El partido está tenso, el beisbolista se dirige al cajón de bateo a darlo todo, se limpia las zapatillas a golpecitos de bate, y busca la adrenalina adicional en gritos y música de apoyo del público, pero sólo hay silencio.
La 60 Serie Nacional de pelota (amateur) comenzó este sábado en Cuba, con pandemia de la Covid-19, pero por primera vez, sin público ni congas, ritmos afrocubanos de tambores y trompetas que animan los juegos.
Aún así, "creo que va a servir de mucho" en medio del confinamiento, pues es "la voluntad de todos los atletas (...) de jugar con mucha fuerza, con mucho amor, a pesar de no tener público", dijo a la AFP el receptor estrella de "los leones" Industriales, Frank Camilo Morejón.
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Reconoció que "la presencia del público siempre es emotiva, importante", pero "estamos en un momento difícil" y "brindar un buen espectáculo, jugar con amor" es una contribución al combate de la pandemia.
Las autoridades accedieron, bajo estrictas condiciones sanitarias, a realizar la Serie Nacional, con sus 16 equipos, en igual número de estadios y buena parte de los partidos televisados.
La plataforma Game Time tendrá los derechos de transmisión internacional.
El único rival televisivo será la liga española de fútbol, que gana adeptos entre los jóvenes, y comienza en igual fecha.
La serie "será muy reñida y ayudará a la recuperación del país frente a la pandemia", opinó el Comisionado nacional de Béisbol, Ernesto Reinoso, en la TV.
La Habana estará bajo toque de queda nocturno hasta el 30 de septiembre.
Por eso los juegos comenzarán en los estadios que están en el centro y sobre todo en el oriente.
La excepción fue el juego inaugural, en el estadio Victoria de Girón, de la occidental Matanzas, cuartel general de los "cocodrilos", campeones de la serie pasada, que se enfrentaron a los "toros" de Camagüey, subcampeones, ante los cuales perdieron 15x8.
Será una temporada atípica con 75 juegos por cada equipo, todos contra todos, para concluir con una serie de siete juegos entre los dos mejores entre 28 de enero y el 5 de febrero.
Avanzada la temporada, se podrán incorporar algunos beisbolistas que juegan en ligas profesionales de Japón y México .
A los 600 seleccionados se les hizo la prueba diagnóstico PCR y se le repetirá de ser necesario.
En terreno, los jugadores no llevarán mascarillas, pero el resto del personal deportivo sí; se tomarán todas las medidas de desinfección de manos y calzados, así como temperatura y estado de salud de los jugadores. Los árbitros deben llevar mascarillas y guardar el distanciamiento de los jugadores.
Quedan prohibidos los contactos físicos entre jugadores, hablar en el terreno, escupir la pelota (costumbre de algunos pitchers para ciertos lanzamientos).
El persuasivo médico Francisco Durán, jefe nacional de epidemiología, admitió que "los aficionados están un poquito inconformes", pero aseguró que "todos van comprender" que "la situación epidemiológica" justifica las medidas.
Según está previsto, se jugará todos los días menos lunes y viernes que serán para descanso y traslado entre provincias.
Todos los partidos comenzarán a las 2pm y si no concluye antes del anochecer, se deja pendiente para el otro día, pues no habrá juegos nocturnos con luz artificial para ahorrar energía eléctrica.
Según Francisco Montesinos, jefe médico de la Federación Nacional de Béisbol, está previsto "hacer test rápidos en los movimientos interprovinciales" y en caso de algún positivo se seguirán los protocolos previstos de hospitalización y aislamiento, por lo que no se descarta "reajustes en el calendario" de la serie.
"Ahora tenemos que resignarnos, y verlos en la televisión, pero no es igual. Ahí en el (estadio) Latino se goza, se sufre y eso es lo máximo", para los cubanos "que tenemos sangre roja" dijo a la AFP Carlos Valle (57 años), quien vio el partido en su casa junto a su hijo.