La SIP condenó detención de periodistas y activistas en Cuba

"Una vez más el gobierno castrista se burla de la comunidad internacional y de todos aquellos que viven con la esperanza de una nueva Cuba".

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) exigió al Gobierno de Cuba la liberación de periodistas independientes y activistas detenidos el 30 de diciembre antes de participar en un evento artístico en la Plaza de la Revolución de La Habana para desafiar la censura.

A raíz del anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los Gobiernos de Cuba y Estados Unidos anunciado el pasado 17 de diciembre, la SIP exigió al Gobierno isleño respeto a los Derechos Humanos y la libertad de expresión y de prensa.

El presidente de la institución, Gustavo Mohme, director del periódico peruano La República, dijo que "con esta nueva muestra de censura el gobierno de Raúl Castro está perdiendo la oportunidad de que creamos que los cambios en la isla van en serio y que serán políticos, además de económicos; en realidad lo que es prioridad en esta nueva etapa".

Por su parte, Claudio Paolillo, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP y director del semanario uruguayo Búsqueda, condenó las detenciones y agregó que "una vez más el gobierno castrista se burla de la comunidad internacional y de todos aquellos que viven con la esperanza de una nueva Cuba donde el derecho de expresión sigue siendo censurado por uno de los gobiernos más autoritarios de la historia americana".

Ambas autoridades de la SIP pidieron la libertad de los detenidos, se solidarizaron con Sánchez y expresaron que "la libertad de expresión y de prensa, así como el respeto por el resto de los derechos humanos, debe ser una exigencia que deben imponerle al gobierno de Raúl y Fidel Castro los países democráticos de la región".

El periodista y poeta Raúl Rivero –además de Sánchez– fue otro vicepresidente regional de la SIP en Cuba que fue constantemente hostigado. Mientras fungió como vicepresidente, permaneció preso entre abril de 2003 y noviembre de 2004. Desde entonces, vive en España adonde llegó asilado mediante un salvoconducto entre ambos Gobiernos.