Persiste el temor entre la población ruso-hablante a que el Gobierno de Ucrania amplíe sus acciones militares a otras ciudades.
La ofensiva de las tropas ucranianas sobre Slaviansk y Kramatorsk, baluartes de los
separatistas prorrusos, quedó hoy en suspenso, pero persiste el temor entre la población ruso-hablante a que el Gobierno de Ucrania amplíe sus acciones militares a otras ciudades.
"Simplemente, déjennos separarnos de manera pacífica. Queremos separarnos. Queremos vivir por nuestra cuenta. Que dejen ya de una vez por todas de abusar de nosotros y decirnos lo que tenemos que hacer", declaró a Efe una residente de Konstantínovka, región de Donetsk (este).
Esta ciudad, de casi 60.000 habitantes y a unos 40 kilómetros al sur de Kramatorsk, podría ser el próximo objetivo de la "operación antiterrorista" lanzada por Kiev.
Con lágrimas en los ojos, la mujer confesó que teme por la vida de sus hijos y aseguró que todos los milicianos que defienden las barricadas son locales.
La noche anterior, las fuerzas gubernamentales habían atacado unas instalaciones de la radiotelevisión de Konstantínovka, operación en la que cuatro milicianos resultaron heridos, dijo a Efe un médico del hospital local.
A mediodía de hoy el ulular de las sirenas de los bomberos ponía en alerta a los milicianos, que tomaron posiciones junto a las barricadas con escasas armas, pero con ingentes reservas de cócteles molotov.
El ruido de las sirenas se acompañó de gritos de "¡Vienen blindados!", pero la alarma resultó ser falsa y, poco a poco, volvió la calma.
"Es cierto que Rusia no nos prometió nada, pero nos ha dejado abandonados a nuestra propia suerte", se lamentó una mujer.
Donetsk camino al referéndum
Mientras, en Donetsk, la capital de la región sublevada, los líderes de la autoproclamada República Popular de Donetsk continúan los preparativos para el referéndum de autodeterminación que han convocado para el próximo día 11.
"¿Apoya usted el acta de autonomía estatal de la República Popular de Donetsk?", reza la pregunta de la consulta, declarada ilegal por las autoridades de Kiev.
El centro de prensa de los prorrusos ha acreditado ya a cerca de 200 periodistas.
"Comenzamos a acreditar a los periodistas este viernes, a fin de facilitarles el trabajo", explicó a Efe la coordinadora de la oficina de prensa de la República Popular de Donetsk, Klavdia Kulbatskaya, en la sede del Gobierno regional, tomada hace un mes por los activistas prorrusos.
La noticia de que la policía ucraniana liberó a 67 detenidos en los disturbios del viernes pasado en Odessa (mar Negro), en los que perdieron la vida cerca de medio centenar de personas, fue recibida con gritos de júbilo por los asistentes al mitin permanente junto la sede gubernamental, convertida en el cuartel general de los prorrusos.
La Fiscalía regional de Odessa decidió poner en libertad a los participantes en los desórdenes "por exigencia de los manifestantes", según un comunicado policial.
Los prorrusos liberados fueron recibidos por familiares, amigos y simpatizantes concentrados en el patio interior del edificio al grito de "Odessa, ciudad rusa".
separatistas prorrusos, quedó hoy en suspenso, pero persiste el temor entre la población ruso-hablante a que el Gobierno de Ucrania amplíe sus acciones militares a otras ciudades.
"Simplemente, déjennos separarnos de manera pacífica. Queremos separarnos. Queremos vivir por nuestra cuenta. Que dejen ya de una vez por todas de abusar de nosotros y decirnos lo que tenemos que hacer", declaró a Efe una residente de Konstantínovka, región de Donetsk (este).
Esta ciudad, de casi 60.000 habitantes y a unos 40 kilómetros al sur de Kramatorsk, podría ser el próximo objetivo de la "operación antiterrorista" lanzada por Kiev.
Con lágrimas en los ojos, la mujer confesó que teme por la vida de sus hijos y aseguró que todos los milicianos que defienden las barricadas son locales.
La noche anterior, las fuerzas gubernamentales habían atacado unas instalaciones de la radiotelevisión de Konstantínovka, operación en la que cuatro milicianos resultaron heridos, dijo a Efe un médico del hospital local.
A mediodía de hoy el ulular de las sirenas de los bomberos ponía en alerta a los milicianos, que tomaron posiciones junto a las barricadas con escasas armas, pero con ingentes reservas de cócteles molotov.
El ruido de las sirenas se acompañó de gritos de "¡Vienen blindados!", pero la alarma resultó ser falsa y, poco a poco, volvió la calma.
"Es cierto que Rusia no nos prometió nada, pero nos ha dejado abandonados a nuestra propia suerte", se lamentó una mujer.
Donetsk camino al referéndum
Mientras, en Donetsk, la capital de la región sublevada, los líderes de la autoproclamada República Popular de Donetsk continúan los preparativos para el referéndum de autodeterminación que han convocado para el próximo día 11.
El centro de prensa de los prorrusos ha acreditado ya a cerca de 200 periodistas.
"Comenzamos a acreditar a los periodistas este viernes, a fin de facilitarles el trabajo", explicó a Efe la coordinadora de la oficina de prensa de la República Popular de Donetsk, Klavdia Kulbatskaya, en la sede del Gobierno regional, tomada hace un mes por los activistas prorrusos.
La noticia de que la policía ucraniana liberó a 67 detenidos en los disturbios del viernes pasado en Odessa (mar Negro), en los que perdieron la vida cerca de medio centenar de personas, fue recibida con gritos de júbilo por los asistentes al mitin permanente junto la sede gubernamental, convertida en el cuartel general de los prorrusos.
La Fiscalía regional de Odessa decidió poner en libertad a los participantes en los desórdenes "por exigencia de los manifestantes", según un comunicado policial.
Los prorrusos liberados fueron recibidos por familiares, amigos y simpatizantes concentrados en el patio interior del edificio al grito de "Odessa, ciudad rusa".