El siniestro ya ha consumido 5.500 hectáreas, pero los bomberos cubanos dicen que "no penetrará en áreas del macizo boscoso de la Meseta de San Felipe".
Un incendio forestal que ha arrasado en una semana 5.500 hectáreas de árboles, pastos y malezas en el oriente de Cuba, ha sido controlado "pero no sofocado", informó este viernes el Cuerpo de Guardabosques.
El fuego, que comenzó el viernes 7 en la reserva de coníferas de San Felipe, en la provincia de Camagüey, 530 km al este de La Habana, está "cercado, pero no sofocado", dijo Radiel Pavón, responsable local del Cuerpo de Guardabosques, citado por el portal del diario Juventud Rebelde.
Pavón explicó que el incendio, que ya consumió 5.500 hectáreas, "no penetrará en áreas del macizo boscoso de la Meseta de San Felipe", una de las principales reservas de pinos y eucaliptos de la isla.
En el terreno trabajan unos 200 guardabosques y bomberos, quienes "han creado en medio del siniestro unos 200 kilómetros de trochas cortafuego, con lo que se ha cercado el incendio", apuntó Pavón.
"La permanencia del fuego ha estado favorecida por las condiciones ambientales, como la velocidad del viento de hasta 25 km por hora y sus cambios frecuentes de dirección, la elevada temperatura del suelo y la vegetación, y sequedad por la ausencia de lluvias en la zona", explicó.
Las autoridades investigan las causas del siniestro, que ha provocado "cuantiosos daños económicos", según medios locales, que no especifican el monto de las pérdidas materiales provocadas por el incendio.
El fuego, que comenzó el viernes 7 en la reserva de coníferas de San Felipe, en la provincia de Camagüey, 530 km al este de La Habana, está "cercado, pero no sofocado", dijo Radiel Pavón, responsable local del Cuerpo de Guardabosques, citado por el portal del diario Juventud Rebelde.
Pavón explicó que el incendio, que ya consumió 5.500 hectáreas, "no penetrará en áreas del macizo boscoso de la Meseta de San Felipe", una de las principales reservas de pinos y eucaliptos de la isla.
En el terreno trabajan unos 200 guardabosques y bomberos, quienes "han creado en medio del siniestro unos 200 kilómetros de trochas cortafuego, con lo que se ha cercado el incendio", apuntó Pavón.
"La permanencia del fuego ha estado favorecida por las condiciones ambientales, como la velocidad del viento de hasta 25 km por hora y sus cambios frecuentes de dirección, la elevada temperatura del suelo y la vegetación, y sequedad por la ausencia de lluvias en la zona", explicó.
Las autoridades investigan las causas del siniestro, que ha provocado "cuantiosos daños económicos", según medios locales, que no especifican el monto de las pérdidas materiales provocadas por el incendio.