“Echar a Cuba hacia la era moderna” y “ayudar a a las nuevas generaciones de cubanos a dejar atrás un sistema fracasado y en bancarrota”, así define el cometido actual de una “más pragmática” Fundación Nacional Cubano Americana su líder Jorge Mas Santos, en una entrevista con el diario español El País.
“No tanto la guerra contra los Castro”, apunta, marcando la diferencia con la meta de la organización mientras estuvo bajo el liderazgo de su padre, el también empresario cubanoamericano Jorge Mas Canosa.
Mas Santos descarta que la libertad de Cuba vaya a lograrse mediante un esfuerzo armado, y opina en cambio que se debe contribuir a ella “con ideas, con capital humano y ayudando a que los cubanos tomen conciencia de que un cambio es posible, aunque allí sea difícil concebirlo entre tantos obstáculos y después de más de medio siglo con ese experimento castrista “sobrenatural”.
Preguntado por El País acerca de su padre, evocó su optimismo y la creatividad en la cruzada global que libró contra el castrismo. Se refirió a uno de sus esfuerzos, cuando después de la caída de la URSS trató de convencer al presidente del gobierno español Felipe González para que Fidel y Raúl Castro saliesen de Cuba y se exiliasen en España. A González la idea le pareció una locura, pero le dijo que podría considerarla si Washington la apoyaba, algo que Mas Canosa consiguió. La actitud numantina del mayor de los Castro impidió que se materializara.
A la espera de que la administración Trump anuncie una revisión de la política de acercamiento desplegada por su predecesor, Barack Obama, Mas Santos dijo creer que los cambios serán más bien cosméticos: "Creo que se limitará a aspectos de los viajes de americanos a la isla y de los negocios de empresas de Estados Unidos con empresas cubanas estatales y militares. Si bien hasta ahora ha habido muy poquita inversión norteamericana, esto la frenará más con la intención de forzar a Cuba a que allí haya respeto a los derechos humanos".
“El modelo de acercamiento de Obama tenía muchos beneficios, pero creo que se necesitan herramientas para presionar al régimen. Él no prestó atención a apretar a las empresas estatales. Tenía la esperanza de que Cuba respetaría más los derechos humanos para aprovechar la oportunidad. Si Obama estuviera hoy en el poder, estaría explorando la posibilidad de ser más restrictivo. Cuba no ha cumplido con su parte”, dijo.
Sobre el papel de La Habana comentó: "Lo inteligente sería darles espacio a los opositores, porque el costo económico de seguir con su acoso constante a la sociedad civil será brutal. Sería un error garrafal por su parte, pero sabemos que el régimen siempre ha escogido el poder sobre el bienestar del pueblo".
Preguntado por el diario madrileño en cuanto a de dónde podría venir un cambio en Cuba, el líder de la FNCA contestó:
"Tiene que venir de la nueva generación de la cúpula del Partido Comunista y de los militares. Ellos son los que tienen que impulsar una transición democrática. Sé que entre ellos hay gente consciente de esa necesidad, porque no es difícil ver que el sistema no funciona, pero permanece el temor de siempre: el temor de ser el primero en alzar la cabeza. Raúl Castro sigue trazando el camino y los demás lo siguen por miedo. En Cuba nada cambia, y así será hasta que el pueblo cubano diga basta. Si el pueblo cubano sigue callado y satisfecho con la situación que vive, Cuba será un desastre perpetuo".
[Redacción de Rolando Cartaya basado en entrevista de El País]