La Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales en su Capítulo Cuba y la Liga de Campesinos Independientes dirigieron una carta al Cardenal de La Habana, Juan de la Caridad García Rodríguez, para que interceda por los miembros del Movimiento San Isidro, que se hallan reunidos, varios en huelga de hambre, en su sede de la Calle Damas de la Habana Vieja.
Dos de los huelguistas han hecho un pedido similar, y el padre José Conrado ha confirmado que ha conversado del tema con el Cardenal de La Habana.
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En la misiva, los miembros del sector agrario independiente llaman a las autoridades eclesiásticas “a actuar de inmediato ante el gobierno para poner coto a la violencia que se cierne sobre un puñado de sus ovejas en el barrio de San Isidro”.
El grupo de creadores, comunicadores y activistas del Movimiento San Isidro están cercados por las fuerzas del régimen, en la casa de Luis Manuel Otero Alcántara, por exigir la liberación del rapero Denis Solís, apresado el 9 de noviembre y sancionado, dos días después en un juicio relámpago, a ocho meses de prisión por un delito de desacato.
Los campesinos y campesinas advierten en su mensaje al prelado que “si no se trazan hoy las rayas rojas que no deben cruzarse se nos vendrá encima una catástrofe más temprano que tarde”.
“Lo hacemos con la certeza de que los valores que predicó Jesús son los mismos a los que ustedes acuden cada día en busca de inspiración y orientación cuando, junto a nuestro pueblo, enfrentan los complejos desafíos que sufre la Nación”, señalan.
“No creemos casual que nuestro Señor haya elegido ese lugar para convocar a expresarse, con pacíficas lecturas de poesías, a un grupo de sus ovejas en un momento en que la intolerancia reprime al productor agrícola y empuja al pueblo a una hambruna horripilante”, dicen en el texto.
En este sentido aluden al nombre del barrio habanero, del que toma su nombre la plataforma cultural independiente: San Isidro, un agricultor que por su piedad hacia los pobres fue canonizado en 1622, y a la inadecuada conducción del Estado en sus políticas públicas para sacar al país de las carencias de todo tipo y el empobrecimiento.
“Como campesinos hemos promovido un acuerdo nacional de cinco puntos (‘Sin Campo no hay País’) para conjurar esa tragedia. Pero no escuchan”, subrayan.
Los firmantes indican que el Movimiento San Isidro ha denunciado, además, “la tremenda injusticia que representa que el estado por un lado monopolice la producción y venta de alimentos y por el otro los venda al pueblo en dólares, también a precios de monopolio”, dicen.
Aseguran que asistirán a los templos de sus localidades a declararse “en vigilia y oración permanentes por esos jóvenes”.
“Allí pediremos que Dios de claridad y fuerza a todos los que están llamados a proteger su rebaño” y cifran su esperanza en que “ilumine a quienes con su egoísmo, ceguera e intolerancia nos empujan aceleradamente a una espantosa hambruna y a un trágico conflicto nacional”, concluyen.
Por su lado, dos de las activistas concentradas en San Isidro, la curadora Anamely Ramos González y la ex profesora universitaria Omara Ruiz Urquiola, escribieron al Arzobispo de La Habana para solicitar una "mediación justa y generosa de una crisis que ni está creada por nosotros, ni es nueva, nace de décadas de coacción y violencia".
Respecto a ambos pedidos de ayuda a la Iglesia Católica, el Padre José Conrado Rodríguez, desde Trinidad, Sancti Spiritus, destacó en declaraciones a Radio Televisión Martí que está muy al tanto de la situación y considera que ha llegado a un punto de tensión que no viene bien para nadie.
“Yo creo que, ciertamente, sí habría que tratar de lograr vías de entendimiento. Están en huelga de hambre, algunos. Es una situación bastante dramática”, advirtió el sacerdote.
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“Yo me comuniqué también con Juan, que es el Obispo del lugar e inmediatamente me dijo que iba averiguar y que por supuesto va a tratar de hacer todo lo que estuviera a sus manos. Y yo sé que es un hombre de palabra, que se compromete de verdad. Yo estoy seguro que él va a estar dispuesto a ayudar y que lo hará seguramente”, dijo.
“[De mi parte], deseo hacerles llegar a ellos [al Movimiento San Isidro] mi oración y mi solidaridad, porque es algo que hay que tratar de resolver con paz, tranquilidad y sin que nadie quede dañado. Arreglar las cosas, no crear situaciones que afectan a las personas”, exhortó el religioso.