Cuba fue incluida por primera vez este lunes en el Mapa Latinoamericano de Feminicidios, un reporte de la organización feminista Rumbo Sur que contabiliza este flagelo en la región.
En la isla han ocurrido este año 34 feminicidios, según el conteo de plataformas independientes que luchan contra la violencia de género.
El Mapa Latinoamericano de Feminicidios es elaborado entre organizaciones de la Red Latinoamericana contra la Violencia de Género. La inclusión de Cuba fue realizada gracias a la colaboración de la plataforma Yo Sí te Creo en Cuba y el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT), informó la revista del mismo nombre.
La activista del OGAT Yanelys Núñez, una de las feministas que participó en la confección del informe, dijo a Alas Tensas que el hecho de que Cuba aparezca en este mapa regional “es de gran importancia porque, primero, a través de él se reconoce la seriedad del trabajo de los observatorios independientes cubanos".
Núñez agregó que la inclusión de Cuba en el reporte de Rumbo Sur ayuda a ampliar “la visibilidad de los registros y estadísticas”contabilizados en la isla, y constituyen "el primer ejercicio de reparación que podemos ofrecer a las víctimas de violencia de género y a sus familiares”.
Lee también Una mujer de Camagüey es la víctima 34 de feminicidio este año en CubaLas feministas cubanas han insistido en la necesidad de una Ley Integral contra la Violencia de Género en la isla, pero la medida ha sido pospuesta por las instituciones gubernamentales, a pesar de un auge de este tipo de crímenes.
En octubre pasado, el OGAT registró seis feminicidios en Cuba, lo que representa "un aumento considerable respecto al mismo mes de años anteriores". En 2021 se contabilizaron tres casos, y en 2020, dos. Ante esta situación, las organizaciones feministas, en su conjunto, han llamado a las autoridades cubanas a establecer un "estado de emergencia por violencia de género".
La aparición de Cuba en este mapa latinoamericano, “también nos permite dinamitar los relatos del régimen sobre esta problemática, y nos permite exponer su falta de voluntad política en la lucha contra la violencia de género”, concluyó la activista.