¿Qué tienen en común un templo budista de Nepal, un hotel perdido en Alaska o una tribu del Amazonas con La Habana? Para la web especializada en propuestas de viajes diferentes Rough Guides estos cuatro destinos forman parte de una guía con 19 lugares para desintoxicarse del mundo digital. En otras palabras, para no tener posibilidad de conectarse a internet.
A diferencia de la tundra en Mongolia, el Parque Nacional de Ruaha en Tanzania o el salar de Bolivia, donde no llega la conexión por razones obvias, en Cuba la desconexión es un problema de infraestructura, no de lejanía. Este país comparte el triste privilegio de mantenerse aislado del mundo tecnológico con otro tipo de escapadas, como hacer camping en el Polo Norte, viajar a las Islas Cook, encontrarse en los restos arqueológicos de Etiopía o estar junto a los pingüinos en la Antártida.
Para esta página web, especializada en artículos diferentes y guías con listas de destinos temáticos, en La Habana, "con Buicks viejos remendados y Cadillacs acechando en las calles de su capital como demonios mecánicos, la idea de Cuba como una cápsula del tiempo es familiar. Lo que hay debajo del capó de los clásicos estadounidenses es igual de sofisticado que la tecnología en Cuba: El país tiene la tasa más baja de acceso a la web en Occidente".
Lo poco que está permitido –asegura en tono humorístico la web– está sujeto, además, a una complicada regulación gubernamental. Por eso Cuba es ideal "para desenganchar el cerebro de todas las cosas digitales y disfrutar de los encantos de la ciudad por un tiempo".
Conclusión: Si buscas internet, no pretendas encontrarlo en Cuba.