Alemania reintrodujo el lunes controles temporales en sus fronteras occidental y septentrional en el marco de la lucha contra la inmigración irregular y la delincuencia transfronteriza, según informó el Ministerio del Interior.
Las restricciones forman parte de una serie de medidas adoptadas por Alemania para endurecer su postura frente a la inmigración irregular tras el aumento de las llegadas, en particular de personas que huyen de la guerra y la pobreza en Oriente Próximo, y el incremento del apoyo a la extrema derecha opositora y los conservadores.
Los controles se aplicarán en las fronteras terrestres de Alemania con Francia, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos y Dinamarca durante un periodo inicial de seis meses, lo que supone un nuevo revés a la libre circulación en la Unión Europea.
Ya se aplicaban en los pasos con Polonia, la República Checa, Austria y Suiza.
La policía federal llevará a cabo estos controles con flexibilidad, basando sus medidas en la situación actual de seguridad y centrándose en minimizar las molestias a los viajeros y al comercio, según el Ministerio.
El tráfico fluía libremente en las fronteras el lunes.
El Ministerio aconseja a los viajeros que lleven consigo documentos de identidad válidos, y a los ciudadanos no comunitarios que tengan preparados sus documentos de entrada, incluidos los visados, para los controles.
Los cambios se producen en un contexto de descenso de las solicitudes de asilo en Alemania, que cayeron un 21,7% en los ocho primeros meses del año.
La Ministra del Interior, Nancy Faeser, dijo que las cifras habían bajado, gracias en parte a los controles introducidos el año pasado, que bloquearon más de 30.000 entradas no autorizadas.
"Por eso ampliaremos nuestro control temporal de fronteras para incluir todas las fronteras terrestres de Alemania, como he ordenado hoy", dijo en un comunicado.
"Mi orden también pretende proteger contra la aguda amenaza del terrorismo extremista islamista y la grave delincuencia transfronteriza", añadió.
Las medidas han suscitado críticas de los vecinos de Alemania. El primer ministro polaco, Donald Tusk, ha pedido consultas urgentes con otros países afectados que temen tener que absorber más solicitantes de asilo y el impacto en el comercio.
El canciller de Austria, Karl Nehammer, advirtió de que si Alemania introducía medidas para devolver más inmigrantes a través de su frontera común, Austria respondería enviando más personas hacia el este, hacia los Balcanes.
Está previsto que los controles fronterizos con Austria se prolonguen hasta el 11 de noviembre de 2024. Del mismo modo, está previsto que los controles en las fronteras con Polonia, la República Checa y Suiza continúen hasta el 15 de diciembre de 2024.
El Ministerio del Interior alemán ha dado a entender que probablemente habrá más prórrogas.