La historiadora y ensayista Alina Bárbara López Hernández fue expulsada de las filas de la oficialista Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) por causas que la intelectual calificó de “infamias”.
En una reunión a la que fue citada por el Comité provincial de la entidad, en Matanzas, la profesora e investigadora fue sometida a una especie de juicio, sin derecho a apelación, en la que le informaron los motivos por los que la privaban de su membresía.
Según relató López Hernández en Facebook, en un documento que tituló “Sanciones que honran”, los directivos alegaron para su separación que hubiera realizado actividades contra la revolución, que incluyen publicaciones en las redes sociales y medios de prensa contra la alta dirigencia del régimen.
“Yo soy una científica social, soy una ensayista de literatura histórico social. La naturaleza de mis escritos, por los cuales yo entré a la UNEAC, siempre fue crítica y vengo estudiando la historia del Partido Comunista desde antes de los años 40 del pasado siglo. Tengo ensayos premiados sobre esto, uno de mis libros fue Premio Nacional de investigación cultural”, indicó en conversación con Martí Noticias.
“Ahora ellos consideran que mi labor como articulista es algo que la organización no puede aceptar cuando nunca he usado ofensas gratuitas, cuando siempre he usado argumentos, cifras, como historiadora y como filósofa que soy, pero, sencillamente la UNEAC es una organización que sabemos el modo en que se dirige desde la instancia nacional”, sostuvo.
Lee también Académicos latinoamericanos instan a condenar represión política en Cuba tras hostigamiento a intelectualesLos directivos de la UNEAC recriminaron a la profesional por mostrar solidaridad con el “movimiento del 11 de julio”.
“Debí aclararles que el 11 de julio ocurrió en Cuba un estallido social, que no fue estructurado, ni organizado por ninguna instancia ni tuvo un liderazgo reconocible; fueron manifestaciones populares espontáneas y no un movimiento”, escribió López Hernández en su texto.
“Les dije que, efectivamente, he analizado en artículos las causas del estallido social y he solicitado la libertad de los presos políticos pues me parece injusto que cumplan altas penas de prisión personas que solo se manifestaron gritando consignas o grabando videos de lo ocurrido”, afirmó.
De igual modo, los dirigentes culturales acusan a la académica de incurrir en delitos graves previstos y sancionados por el Código Penal como Desobediencia y Atentado.
“Ambas imputaciones, una que llegó a condena por Desobediencia y otra que todavía está en fase de instrucción, son farsas judiciales que ni siquiera han sido a través de la Sala de Delitos contra la Seguridad del Estado, sino son delitos comunes que le fabrican a las personas incómodas para poder amenazarlas, coaccionarlas y evitar que sigan actuando de una manera que el gobierno considera inaceptable”, señaló.
Lee también Cientos de intelectuales denuncian intolerancia del régimen cubano“Por un lado, la Desobediencia en sí misma no es un delito grave, es un delito leve. La pena fue una multa y además no tengo antecedentes penales porque, precisamente, no era un delito grave, como ponen ahí en el documento infame de la UNEAC y, por otro lado, el Atentado es una acusación que está en fase de instrucción, ni siquiera se ha llevado a juicio. Por tanto, ante la ley, yo soy inocente y la UNEAC está desconociendo esos que son principios legales, al menos están recogidos en el Código Penal”, resaltó.
Otra acusaciones que hace la UNEAC a la académica es el haber hecho público el proceso disciplinario al que estaba sometida y ofender a un miembro de la organización gubernamental, así como violar, de manera grave, los estatutos y el reglamento de la UNEAC.
“Jamás intentaría apelar una decisión que parece dictada más por agentes de Seguridad del Estado que por escritores y artistas. Además, no se tomaron el trabajo de buscar asesoría jurídica profesional para, al menos, dar un cariz argumentado a las causas que esgrimen para aplicar tal medida”, apuntó López Hernández en su denuncia.
Los dirigentes de la UNEAC puntualizaron que López Hernández no puede criticar la infalibilidad del Partido Comunista de Cuba (PCC).
“No puedo criticar nada que venga del Partido porque la organización acepta, en sus reglamentos y en sus estatutos, el papel dirigente del partido”, comentó. “Yo ejerzo derechos constitucionalmente establecidos en el artículo 56 de la Ley de leyes: libertad de expresión y de manifestación pacífica”.
“Le recordé que el reglamento de la UNEAC no puede desconocer a la Constitución de la República”, recalcó.
Lee también PEN Internacional condena hostigamiento a intelectuales cubanasAlina Bárbara López Hernández lleva a cabo una protesta el día 18 de cada mes en el Parque de la Libertad de Matanzas, para demandar la elección democrática de una Asamblea Nacional para redactar una nueva Constitución, la libertad para los presos políticos "sin exilio obligatorio", el cese del hostigamiento a los ciudadanos que ejercen la libertad de expresión y "que el Estado no se desentienda de la crítica situación de ancianos, jubilados, pensionados y familias que están en pobreza".
Es secundada por otros activistas que se manifiestan o intentan hacerlo, el mismo día, en diferentes parques y plazas de las ciudades donde residen: la antropóloga Jeny Pantoja y el periodista y humorista Jorge Fernández Era, entre otros.
“Ellos [las autoridades cubanas] se prestaron a algo tan innoble como esta expulsión que yo considero al final una manera de honrarme. Yo ciertamente no voy a bajar la cabeza, no voy a aplaudir lo que no se puede aplaudir, voy a criticar, voy a ejercer mi derecho como ciudadana; derecho constitucionalmente establecido, por mucho que moleste”, subrayó la académica.
El Observatorio de Derechos Culturales (ODC) criticó la exclusión de la historiadora en una nota de prensa y catalogó el ataque contra la investigadora como una grave violación de los derechos culturales.
“Se suma a la honrosa lista de censurados por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba - UNEAC, organización que opera como brazo represivo de la Seguridad del Estado contra los intelectuales cubanos”, afirma la organización independiente.
“La obra de Alina lleva implícito su compromiso con Cuba y con el tiempo en que le ha tocado vivir, es ejercicio permanente de honestidad intelectual”, precisó en su comunicado.