La temporada 2015 terminó para José "Pito" Abreu. El no estará entre los peloteros que van a vivir la emoción de los playoffs. Su equipo, los Medias Blancas de Chicago, quedó fuera de la etapa más emocionante que cada año se vive en las Grandes Ligas. El cubano pudiera pasar desapercibido.
Sin embargo, Abreu se llevará a su casa un premio que sólo Albert Pujols fue capaz de alcanzar en la historia del pasatiempo americano: batear 30 o más jonrones e impulsar 100 o más carreras en sus primeras dos temporadas en las Mayores.
Durante su primer año en las Grandes Ligas, un novato puede sorprende al pitcheo que se le enfrenta. Si en esa primera contienda ese joven se destaca a la ofensiva, para la segunda temporada tendrá todas las miradas sobre él. Y es ahí donde la vida se complica para el pelotero que debuta. El segundo año es el que realmente refleja las virtudes de un jugador en las Mayores.
Después de ganar el premio a Novato del Año en la Liga Americana en 2014 (36 HRs y 107 CI), Abreu sabía que en esta temporada los scouts rivales le iban a estudiar hasta la manera de agarrrar los cubiertos a la hora de sentarse a la mesa. Los contrarios pondrían todo su empeño en neutralizar su fuerza y evitar que su madero conectara en el momento oportuno.
Pero el talento de "Pito" Abreu para hacer ajustes en el caja de bateo estuvo por encima de todas los estudios rivales. El slugger de Cruces fue capaz de burlar un meticuloso sistema que incluye la más avanzada tecnología aplicada al deporte. En las Grandes Ligas no se escapan detalles.
Por esa razón, al terminar su segunda temporada en las Mayores con 30 jonrones y 101 remolques, José Abreu despejó todas las dudas. Tras un primer año para los libros de records, el 2015 queda para la historia. "Pito" demostró que es un bateador fuera de serie.