El Instituto Cubano de Arte e Industrias Cinematográficas (ICAIC) se tomó tiempo para aprobar el rodaje de Rápido y Furioso 8; estudió el guión y negoció las ganancias, explicó Roberto Smith Castro, presidente del instituto, sin revelar cuánto había dejado Hollywooda su paso por La Habana.
“La producción de Rápido y Furioso 8 en Cuba todavía está cerrando sus operaciones financieras. He escuchado comentarios con cifras totalmente exageradas que no se corresponden con ninguna lógica. Las producciones cinematográficas pagan los diferentes servicios que reciben de las entidades que los ofrecen. El ICAIC recibe lo que corresponde a los servicios de producción. Otros pagos se realizaron al turismo, a las locaciones, etc", afirmó.
"Por nuestra parte no habrá ningún problema en ofrecer la información final sobre nuestros ingresos”, prometió el funcionario al diario Juventud Rebelde.
Smith Castro explicó que las utilidades del rodaje de Rápido y Furioso 8 se utilizarán en “los servicios a la producción, en el sistema de la cultura y en el cine nacional, tanto para la producción de nuestras películas, como para el fortalecimiento de la capacidad industrial del cine cubano” y especialmente en las tecnologías de postproducción.
El rodaje es una actividad que genera ingresos muy altos y requiere una negociación previa, aseguró el funcionario.
“Cuando se trabaja con el Icaic, el primer paso es la aprobación del guion. No son pocos los proyectos que hemos rechazado por acercamientos que consideramos inadecuados sobre la realidad cubana. Sin embargo, y este es un matiz importante, esto no quiere decir que debamos estar de acuerdo con la propuesta artística o estética del filme, porque siempre será un filme extranjero, no cubano. En segundo lugar, el servicio debe pagarse de forma justa para beneficio de quienes trabajen y también de la institución, que necesita ingresos para su producción nacional”, detalló.
La propuesta de la Universal fue objeto de un largo análisis pues no responde “al tipo de cine que defendemos”, dijo el presidente del ICAIC.
“La negociación se extendió por varios meses. Los representantes de la Universal mostraron siempre respeto por el ICAIC, voluntad de trabajar con nuestra institución y una actitud abierta al análisis de cualquier tópico. Sobre el guion, se realizó una evaluación positiva, atendiendo sobre todo a la imagen que ofrecería de La Habana como una ciudad muy atractiva, aunque siempre es difícil que estas historias escapen de los lugares comunes a este tipo de cine”.
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