Kamala Harris inició la noche del jueves la recta final de su campaña presidencial al aceptar la nominación demócrata como aspirante a la Oficina Oval y convertirse en la primera mujer de color que busca ocupar el mayor puesto político de los Estados Unidos.
En lo que muchos han definido como el discurso más importante de su carrera política hasta el día de hoy, intentó llegar a cada estadounidense haciendo un relato detallado de su historia de vida y su carrera política, y prometiendo ser una presidenta para todos los estadounidenses, capaz de dirigir, escuchar y tener "sentido común".
La vicepresidenta dijo que toda su vida ha trabajado "en nombre de cualquiera que alguna vez haya emprendido un viaje improbable. Gente que trabaja duro, persigue sus sueños y cuida de los demás".
En su alocución, la de mayor alcance mediático desde que aceptó sustituir al presidente Joe Biden como contrincante del expresidente Donald Trump, buscó convencer a millones de espectadores de que el país estará en mejores manos si la eligen a ella y a Tim Walz a la Casa Blanca.
Harris calificó al republicano como "un hombre poco serio" y a su mandato como un momento de "caos y calamidad". Afirmó que al perder las elecciones de 2020 "envió una turba armada al Capitolio" y que fue declarado culpable de decenas de cargos. Lo acusó de ser un aliado de Vladimir Putin.
La mujer de 59 años se proyectó como ganadora de las elecciones y dijo que en su presidencia firmaría una ley para garantizar los derechos reproductivos, que trabajaría en función de reforzar la clase media, y que retomaría el proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza hasta convertirlo en ley.
En política exterior, la vicepresidenta número 49 de EEUU habló de "movilizar una respuesta global" para defender a Ucrania de la invasión rusa, "manteniéndose firme junto a Ucrania y los aliados de la OTAN".
Sobre el espinoso tema que ha provocado las mayores protestas populares contra la Administración Biden-Harris, el apoyo a Israel en la guerra de Gaza, la vicepresidenta dijo que "ahora es el momento de llegar a un acuerdo sobre rehenes y un acuerdo de alto el fuego".
Harris ha tenido poco más de un mes para recaudar cientos de millones de dólares, mayormente en eventos de campaña y el apoyo total de su partido, incluyendo el de los expresidentes Bill Clinton, Barack Obama y el del presidente Biden, quien divulgó este jueves una imagen de él y su esposa Jill Biden, deseándole toda la suerte en esta elección.
Entre los primeros momentos de su discurso manifestó gratitud al presidente que la eligió en 2020 como compañera de fórmula: "El camino que me llevó hasta aquí en las últimas semanas fue sin duda inesperado".
La senda política de la abogada nacida en Oakland, California, en 1964, incluye el trabajo en tribunales de condado, en la Fiscalía General de California, en el Senado de los Estados Unidos y en la Casa Blanca, a donde llegó como la primera mujer, la primera estadounidense de raza negra y la primera estadounidense del sur de Asia en ocupar el cargo de vicepresidenta.
La última noche de la convención, dedicada a esbozar la visión de los demócratas del futuro para la nación, Harris apostó por la unidad: "los estadounidenses tienen mucho más en común de lo que los divide".
"Amo a nuestro país con todo mi corazón. Dondequiera que voy y a todas las personas que conozco, veo una nación que está lista para seguir adelante, lista para el siguiente paso y el increíble viaje que es Estados Unidos", dijo.
Para Harris y los millones de estadounidenses que la apoyan, con los comicios presidenciales del 5 de noviembre el país "tiene una valiosa y fugaz oportunidad de superar la amargura, el cinismo y las batallas divisivas del pasado".
Como es tradición, la convención terminó en una fiesta eufórica, desbordada de optimismo por la victoria posible. En el United Center de Chicago, con la canción 'Freedom' de Beyoncé, el himno de la campaña de Harris, más de 100 mil globos azules, rojos y blancos cayeron sobre los asistentes, también sobre el escenario donde estaba la mujer que se atreve nuevamente a hacer historia y a comandar una nación, con la "oportunidad de trazar un nuevo camino a seguir".