Informes destacan aumento de abusos contra minorías étnicas y religiosas en China

La policía china reprime a miembros de la etnia uigur.

La dramática situación de los miembros de la etnia uigur, kazaja y otras minorías musulmanas en China, ha vuelto a salir a la palestra pública con la presentación de los informes del año 2019 de la Comisión Ejecutiva Congresional sobre China (CECC), compuesta por miembros de ambos partidos del Congreso de los Estados Unidos y funcionarios gubernamentales, y el Instituto Australiano de Políticas Estratégicas (ASPI), con sede en Camberra, Australia.

Ambos textos llegan a la conclusión de que existe un alarmante incremento de la expansión represiva en contra de estas minorías, cometida por el Partido Comunista de China (PCC).

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En sus respectivas investigaciones han salido a la luz los escabrosos detalles del programa de rehabilitación y reinserción creado por el PCC, en los que destacan la brutalidad de los trabajos forzados para las minorías musulmanas y los abusos de derechos humanos.

Marco Rubio, senador republicano fe La Florida, uno de los copresidentes de la CECC, expresó durante la presentación del informe de la CECC:

“Desde hace mucho tiempo el Partido Comunista de China se ha salido con la suya por el uso sistemático de los trabajos forzados contra los musulmanes uigures y otras minorías musulmanas turcas en Sinkiang”.

Más de un millón de uigures, kirguizos y kazajos, junto a otros grupos musulmanes minoritarios, han estado cautivos en campos de internamiento en Sinkiang desde abril de 2017.

Estos campos, supuestamente diseñados para reeducar a los internos, se emplean a fondo en intentar borrarles desde sus creencias, hasta su identidad para, literalmente, inocularles la idea de patriotismo según la ideología comunista. Como método de “reeducación” según se ha documentado y denunciado ampliamente, utilizan los golpes y todo tipo de torturas para obligarles a renunciar al islam.

Por su parte, en el informe del instituto ASPI se “expone una nueva fase en la campaña de reingeniería social de China enfocada en los ciudadanos minoritarios”.

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Tanto los documentos de ASPI como de CECC señalan que el PCC ha aumentado el tipo y la cantidad de abusos a los que someten a los internos en los campos, que incluyen el trabajo obligatorio por poco o ningún pago y en muy malas condiciones, aplicando métodos coercitivos implementados a través de la crueldad. Esto no ocurre solamente en el campo de reeducación de Sinkiang.

Según ASPI, el gobierno chino transfirió a más de 800.000 detenidos en los campos de Sinkiang y los reubicó en fábricas textiles y electrónicas en todo el territorio nacional. Estos trabajadores son continuamente vigilados y no pueden negarse a trabajar so pena de que sus familiares sean también detenidos.

“Como he dicho antes, el historial del PCC en Sinkiang es la mancha del siglo”, afirmó el secretario de Estado Mike Pompeo el 11 de marzo al presentar el Informe del Departamento de Estado 2019 sobre Derechos Humanos, que detalla la “tortura sistemática y otros tratos degradantes” por parte de China a sus minorías étnicas.

(Nota redactada con información de ShareAmerica)