Luego de dos años de seguir con fascinación los videos de vloggers cubanos a través del Paquete Semanal, Frank Camallerys decidió abrir su propio canal en YouTube y comenzar a compartir con el mundo sus aventuras por toda Cuba.
No necesita mucho, solo la cámara de su teléfono inteligente y su palo de selfies. Acostumbra a instruirse sobre el tema o lugar del que hablará, pero nada de guión preestablecido. Esa es su fórmula para crear contenido útil e interesante, en un tono jovial y espontáneo.
“Es la cámara de mi celular nada más, audio del celular, y aprovecho la luz del sol de las ventanas, explica Camallerys, de 18 años. “Ya todo después se arregla en la edición”.
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Camallerys recién terminó sus estudios en la escuela vocacional Vladimir Ilich Lenin. Próximamente comenzará sus estudios universitarios en la facultad de medios audiovisuales de La Habana.
Pero ya con sus conocimientos empíricos ha producido en cinco meses más de una docena de videos, que incluyen temas como inventos cubanos del Período Especial, sus recorridos por Varadero, Viñales, Tarará y el Malecón, su visita a un buque de la Armada mexicana anclado en puerto habanero, entre otros.
Con este último video ha cosechado un notable éxito entre el público mexicano. Las estadísticas de su canal arrojan que el 50% de sus subscriptores residen en México, apunta en el programa.
“Fue una locura. Yo demoraba dos días en tener 100 vistas. Y cuando subo ese video, que fue mi séptimo video --nunca se me va a olvidar-- tiene como 23 vistas en 24 horas, y cuando despierto al otro día, que yo lo reviso por la mañana, tenía 180 vistas… y en 4 días ya tenía 2.000 vistas”, cuenta.
Un 4% de sus subscriptores lo ven desde Cuba, pero explica que la mayor parte de su público solo tiene acceso a sus videos a través del Paquete.
Sus entregas semanales al Paquete le han permitido conocer a otros vloggers cubanos como él, que además de subir sus videos a YouTube a través de los puntos Wi-Fi, comparten sus paquetes a través de esta red de distribución informal, pero efectiva.
"Nos empezamos a encontrar todos los domingos a las 2 de la tarde en casa de la persona que recoge los videos, y entonces ahí todos se empiezan a apoyar, todos tenían ideas diferentes de cómo mejorar, y entonces es cuando empezamos a hacer colaboraciones", cuenta.
"Somos una familia inmensa. Todo el mundo se ayuda. Todo el mundo trata de apoyarse en todo lo que pueda", agrega.
Camallerys advierte que inicialmente comenzó haciendo un video semanal, pero ya saca uno cada 4 o 5 días, tal como recomiendan los manuales de mejores prácticas de YouTube, que estudió antes de comenzar este proyecto, como quien se prepara para prueba final.
Con las dificultades de la lenta conexión a Internet lidia con buena cara, a pesar de que en ocasiones le toma hasta 20 minutos subir un video de unos 6 minutos de duración.
"Simplemente lo que estamos haciendo es aprovechando estas pequeñas oportunidades para seguir creando contenido de calidad sobre nuestro país", dice.
Otro de sus deseos pendientes es poder ganar dinero a través de sus videos. Incluso para subscribirse en la plataforma, debió poner que la sede de su canal era Estados Unidos, porque Cuba no aparecía como opción. Le pedían además un número telefónico para confirmar su identidad y tuvo que usar el de un familiar que reside en el extranjero.
"Actualmente en Cuba no existe la posiblidad de ser partner o asociado de la plataforma de YouTube, por lo que podemos tener millones de vistas, millones de subscriptores, que no nos van a generar ninguna ganacia. Simplemente lo que estamos haciendo los jóvenes cubanos es divertirnos", indica.
El joven cubano está fascinado con su nueva persona frente a las cámaras --antes prefería el trabajo detrás-- pero sobre todo le agrada saberse parte del nuevo movimiento de youtubers cubanos, de cuya existencia está convencido.
“Hace unos tres meses ha ido cogiendo más auge en todo el país y es algo que es muy bonito, porque es algo que es muy viejo para otros países, pero es totalmente nuevo para nosotros y que la gente le ha dado muy buena aceptación”, comenta.
Constantemente recibe en su correo electrónico Nauta y en sus redes sociales, Facebook, Instagram, Twitter y Snapchat (@camallerys), mensajes alentadores de sus seguidores, y sus peticiones y buenos deseos le dan fuerzas para continuar creando.
"La ganancia de nosotros actualmente es la pasión de la gente que nos ve, la gente que nos sigue y la gente que nos comenta los videos, la gente que te saluda por la calle", afirma animado.