Al menos 28,000 beneficiarios, millares de comidas servidas, ropa lavada y sonrisas recuperadas, son los resultados del programa más extendido de Cáritas cubana y también su mayor reto diario, teniendo en cuenta que casi el 20% de la población cubana tiene más de 60 años y grandes necesidades insatisfechas.
“Comer lo suficiente es una gran preocupación aquí para la tercera edad. Ellos están entre los más afectados por la pobreza y la exclusión”, afirma Migdalia Dopico, coordinadora del programa de asistencia a los ancianos de esa organización.
Cáritas Cubana ha instalado 190 comedores, para la preparación y distribución de comidas, a través de las 11 diócesis de la isla en 600 Cáritas parroquiales. En este servicio de asistencia social, que no busca titulares de prensa, trabajan más de 3,000 voluntarios que además de dar de comer a los ancianos, lavan su ropa y organizan actividades físicas, espirituales, productivas y recreativas.
Cáritas Cubana ejecuta cuatro programas específicos.
Programa Tercera Edad: Para personas adultas mayores en riesgo.
Programa Grupos de Desarrollo Humano (GDH): para niños, incluidos los niños con discapacidades y aquellos con dificultades de aprendizaje; adolescentes y jóvenes en riesgo social y sus familias.
Programa “Aprendiendo a Crecer: para personas con discapacidad y sus familias.
Programa VIH – SIDA: para personas que han contraído el virus y las que forman parte de grupos de riesgo.
Desde 1993, Cáritas Cubana también interviene en situaciones de emergencia, y trabaja en coordinación con otros actores del campo público con intereses comunes. Sus principales colaboradores dentro de la confederación son Cáritas Suiza, CRS (Catholic Relief Services) de Estados Unidos, Cáritas España, Cáritas y Misereor ambas de Alemania.
La ayuda humanitaria y la asistencia social que presta la Iglesia Católica en Cuba no sólo se canaliza a través de Cáritas Cubana. Numerosas órdenes religiosas atienden a los enfermos en centros comunitarios, movilizando recursos y donaciones que llegan a la isla por múltiples caminos.
El pasado mes de abril, por ejemplo, partieron con rumbo a La Habana, desde el puerto español de Valencia, 21 toneladas de material hospitalario que se sumaron a otras 22 toneladas enviadas meses antes para los tres centros asistenciales que tiene la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en Cuba, donde se atiende a más de 400 personas mayores y pacientes con enfermedades mentales de familias sin recursos: Hogar Clínica San Rafael y Sanatorio San Juan de Dios en la Habana, y el Hogar Padre Olayo, en Camagüey.
El material hospitalario, enviado por la ONG católica juanciudad, incluye pañales, gasas, vendas, sábanas, toallas, cubrecamas, ropa personal, así como dos lavadoras y una plancha industriales, productos de limpieza e higiene, mobiliario para un comedor, sillas de rueda, dos cocinas industriales, concentradores de oxígeno, y alimentos como aceite, arroz, pasta, legumbres y conservas.
En la ciudad de Camagüey, la Iglesia diocesana construye El Hogar de Ancianos “Monseñor Adolfo Rodríguez”, que tendrá como objetivo acoger y asistir a personas de la tercera edad, carentes de familiares que los puedan atender y que dispongan de bajos recursos económicos. El cuidado de los ancianos estará a cargo de las Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha.
La organización no lucrativa Proyectohamar recauda fondos para concluir la edificación. Aunque la estructura principal ya está construida, se necesitan fondos para adquirir los ascensores, habilitar los dormitorios y equipar el laboratorio, el consultorio, la sala de fisioterapia, el comedor, la cocina y la lavandería, así como la capilla a la que podrán acudir también otros feligreses del Reparto Saratoga.
El costo total del proyecto es de $883 mil dólares, de los cuales la Nunciatura Apostólica en Cuba gestiona $389, y el resto depende de donaciones, según se explica en su sitio web.
Cifras estadísticas recabadas de distintas fuentes aseguran que existen aproximadamente 20 centros asistenciales en todo el país, aunque con recursos más modestos. No ha sido posible confirmar estas cifras porque algunos de los representantes de la Iglesia consultados prefirieron no hacer comentarios sobre el tema.
Dentro del campo de la salud, a un nivel más personal, se ha ido extendiendo en Cuba una organización denominada La Fraternidad, fundada en 1945 en Verdún, Francia, por el Padre Henri Françoise, y reconocida como organización internacional católica por la Santa Sede desde 1995.
La Fraternidad está organizada en equipos parroquiales o comunitarios, animados por responsables laicos enfermos o minusválidos. Cuenta con cinco equipos constituidos en la Arquidiócesis de La Habana, así como grupos en las diócesis de Matanzas, Santa Clara, Holguín y Santiago de Cuba.
La Fraternidad tiene como objetivo la evangelización de la persona, concretamente del enfermo y minusválido, y procura el desarrollo integral de sus miembros, favoreciendo la valoración de las propias cualidades por encima de sus limitaciones, para poder llegar a ser protagonistas de su propia vida, tomando conciencia de su papel en la sociedad y en la Iglesia.
Educando para vivir en sociedad
La existencia de miles de trabajadores por cuenta propia y el creciente aumento de pequeños negocios privados ha centrado el interés de la Iglesia Católica, que ofrece cursos de superación a quienes integran estas nuevas actividades emprendidas tras los cambios en la política económica del país.
En La Habana, el Centro Cultural Padre Félix Varela ofrece varios proyectos docentes, entre los que se destacan un Máster de Administración de Empresas (MBA), o el llamado “Cuba-Emprende”, que ha graduado ya a varios alumnos-empresarios.
El curso "está pensado para enseñar a las personas a conducir un negocio de una manera elemental. Ofrecemos, por lo tanto, conocimientos básicos, pero necesarios para adaptar el proyecto a nuestro país", comentó a la prensa Jorge Mandilego, director de Cuba-Emprende, que comenzó sus talleres hace ya tres años con el respaldo de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), de España.
En Santa Clara, los hermanos de La Salle ofrecen desde el 2013 un Diplomado de Negocios con el apoyo técnico docente de la Universidad La Salle de la Ciudad de México.
Los cursos de formación impartidos desarrollan en su diplomado siete módulos, que incluyen temas más elaborados como gestión de capital humano y negociación o ventas.
En cada una de las once diócesis del país se celebran desde hace algunos años las Escuelas o Jornadas de Verano, que tienen lugar durante varios fines de semana y abarcan una amplia gama de temas, impartidos por académicos y especialistas.
Dentro de sus proyectos docentes se destaca este año la Séptima Escuela de Verano para Educadores que sesionó en la Casa Diocesana de Pinar del Río, del 18 al 21 del pasado mes de agosto.
En esas jornadas participaron maestros de primaria, educación especial y educadores de círculos infantiles, profesores de secundaria básica, preuniversitario y universidad, de tecnológico, educación de adultos y bibliotecarios, estudiantes de carreras pedagógicas y cultura física, animadores que trabajan en áreas de educación en las parroquias y educadores de centros de formación. Todos en activo, creyentes o no.
En el área de la educación se destaca el Centro de Bioética, fundado en La Habana en el año 1997, en el marco de las actividades por la visita a Cuba de Su Santidad Juan Pablo II, con cuyo nombre fue bautizada.
Su fundador y actual director, es el Profesor y Doctor en Medicina, René Zamora Marín.
Creado como una institución de la Iglesia Católica, el Centro se subordina a la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, funcionando de forma abierta a toda la sociedad cubana, con el objetivo fundamental de servir como centro de referencia para la difusión de una Bioética personalista entre todos los profesionales y técnicos del país y, en general, para todas las personas interesadas en este tema, sin distinción de credo religioso, u opinión filosófica, explica su sitio web.
Para el desempeño de su función de divulgación, el Centro publica la revista Bioética, que con una frecuencia cuatrimestral, ofrece a la consideración de los lectores artículos originales de autores cubanos y constituye, hasta hoy, la única publicación periódica sobre el tema en el país.
Por otra parte, la diseminación selectiva de información a los suscriptores, dio lugar a la aparición de una segunda publicación, que recibió el nombre de "Cuadernos". Como encarte de la revista Bioética, y con tirada bimestral, ofrece una visión panorámica del estado actual de la Bioética fuera de Cuba.
Entre las actividades docentes que desarrolla el Centro se incluye su colaboración con el Centro Cultural P. Félix Varela, y el Instituto de Ciencias Religiosas de la Arquidiócesis de La Habana, como profesores de diversas asignaturas y variados Diplomados, entre ellos “Bioética Básica” y “Ética del Cuidar”, algunos de los cuales, en sus distintas modalidades, han sido impartidos a cientos de personas.
Párrafo aparte merece la Maestría de Bioética a Distancia que el Centro ofrece en coordinación con la Universidad Católica San Vicente Mártir, de Valencia, España, y el Diplomado que se imparte online, con la ayuda del Centro de Bioética de la Universidad Pontificia Católica de Chile.
La difusión de actividades educativas y científicas, más especializadas, tiene un modesto espacio en el Centro Loyola, que dirigen los sacerdotes Jesuitas en la Iglesia de Reina, en La Habana.
El pasado sábado 12 de septiembre concluyó su más reciente jornada titulada "Las raíces humanas de la crisis ecológica". Estas jornadas de estudios, dedicadas a conocer y profundizar en torno a la encíclica del Papa Francisco sobre la ecología Laudato Si, contaron con la presentación de Esperanza Purón, profesora de Física de la Universidad de La Habana, el meteorólogo Dr. José Rubiera, el Ing.Hidráulico, Manuel Hernández y el Dr. Vicente Berovides, entre otros destacados académicos.
En el campo de la Ciencia y la Cultura se destaca el Centro de Estudios de la Arquidiócesis de La Habana (CEAH), fundado en 1998, que tiene como objetivo general la reflexión teórica y científica acerca de los diferentes aspectos de la cultura y de la vida espiritual.
Es este el panorama de acción del Centro de Estudios dentro del espíritu de la doctrina social de la Iglesia, que propugna no un proyecto utópico para el hombre, sino la posibilidad de humanizar al máximo su acción como persona libre y plenamente digna.
El Centro está compuesto por intelectuales cubanos representativos de las distintas disciplinas que, por interés y significativo objeto de estudio, determinan los propósitos de la agrupación. Su vocación ecuménica y de diálogo propician una composición heterogénea de su membresía en cuanto a filiación política, filosófica y religiosa.
EL CEAH tiene su sede en la Casa Arzobispal, en la cual celebra, desde su fundación, las sesiones teóricas y demás actividades emanadas de su labor.
Entre sus objetivo se destaca la edición y publicación de la revista Vivarium, como órgano divulgador de los resultados investigativos, actividades científicas y culturales del CEAH, así como de las "Ediciones Vivarium" en forma de Separatas.
Además, la celebración de talleres, mesas redondas, ciclos de conferencias, recitales y lecturas, exposiciones, concursos, actos, conmemoraciones, cursos –tanto internos como en coordinación con otras instancias de la Iglesia y/o con otras instituciones nacionales– en parte del contenido de trabajo del Centro.
El CEAH y Vivarium, mantienen una estable correspondencia y envío de materiales con diversas Diócesis, Centros y Comisiones Episcopales (40); Universidades (15); Bibliotecas (12); Revistas y agencias de prensa (20); Instituciones científicas, culturales y académicas (24); además de comunicarse con relevantes personalidades provenientes de alrededor de 15 países, fundamentalmente de América Latina (incluida Cuba) y Europa.