebatada que a veces debo invocar de rodillas y con las manos juntas, como una fiel hija de Deméter -ay, Álvaro Mutis, cuánto te extraño- inicié la lectura de esta primera novela, o primera antología de cuentos, como el autor decida, creo que es tronca de novela, de Ulises Fidalgo Prieto.

No pude abandonar las páginas del libro hasta que llegué a la última frase. Desde entonces lo he releído tres veces. No hay nada que me guste más que descubrir a un autor, y creerme que soy la primera en leer su iniciática producción, que soy la elegida para amamantar su criatura. No ha sido así, desde luego, pero me lo he creído.

Ulises pertenece a esa estirpe de escritores que no creen que lo son. Por cierto, de los que más me gustan y a los que más leo. También yo, humildemente, soy de esos que nunca se cree cosas, no espera nada de la Nada, aunque en el fondo, sí, y por eso sigo. Ulises continuará la aventura, porque esos lectores que llevan en el rostro la marca de la espera de Penélope, seguirán a la expectativa.