Amnistía Internacional afirmó en 1997 que hay suficientes datos sobre el hundimiento del Remolcador 13 de Marzo que sugieren que se trataba de una operación oficial del régimen cubano contra 72 civiles desarmados.
En su informe, Amnistía recuerda estas palabras del régimen, publicadas en Granma: este irresponsable hecho de piratería promovido y estimulado por las radios contrarrevolucionarias, los elementos más reaccionarios de la gusanera de Miami y por los consabidos incumplimientos de los acuerdos migratorios de los Estados Unidos.
Pero Amnistía subraya que las Tropas Guardafronteras de Cuba se encuentran bajo jurisdicción de Ministerio del Interior. Y en ese contexto concluye que si los hechos del 13 de julio de 1994 se desarrollaron del modo descrito por varios de los supervivientes, los que murieron como consecuencia del incidente fueron víctimas de una ejecución extrajudicial.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH, adscrita a la OEA) también llegó a una conclusión que no concuerda con el relato oficial.
En su informe de octubre de 1996 cita las declaraciones del régimen, como por ejemplo: El comportamiento de los obreros fue ejemplar, no se puede decir que no, porque trataron que no les robaran su barco...El comportamiento de los guardafronteras fue intachable, salvaron 25 vidas.
También cita a Fidel Castro, quien dijo: Pero yo veía muy pérfido el propósito de llamar “gubernamentales” a las embarcaciones, porque lo que querían decir con eso es que era una responsabilidad gubernamental el hundimiento del barco...Las autoridades, realmente, habían salvado 25 vidas.
No obstante, la CIDH concluye que el Estado de Cuba violó el derecho a la vida --artículo I de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre-- de las 41 personas que naufragaron y perecieron como consecuencia del hundimiento del remolcador 13 de Marzo.
También concluye que el Estado de Cuba violó la integridad personal de las 31 personas que sobrevivieron.
"Fue un acto premeditado e intencional", aseveró la Comisión Interamericana en 1996.
Esta agresión de tres remolcadores modelo Polargo, con cascos de acero y cañones de agua, contra civiles abordo del 13 de Marzo, ocurrió el 13 de julio de 1994 a siete millas náuticas de La Habana.
Un cuarto de siglo más tarde, las víctimas, sus familiares, los sobrevivientes y la mayoría de los cubanos que continúan clamando por justicia, corren el riesgo de convertirse en un largo grito que no cesa.