Este es el IV artículo que hacemos referente a las Ligas Negras de béisbol de Estados Unidos y de su interacción con el béisbol de Cuba. Hasta ahora los tres artículos que hicimos trataban los temas de los jugadores de las Ligas Negras de EEUU en el Salón de la Fama; de la actuación de los jugadores estadounidenses de la raza negra en nuestro país y de la actuación de los nuestros, los jugadores cubanos, en las Ligas Negras de EE UU.
En el primero de esos artículos anunciamos la creación de dos boletas de elección, una con 30 nombres y otra con 9 con vistas a la posible elección de nuevos miembros del Salón de la Fama del béisbol vía las Ligas Negras.
La citada elección tuvo lugar en Tampa, Florida, durante el fin de semana del 26 de febrero de 2006 y sus resultados fueron anunciados el lunes 27 del mismo mes.
Como reseñamos en aquellos artículos, en la boleta con 30 nombres, que correspondía a jugadores y ejecutivos que se desempeñaron durante el período de las Ligas Negras organizadas, es decir, después que se creó la institución en 1920, figuraban 4 cubanos. Esos cubanos eran Orestes Miñoso, Alejandro Oms, Alejandro Pompez y Cristóbal Torriente.
En la otra boleta, la que tenía 9 nombres y que correspondía a jugadores y ejecutivos cuya carrera transcurrió, mayor o totalmente, antes de 1920, teníamos a un cubano, José de la Caridad Méndez.
Bien, como ya todo el mundo sabe, la elección tuvo lugar y a 3 de nuestros 5 compatriotas los eligieron para entrar en el templo de los inmortales. Además, eligieron a 14 personas más, entre jugadores, dirigentes y ejecutivos, para un total de 17, lo que hace de esta elección, la más numerosa de la historia.
El Comité de elecciones eligió a Cristóbal Torriente y Alejandro Pompez de la boleta de 30 nombres y al inmenso José de la Caridad Méndez de la de 9 nombres.
Vamos a hacer varios artículos sobre este tema y dedicaremos un trabajo a cada uno de nuestros compatriotas que resultaron electos, pero hoy vamos a hablar de la elección en si y, brevemente, de los 17 elevados al Templo de Cooperstown.
Como informamos en artículos anteriores, este proceso de emisión de votos comenzó 6 años antes de la elección, cuando la organización de Grandes Ligas aportó $250,000 para financiar un estudio sobre las estadísticas y récords de los juegos de los equipos formados por jugadores de la raza negra que actuaron antes y después de la formación de las Ligas Negras oficiales, en 1920.
Se compiló una lista de 94 jugadores, dirigentes y ejecutivos y de esa lista salieron las 2 boletas de 30 y 9 individuos, respectivamente. Un comité de 12 personas realizó la elección en Tampa y cada individuo que recibió nueve o más votos fue electo al Salón de la Fama.
Veremos quienes fueron los 17 nuevos inquilinos de Cooperstown que entraron por medio de esa elección.
De la boleta de 30 nombres procedentes de las Ligas Negras fueron elegidos 7 jugadores y 4 ejecutivos.
Hay que destacar que los 7 jugadores escogidos en esta boleta, todos jugaron en Cuba. Los 7 jugadores son:
Ray Brown. Fue un gran lanzador de los Homestead Grays cuando ese equipo ganó el campeonato de la Liga Nacional Negra 8 veces, entre 1937 y 1945. Está entre los líderes de los lanzadores de las Ligas Negras en victorias.
En Cuba, lo conocíamos como Raymond Brown o mejor como El Jabao Brown. Jugó por 5 años en la isla. Tres temporadas con el Santa Clara, de 1936 a 1939. En la temporada de 1945-46 con el Almendares y el Marianao y la campaña de 1947-48 la hizo en Santiago de Cuba, jugando independiente. En Cuba ganó 46 juegos y perdió 20.
Willard Brown. Se le apodaba Jonrón Brown. Fue jardinero con los Monarchs de Kansas City, el equipo que dirigiera José Méndez. Participó en 8 Juegos de Estrellas entre el Este y el Oeste de las Ligas Negras. Varias veces lideró la Liga Negra Americana en jonrones y promedio al bate.
Jugó muchos años en Puerto Rico y está en su Salón de la Fama. Jugó en Cuba en la temporada de 1937-38 y los cubanos lo apodaban "Ese Hombre".
Andy Cooper. Lanzador zurdo. Un maestro en los cambios de velocidad. Está entre los 10 primeros de la historia de las Ligas Negras en victorias, ponchados y lechadas.
Jugó en Cuba durante 4 años, 3 en la Liga Cubana y uno de béisbol independiente. Jugó en la temporada de 1923-24 con El Habana; en la de 1924-25 con El Habana y El Almendares, y en la de 1928-29 con El Almendares y Cienfuegos.
Biz Mackey. Un receptor con un promedio al bate de por vida sobre .300. Está entre los primeros en número total de bases y carreras impulsadas. Participó en 5 Juegos de Estrellas.
En Cuba jugó con El Almendares en la campaña de 1924 al 25 y bateó ese año para .309.
George Suttles. Le decían Mule Suttles. Jugaba la 1ra base y los jardines y fue uno de los más grandes jonroneros en las Ligas Negras. Los fanáticos le gritaban “patea mulo” cuando venía la bate y él muchas veces les complacía. Jugó en 5 Juegos de Estrellas. Después fue manager de las Águilas de Newark en 1943.
Estuvo por 3 temporadas en Cuba. En la de 1928-29, con el Cienfuegos; la de 1929-30, con el Santa Clara y la de 1939-40 de nuevo con el Cienfuegos.
Cristóbal Torriente. Sobre el gran Torriente haremos un artículo en el futuro con su historia detallada. En las Ligas Negras tuvo un promedio al bate de por vida de .330. Fue escogido por la selección del periódico Pittsburg Currier como el mejor jardinero derecho de los primeros 50 años del béisbol negro de EE UU. Más tarde fue seleccionado para la misma posición de todas las épocas.
Torriente entró en el Salón de la Fama del Béisbol Cubano en su primera edición, en 1939.
Ernest Wilson. Le decían Jud. Tuvo un promedio de bateo, en las Ligas Negras de .340 de por vida. Está entre los primeros 10 en promedio, jonrones, carreras impulsadas y hits. Jugó hasta los 51 años.
En Cuba jugó 6 temporadas y fue inmensamente popular. Nuestros oyentes mayores de edad pueden recordar sus hazañas o, por lo menos, su fama. En Cuba no le decíamos Jud, sino, Jorocón, Jorocón Wilson.
Y Jorocón jugó siempre con El Habana, en las temporadas de 1925 al 30, y la de 1935-36. Tuvo un promedio de por vida en Cuba de .372 y fue 2 veces champion bate.
Los 4 ejecutivos de la boleta de las Ligas Negras son:
Effa Manley. La primera mujer de la historia que es electa al Salón de la Fama. Fue co propietaria, junto con su esposo Abe y, gerente, del club de las Águilas de Newark, equipo que siempre estaba cerca del liderato y que ganó la Serie Mundial de Ligas Negras de 1946. No solo fue una gran ejecutiva sino, también, una gran defensora de los derechos civiles de las personas de raza negra.
Alejandro Pompez. De Pompez, al igual que de Torriente y de Méndez, haremos artículos detallados aparte de éste. Pompez fue un cubano que vivió en Cayo Hueso y Tampa antes de trasladarse a New York y convertirse en uno de los hombres más ricos de Harlem.
Pompez fue dueño de los Cuban Stars y más tarde de los New York Cubans, con quienes ganó la Serie Mundial de Ligas Negras en 1947.
Fue vicepresidente de la Liga Negra Nacional y miembro del Comité del Salón de la Fama que eligió los primeros peloteros de las Ligas Negras al Salón, como es el caso de Satchel Paige y de Josh Gibson.
Cumberland Posey. Fue el dueño de los Homestead Grays, uno de los equipos más dominantes de las Ligas Negras. De los 18 peloteros que ya están en el Salón, 11 de ellos, en algún momento de sus carreras, jugaron para los Grays. Posey fue también secretario de la organización de las Ligas Negras por mucho tiempo.
J. L. Wilkinson. Dueño de los Kansas City Monarchs, que ganaron 17 campeonatos y 2 Series Mundiales.
Wilkinson era el único propietario de equipo, perteneciente a la raza blanca cuando se organizó la Negro Nacional League, o Liga Negra Nacional en 1920.
De la boleta con 9 nombres, llamada de Pre Negro League o Pre Ligas Negras fueron elegidos 5 jugadores y un ejecutivo. Los Jugadores fueron:
Frank Grant. Fue un jugador de cuadro con equipos blancos de Ligas Menores desde 1886 hasta 1903 y después, con equipos negros, cuando la barrera racial le hizo imposible seguir jugando en equipos de jugadores blancos.
Jugó 14 temporadas con los Cuban Giants y los Cuban X-Giants, equipos que, a pesar de su nombre, no tenían nada que ver con Cuba.
Preston Hill. Conocido como Pete. Un gran jardinero, jugador dominante antes de la formación de las Ligas Negras. Jugó con los Cuban X-Giants. Nombrado como el 4º jardinero en la evaluación del Periódico Pittsburg Currier.
Jugó en Cuba por 6 temporadas. En 1907 con el Fe, desde 1908 hasta 1912 con El Habana y la campaña de 1915-16 con El San Francisco. Ganó el campeonato de bateo de 1911 con 365 de promedio.
José Méndez. A nuestros oyentes no hay que decirle quien era José de la Caridad Méndez, el Diamante Negro y de él, también haremos un artículo aparte.
Méndez fue la primera super estrella ibero americana en EE UU, como jugador y, más tarde, como mánager de los Kansas City Monarchs. El legendario mánager de los Gigantes, John McGraw lo describía como tomar a Walter Johnson y a Grover Cleveland Alexander y fundirlos en un solo lanzador.
Luis Santop. Gran receptor que bateó sobre .320 de por vida en las Ligas Negras de EE UU. Fue una de las primeras luminarias del béisbol negro de este país.
Jugó dos años en Cuba. En 1912 fue receptor del club Fe y regresó mas tarde, en la temporada de 1920-21 para jugar con el Bacharach Giants que compitió en Cuba en esa campaña.
Ben Taylor. Entró en el Templo de Cooperstown como mánager. Reconocido junto con Rube Foster como uno de los mejores mánagers de equipos de la raza negra.
Fue uno de los pioneros en llevar sus equipos a jugar pelota de invierno en Cuba.
Y el ejecutivo que fue electo por el comité entre las personas de las llamadas pre ligas Negras fue Solomon White, apodado el Rey Salomón.
Como jugador jugó todas las posiciones del cuadro. Bateó para 369 durante 5 temporadas en las ligas menores antes de que se pusiera la barrera racial y luego pasó a ser mánager de clubs independientes de jugadores de raza negra.
Su mayor contribución al béisbol vino por su libro titulado "Guía Oficial del Béisbol de Sol White", la primera historia de la pelota negra antes del 1900.
Esta elección especial ha disminuido, en cierto grado, la injusticia de tener fuera del Salón de la Fama a tantos representantes del béisbol de la raza negra que tenían más mérito que algunos que llevan años en Cooperstown.
Cualquier análisis responsable nos deja ver que, después de impuesta la barrera de color y, sobre todo después de 1920, hasta 1947, había dos ligas mayores, una blanca y una negra.
La selección de este comité especial, como todo lo humano, no ha sido perfecta. Los cubanos lamentamos que no hayan incluido en el grupo exaltado a Orestes Miñoso y a Alejandro Oms pero, en este momento, tenemos, entre narradores ejecutivos y jugadores, 6 nombres en el Salón de la Fama.
Martín Dihigo, Tany Pérez, Cristóbal Torriente y José de la Caridad Méndez como jugadores. Felo Ramírez como narrador y Alejandro Pompez como ejecutivo.