Internet y reforma económica, entre las prioridades de Obama con Cuba

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El presidente Barack Obama ofrece un discurso al pueblo cubano en La Habana.

En su directiva presidencial sobre el acercamiento con Cuba, el presidente desglosa seis objetivos prioritarios para la normalización de relaciones a medio plazo entre los Estados Unidos y la isla.

Cuando este lunes el Registro Federal publique las nuevas enmiendas a los reglamentos de las sanciones a Cuba anunciadas el viernes por la Casa Blanca, Estados Unidos habrá dado otro paso hacia la normalización de relaciones con la isla de gobierno comunista, pero ¿hacia dónde se encamina una negociación que algunos temen podría morir o debilitarse con el fin de la Administración Obama?

Ambos candidatos presidenciales han dejado claro cual será su política con respecto a las negociaciones con Cuba. Mientras la demócrata Hillary Clinton promete continuar el legado de Obama, su rival republicano, Donald Trump, advierte que revertirá las órdenes ejecutivas y concesiones que la Casa Blanca ha tenido con Cuba, "hasta que las libertades sean restauradas" en la isla.

Se desconoce la posición que asumirá el gobierno cubano con respecto a un nuevo interlocutor en la Casa Blanca. Por el momento, el gobierno ha dicho que algunas de las partes de la Directiva Presidencial tienen “un contenido injerencista”.

En cualquiera de los casos no podrá ignorarse el camino desandado hasta ahora.

Tras hacer un recuento de los logros alcanzados desde que se inició el proceso, el 17 de diciembre de 2014, Obama desglosa en su Directiva Presidencial el panorama estratégico y los seis objetivos prioritarios en los que el país deberá continuar trabajando para la normalización a mediano plazo de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

La ruta a seguir queda trazada en estos seis puntos para la negociación: interacción entre ambos gobiernos, participación y conectividad, expansión del comercio, reforma económica, respeto por los derechos humanos universales, las libertades fundamentales y los valores democráticos y por último la integración cubana en los sistemas internacionales y regionales.

El presidente prioriza las áreas y temas que fundamentan su acercamiento con Cuba, la interacción como modo de llevar adelante el diálogo bilateral, la participación ciudadana y el acceso a internet como herramientas para empoderar a los cubanos hacia el cambio, la expansión del comercio con un último empujón al embargo económico, la exigencia de mayores reformas económicas al gobierno de Raúl Castro, el avance en el diálogo sobre derechos humanos –que no busca “un cambio de régimen en Cuba”, sino “un mayor respeto por parte del gobierno cubano a los derechos humanos universales y las libertades individuales”- y una mayor integración de la isla a los organismos internacionales respetando las normas y leyes establecidas.

En declaraciones sobre la directiva, el presidente Obama recalcó que la interacción es la vía para abordar las diferencias entre los dos países.

"Todavía sigue habiendo desafíos – y aún persisten diferencias muy reales entre nuestros gobiernos sobre asuntos de democracia y derechos humanos – pero yo creo que la interacción es la mejor manera de abordar esas diferencias y hacer progreso en nombre de nuestros intereses y valores. El progreso de los últimos dos años, reafirmado por la medida de hoy, debería recordarle al mundo todo lo que es posible cuando miramos juntos al futuro", subrayó el presidente.

A continuación, puedes consultar el desglose de los seis objetivos:

1. Interacción entre ambos gobiernos

Continuaremos la participación de alto nivel y técnica en áreas de interés mutuo, incluyendo la agricultura, la economía y las pequeñas empresas, el transporte, la ciencia y la tecnología, el medioambiente, el clima, la salud, la aplicación de la ley, la migración, la seguridad nacional, la preparación y respuesta para casos de desastre, y antiterrorismo. Por medio de la Comisión Bilateral, identificaremos y priorizaremos áreas de colaboración y participación que permitan avanzar en cuanto a nuestras metas de resultados. Fuertes lazos diplomáticos permitirán la participación constructiva en las diferencias bilaterales, incluyendo nuestros programas de democracia y de radiodifusión, mientras que protegemos nuestros intereses y valores, tales como la Base Naval de Guantánamo. Utilizaremos la participación para instar a Cuba a realizar progresos demostrables en materia de derechos humanos y libertad religiosa. A medida que los gobiernos de los Estados Unidos y Cuba construyan confianza a través de una participación más frecuente, llevaremos a cabo cada vez más interacciones a nivel de trabajo entre los ministerios y organismos cubanos y las agencias y departamentos de los Estados Unidos que reduzcan la necesidad de conversaciones de alto nivel sobre cuestiones de rutina. Dada la falta de relaciones diplomáticas durante los últimos decenios, se buscará una amplia participación en todo el gobierno cubano, incluyendo ministerios y autoridades locales. Cuando sea apropiado y legalmente posible, colaboraremos con Cuba para normalizar las relaciones comerciales en su totalidad.

2. Participación y conectividad

Los Estados Unidos continuará apoyando vínculos entre personas por medio de intercambios del gobierno o patrocinado al nivel privado, incluyendo los temas de educación, cultura, negocios, ciencias, medioambiente, tecnología y deportes. A medida que lo permita la ley, seguiremos apoyando el desarrollo de servicio aéreo regular y fletado y enlaces marítimos, incluyendo los transbordadores. La asociación continuada con la comunidad de origen cubano en los Estados Unidos es de particular importancia dados sus fuertes lazos familiares y socioculturales, así como su función natural como ciudadanos-embajadores. Facilitaremos las oportunidades para que las personas de origen cubano en los Estados Unidos reconstruyan y establezcan nuevos lazos de familia para apoyar la reconciliación. Para facilitar el objetivo de aumentar su acceso a internet de un 5 por ciento a un 50 por ciento de la población de Cuba para 2020, estableceremos un grupo de trabajo bilateral para ampliar la conectividad a Internet. Buscaremos oportunidades que permitan a las fundaciones y universidades estadounidenses establecer vínculos con Cuba.

3. Expansión del comercio

El gobierno de los Estados Unidos buscara maneras de ampliar las oportunidades para que las empresas estadounidenses trabajen con Cuba. El embargo es obsoleto y debe ser levantado. Mi Administración ha pedido reiteradamente al Congreso que levante el embargo, y continuaremos trabajando hacia ese objetivo. Mientras que el embargo se mantenga en su lugar, nuestra función será la de aplicar políticas que permitan la autorización de la participación del sector privado de los Estados Unidos con el sector privado emergente de Cuba y con las empresas estatales que proporcionan bienes y servicios a la población cubana. La cooperación policial se asegurará de que el comercio autorizado y los viajeros autorizados puedan trasladarse rápidamente entre los Estados Unidos y Cuba. Aunque reconocemos la prioridad dada a las empresas estatales en el modelo cubano, pretendemos fomentar reformas que hagan alinearse a estas entidades con las normas internacionales, en especial la transparencia.

Los cambios regulatorios de los Estados Unidos han creado un espacio para que el gobierno cubano introduzca cambios comparables. En conjunto con la modificación normativa del Departamento del Tesoro para ampliar el acceso de Cuba al sistema financiero de los Estados Unidos y las cuentas en dólares de tránsito de los Estados Unidos, el gobierno cubano anunció a principios de 2016 sus planes de eliminar la penalización del 10 por ciento en las operaciones de conversión al dólar estadounidense, con sujeción a la mejora del acceso al sistema bancario internacional. Continuaremos los esfuerzos privados y públicos para explicar nuestros cambios regulatorios a las empresas y bancos estadounidenses, a los empresarios cubanos, y al gobierno cubano.

4. Reforma económica

Aunque el gobierno cubano mantiene sus metas económicas basadas en prioridades nacionales, nosotros utilizaremos nuestra cooperación ampliada para apoyar mayores reformas económicas por parte del gobierno cubano. Los recientes intercambios entre las instituciones de servicios financieros y los reguladores han permitido un mayor entendimiento mutuo de nuestros respectivos sistemas financieros y prioridades económicas. Sostendremos diálogos entre ambos gobiernos para conversar sobre opciones para las reformas macro y microeconómicas, con el objetivo de conectar los cambios en las políticas de los Estados Unidos con las reformas cubanas, de manera que se creen oportunidades para empresas los Estados Unidos y para el pueblo cubano.

Si y cuando el Congreso levanta el embargo, mi Administración participará con el Congreso y los grupos interesados en diálogos e intercambios preparatorios a nivel comercial y económico. Mi Administración entonces, de manera similar, hablará con el Congreso respecto de la sustancia y el momento para un nuevo acuerdo comercial bilateral que aborde los restantes requisitos legales para el comercio.

5. Respeto por los derechos humanos universales, las libertades fundamentales y los valores democráticos

Nosotros no buscaremos un cambio de régimen en Cuba. Continuaremos dejando claro que los Estados Unidos no puede imponer un modelo diferente en Cuba porque el futuro de Cuba depende del pueblo cubano. Deseamos un mayor respeto por parte del gobierno cubano a los derechos humanos universales y las libertades individuales de cada persona. El avance en este aspecto tendrá un impacto positivo en los otros objetivos. Alentaremos al gobierno cubano a respetar los derechos humanos, apoyaremos a la emergente sociedad civil de amplia base en Cuba y alentaremos a los asociados y a los actores no gubernamentales a sumarse a nosotros en abogar a favor de las reformas. Mientras mantenemos nuestro compromiso de apoyo a los activistas democráticos como lo hacemos en todo el mundo, también participaremos con líderes comunitarios, blogueros, activistas y otros líderes en temas sociales que puedan contribuir al diálogo interno en Cuba sobre la participación cívica. Seguiremos intentando participar con la sociedad civil por medio de la embajada de los Estados Unidos en La Habana y durante las visitas oficiales del gobierno de los Estados Unidos a Cuba. Buscaremos institucionalizar un diálogo regular sobre los derechos humanos con el gobierno cubano para impulsar el progreso en materia de derechos humanos. Seguiremos apoyando programas democráticos que sean transparentes y consistentes con la programación en otras sociedades similarmente situadas en el mundo. Hemos de utilizar nuestra creciente capacidad para participar con asociados regionales, tanto bilateralmente como por medio de las entidades regionales, para alentar al respeto a los derechos humanos en Cuba. Consultaremos con actores no gubernamentales, como la Iglesia católica y otras entidades religiosas. Finalmente, trabajaremos con la Unión Europea y entidades internacionales y países con ideas similares para impulsar al gobierno cubano a que respete los valores universales.

6. Integración cubana en los sistemas internacionales y regionales

Ampliaremos el diálogo con Cuba en las organizaciones en las que ya es miembro, como la OMC y la Organización Mundial de Aduanas (OMA), y alentaremos a Cuba a avanzar hacia una participación basada en normas, sujeta a los requisitos legales. Animaremos a Cuba para que ajuste su marco jurídico, en particular su legislación comercial, de acuerdo con las normas internacionales. Animaremos a Cuba a cumplir con las normas de la OMA para la seguridad de la cadena de suministro. En la medida permitida y en consonancia con la ley aplicable, facilitaremos la integración en los organismos internacionales, incluso mediante el uso de programas de asistencia técnica.

Continuaremos cooperando con Cuba en temas regionales y globales (por ejemplo, la lucha contra el brote de ébola y el proceso de paz en Colombia). Poner fin al embargo y satisfacer otros requisitos legales relativos al comercio permitirá a los Estados Unidos normalizar las relaciones comerciales con Cuba.