El preso político y líder de la Unión Patriótica de Cuba, José Daniel Ferrer, dijo a familiares durante una visita este martes a prisión que se plantará en huelga de hambre hasta las últimas consecuencias, como último recurso en demanda de su libertad y derechos.
La hermana del opositor, Ana Belkis Ferrer, exiliada en EEUU, denunció la situación de Ferrer en un post en Facebook, tras comunicarse telefónicamente con su sobrina Fátima Victoria Ferrer Cantillo, y su cuñada, Nelva Ismaray Ortega Tamayo, al salir de la visita en la prisión de Mar Verde, en Santiago de Cuba.
"La dictadura de Raúl Castro y Díaz-Canel solo les permitió diez escasos minutos en el pasillo aledaño a la celda de castigo donde lo mantienen sepultado en vida, y muriendo lentamente, hace un año y dos meses", escribió Ana Belkis en la red social.
El prisionero de conciencia, cuya salud se ha debilitado en el régimen de aislamiento al que ha sido sometido, sobrevive gracias a los alimentos que la familia le hace llegar cada 45 días. Pero, esta vez, Ferrer se negó a recibir la jaba de alimentos, explicó la hermana.
El líder de UNPACU aseguró a sus familiares que "cuando se le terminen los pocos alimentos que le quedan de la anterior (jaba), se plantará en huelga de hambre hasta las últimas consecuencias".
Ferrer fue detenido el 11 de julio de 2021, cuando intentaba, junto a su hijo José Daniel Ferrer Cantillo, sumarse a las protestas antigubernamentales que estallaron ese día en Santiago de Cuba y otras muchas localidades en la isla.
Durante meses, las autoridades lo han mantenido bajo un estricto régimen de confinamiento, sin derecho a llamadas telefónicas y aislado del resto de la población penal.
"Hace cuatro meses y siete días sin sus ropas, solo en calzoncillo, sin permitirle hablar por teléfono con su familia, recientemente amenazado con ser brutalmente golpeado, pasando sed o ingiriendo el agua sucia y contaminada que le dan", detalló Ana Belkis en el post.
Añadió que su hermano tiene todo su cuerpo cernido de picaduras de mosquitos, con la misma sintomatología que comenzó a presentar días después de ser confinado en la celda de castigo, donde, asegura, "le torturan tanto física como psicológicamente, aplicándole radiaciones sónicas constantes y permanentes, y sin atención médica".
A principios de octubre, familiares de Ferrer dijeron que, durante la última visita al opositor en prisión, lo habían encontrado “extremadamente delgado" y con "fuertes dolores en un brazo producto de Bursitis”.
Según declaraciones de la familia, las autoridades han amenazado al ex prisionero de conciencia de la Primavera Negra de 2003 con forzarlo a cumplir los 17 años de condena que le fueron impuestos entonces, más la sentencia que reciba por la causa N.º 128 de 2021, si no acepta exiliarse.
El líder opositor, plantado desde el primer día de su encarcelamiento, negado a usar el uniforme reglamentario de los presos por delitos comunes, ha rechazado el ofrecimiento que lo llevaría a un exilio forzado.
Organizaciones internacionales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han exigido al régimen de La Habana el respeto de los derechos de José Daniel Ferrer y su inmediata liberación.
La Embajada de Estados Unidos en Cuba ha calificado de "inhumano" el trato recibido por Ferrer en prisión, y condenado las violaciones de derechos humanos registradas en su caso.
En julio pasado, a casi un año de su detención, un grupo de eurodiputados, encabezados por Dita Charanzová, vicepresidenta del Parlamento Europeo, demandaron al régimen cubano poner fin al régimen de aislamiento al que ha sido sometido el opositor.
Los políticos europeos dijeron entonces que Ferrer "ha aguantado las torturas, no sin la degradación progresiva de su cuerpo, que quizá nadie salvo él podría soportar".