“En el caso de Cuba, las violaciones a los derechos humanos afectan desproporcionalmente a las mujeres, particularmente aquellas que se ven afectadas por las violaciones a los derechos económicos, sociales y culturales”, declaró el jueves en Bogotá la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara-Rosas.
Durante el foro XIII Diálogo sobre Cuba, en la Universidad Sergio Arboleda, Guevara-Rosas dijo que uno de los obstáculos al progreso en la isla es “la falta de la existencia” de la posibilidad de organizarse independientemente en movimientos contestatarios para luchar pacíficamente “en contra del poder hegemónico del Estado”.
“Hemos visto”, dijo, “cómo movimientos espontáneos de mujeres, como las Damas de Blanco o la Red Femenina de Cuba, han sido violentamente reprimidas, sujetas a detenciones arbitrarias, a malos tratos y tortura simplemente por levantar la voz exigiendo y reclamando libertad y el ejercicio de derechos humanos”.
La activista y jurista de origen mexicano también abordó la situación en Nicaragua, “donde ha sido muy significativo el desmantelamiento de la institucionalidad de defensa de los derechos humanos de las mujeres, en donde la sociedad civil organizada ha sido totalmente desmantelada”.
“Más de 3.500 organizaciones de la sociedad civil han perdido su registro en los últimos años y las primeras en la lista fueron las organizaciones de mujeres y los colectivos feministas, sobre todo aquellos que establecían la provisión de servicios sexuales y reproductivos en las zonas rurales”.
“En Venezuela, ni qué decir”, expresó Guevara-Rosas, pues “todos los índices tanto de mortalidad materna como violencia de género, violencia contra las mujeres, particularmente violencia sexual contra las niñas, a las mujeres trans, a las mujeres trabajadoras sexuales, han ido en aumento”.
Además, precisó que unos 7.3 millones de personas han sido expulsadas del país debido “a las masivas violaciones a los derechos humanos y a los crímenes de lesa humanidad” y se calcula que de esas personas, entre el 45% y 47% son mujeres que se encuentran también en situación de vulneración”.
En torno a potenciales soluciones a estos problemas, comentó que “hemos aprendido que es efectivamente la movilización social, la resistencia y la resiliencia, el espíritu contestatario de los movimientos de mujeres y feministas, los que hoy han conformado una legítima oposición frente a los Estados que ejercen la violencia feminicida, los Estados represores en el continente, los Estados indolentes y negligentes que se han convertido en Estados reproductores de violencia contra las mujeres en todos los sentidos”.