Amnistía Internacional celebró este jueves un foro sobre la violación a los derechos humanos en las prisiones cubanas.
Representantes del Centro de Documentación de las Prisiones Cubanas y de Iniciativa A.C. participaron del evento, en el cual se presentó el libro Imágenes de Rebeldía.
Camila Rodríguez, directora de Iniciativa A.C., dio inicio a la conferencia con un resumen del trabajo hecho en el último año, sobre los abusos en las cárceles cubanas.
Según dijo, se registraron numerosos casos "preocupantes", aunque el Estado cubano carece de transparencia y no difunde datos sobre las condiciones de vida en las prisiones y tampoco permite que grupos de derechos humanos puedan visitar los centros de reclusión.
“Las personas privadas de libertad, especialmente las privadas por razones políticas, en muchas ocasiones son castigadas, maltratadas y recluidas en celdas de aislamiento”, lamentó Rodríguez.
También precisó que el Centro de Documentación de las Prisiones Cubanas, entre el 1 de marzo de 2023 y el 26 de marzo de 2024, registró 1.844 incidentes de abusos en centros de detención.
Un total de 592 se refirieron a problemas de salud y falta de atención médica, mientras 1.350 están relacionados con la implementación de prácticas de hostigamiento y represión.
Algunos de los actos represivos documentados son:
- Reclusión en celdas de castigo por manifestar ideas políticas en el penal
- Prohibiciones de llamadas telefónicas y visitas
- Negación de pases
- Golpizas
- Práctica de técnicas de tortura como interrogatorios intimidatorios y esposas con “chaquira” durante horas
- Negación de entrega de medicamentos, o artículos para el aseo de alimentos
- Vigilancias y exposición a hechos violentos por parte de reclusos peligrosos
- Amenazas con fabricación de nuevas causas
- Negación de la libertad condicional
- Negación de asistencia religiosa
- Negación al régimen de menor severidad.
Durante el periodo, el Centro registró el fallecimiento de 37 reclusos en prisiones cubanas, 27 de ellos como “consecuencias directas de la falta de atención médica de las autoridades penitenciarias”.
Por razones políticas, la vulnerabilidad es más recurrente entre las víctimas que denuncian violaciones de derechos en su contra, por estar privados de libertad por razón política, ser afrodescendiente, ser activista o defensor de humanos, o padecer enfermedades crónicas, señala el informe.
El centro ha dado seguimiento a algunos patrones diferenciados de la violencia contra las mujeres en los penales, resaltando entre ellos los castigos en relación con la maternidad.
Las presas políticas pueden ser enviadas a centros penitenciarios fuera y lejos de sus provincias de residencia, lo cual dificulta y encarece las visitas familiares.
Al concluir sus comentarios, la directora de Iniciativa A.C. subrayó que su equipo “se compromete a continuar las labores de monitoreo, documentación y denuncia para que ningún evento violatorio de Derechos Humanos en las prisiones de Cuba pase por alto” y para que el Estado “sea criticado y juzgado por la comunidad internacional”.
Lee también "Informar no es un crimen", reacciona Amnistía Internacional a detención de periodista cubanoLa investigadora y académica Hilda Landrove dijo que las cifras mencionadas anteriormente son impresionantes, y que es importante entender que desde “el momento cero”, o sea el inicio del castrismo, se impidió una observación no gubernamental de lo que ocurre en las prisiones.
Aunque el gobierno siempre intenta controlar el retrato de lo que ocurre en las cárceles, hay organizaciones como Amnistía Internacional y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que recogen testimonios sobre la realidad, dijo Landrove.
Al abordar este tema, la académica recordó “el cinismo” del general Raúl Castro, cuando dijo delante del expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, que si hay presos políticos, que le muestren la lista, así los pone en libertad. “Esos políticos por la tarde están libres”, declaró el general aquel día.
Es claro que hay una lista y que “obviamente no van a liberar absolutamente a nadie”. El problema en Cuba, dijo, es que hay una “negación a reconocerte”. Es además una “exhibición del poder”, un reflejo de “prepotencia”.
Landrove recordó lo que describió como el “cinismo” de Fidel Castro, quien negó una vez a una periodista que en Cuba no había pruebas de la existencia de presos políticos, aunque esta mencionó el alto número de testimonios que reflejan otra realidad en la isla.
Poder encarcelar, torturar y degradar es parte clave del sistema totalitario en Cuba, subrayó Landrove. La lógica revolucionaria “requiere una represión sistemática y es constitutiva”.
Otro aspecto del método represivo cubano, es el relato de que no hay presos por pensar diferente, sino por “ejecutar acciones” que demuestran ese pensamiento diferente, “lo cual es una cosa así como extrañísima, no?”, planteó la académica.
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Normando Hernández, director del ICLEP y exprisionero político de la Primavera Negra del 2003, dijo que “el desastre que existe en las prisiones cubanas” es algo que él vivió personalmente.
“Hay cientos de prisioneros de conciencia en Cuba”, dijo, y en las prisiones hay personas torturadas no sólo por las agresiones físicas, sino por la falta de servicios básicos de salud y alimentos.
Hay que recordar que José Daniel García está tras las rejas sólo por tratar de protestar el 11J, dijo. Ahora está aislado, con visitas familiares breves y muy esporádicas. “Es una tortura cruel tener a una persona tan aislada…él va salir mal de ese lugar”, afirmó Hernández.
El expreso de conciencia del Grupo de los 75 también se refirió a las “chaquiras”, o sea “esposarte las manos con esposas de hierro, los pies, y unirte con otras esposas, las manos y los pies, y acostarte en el piso más o menos en una posición fetal y dejarte tirado en una celda de aislamiento oscura húmeda, donde los roedores, las ratas, las cucarachas, los mosquitos hacen de tí una presa fácil”.
"En las prisiones cubanas se tortura a diario", subrayó Hernández al concluir el foro.