La crisis económica y sanitaria en Cuba ha creado un entorno ideal para la propagación de enfermedades infecciosas como el dengue y el Oropouche, explicó a Martí Noticias el reconocido científico Eduardo López-Collazo, director del Instituto IdiPAZ de Investigaciones Biomédicas de Madrid, en España.
El experto atribuyó los brotes en la isla a una combinación de factores, que incluyen el clima tropical y el deterioro de las condiciones económicas.
“La crisis económica y sanitaria en Cuba, agravada por la falta de recursos médicos, medicamentos y una probable mala gestión, ha deteriorado la infraestructura hospitalaria, convirtiendo a la 'Isla Metafórica' (así suelo llamarla) en un terreno propicio para la propagación de enfermedades infecciosas”, señaló el científico cubano, residente en España desde hace casi tres décadas.
López-Collazo hizo hincapié en la proliferación de los criaderos de mosquitos, indicativo de la ineficacia de los programas gubernamentales de saneamiento, recogida de basura y control del agua estancada.
Aunque los brotes de dengue y Oropouche tienen orígenes diferentes, el especialista destacó que el clima en Cuba facilita la propagación de ambas enfermedades.
“Las altas temperaturas y las abundantes lluvias crean condiciones ideales para la proliferación del Aedes aegypti, el mosquito que transmite el dengue. En el caso del virus Oropouche, aunque no es endémico de Cuba, la cercanía a zonas endémicas en América Latina y la existencia de vectores competentes permiten su propagación en el país”, dijo.
Reconocido en varias ocasiones por sus aportes al campo de las ciencias médicas, López-Collazo también advirtió sobre las deficiencias del sistema de salud cubano para enfrentar brotes simultáneos.
“La limitada capacidad de respuesta del sistema sanitario, la falta de productos de higiene y las condiciones de hacinamiento en algunas áreas urbanas favorecen la transmisión de virus como el dengue y el Oropouche” mientras “los problemas logísticos dificultan la distribución de insumos para el control de vectores y la atención primaria, lo que agrava la vulnerabilidad de Cuba frente a epidemias”.
Según las autoridades sanitarias cubanas, el panorama epidemiológico actual es complejo, con presencia de dengue y Oropouche en todas las provincias. La mayor cantidad de casos sospechosos de dengue están en La Habana, Santiago de Cuba y Guantánamo, con repuntes significativos durante la última semana en Santi Spiritus, Las Tunas y Ciego de Ávila. En el caso del Oropouche, causado por la picadura del mosquito culex y el jején culicoide, hay trasmisión en todo el territorio nacional.
Ambas enfermedades generan preocupación entre los cubanos debido a la escasez generalizada de medicamentos e insumos básicos para aliviar los síntomas mientras escasean además los reactivos para la realización de análisis de sangre, fundamentales para el diagnóstico.
Entre mayo y agosto de 2024 Cuba registró más de 500 casos de pacientes con la fiebre del Oropouche, según estadísticas difundidas por el MINSAP. La cifra ubicaba a la isla como el segundo país con más casos en América, por detrás de Brasil, aunque expertos señalan que el número podría ser mucho mayor que el que reportan las autoridades.