Las nuevas directrices judiciales de China especifican que los delitos de secesión cometidos por "separatistas" taiwaneses son punibles según la legislación china, advirtió la ONG Human Rights Watch, HRW, en un comunicado de prensa.
Las directrices autorizan el uso de juicios en ausencia e incluso la pena de muerte para cualquier persona que afirme la independencia de Taiwán, afirmó HRW.
También destacó que la República Popular China, desde su fundación en 1949, "nunca ha gobernado Taiwán y no tiene jurisdicción sobre Taiwán, que se gobierna democráticamente".
Las directrices relativas a los "separatistas" taiwaneses, señaló la ONG, “son duros recordatorios de que el gobierno chino amenaza habitualmente a Taiwán y a sus 23 millones de habitantes, y ha ampliado sus agresivos esfuerzos para reprimir sus libertades básicas”.
La Ley Antisecesión de China de 2005 amenazó ambiguamente con usar "otras medidas" contra las "fuerzas secesionistas taiwanesas", sin especificar qué constituía "secesionista".
Sin embargo, las nuevas directrices tipifican como delito penal todo lo relacionado con la independencia de Taiwán, incluido "el establecimiento de una organización separatista de 'Independencia de Taiwán'", "promover la entrada de Taiwán en organizaciones internacionales" y desviarse de la narrativa china de Taiwán "en campos como la educación, la cultura, la historia o los medios de comunicación".
Otros delitos excesivamente amplios citados por HRW incluyen "conducta que busca separar a Taiwán de China" y "participar activamente" en "organizaciones separatistas" taiwanesas.
Además, las directrices amenazan con juicios en ausencia sin prescripción para quienes eludan ser juzgados. Tampoco diferencian entre ciudadanos taiwaneses y extranjeros, subraya la ONG.
Las nuevas directrices también amenazan con la pena de muerte para "delitos" considerados "especialmente graves o [...] vil".
El gobierno chino lleva a cabo la mayor cantidad de ejecuciones en el mundo, aunque el número exacto sigue siendo un secreto de Estado. HRW recordó en ese sentido que se opone a la pena de muerte en todas las circunstancias “debido a su crueldad inherente”.
Entretanto, Taiwán ha elevado sus niveles de alerta para los ciudadanos taiwaneses que viajan a China, citando casos recientes de arrestos e interrogatorios.
“Es probable que estas nuevas directrices tengan un efecto disuasorio adicional en los aproximadamente 150.000 ciudadanos taiwaneses que viven en China, para quienes la autocensura es rutinaria”, añadió HRW.
Las nuevas directrices judiciales son el último esfuerzo del gobierno chino “para controlar el derecho de las personas a la libertad de expresión más allá de sus fronteras. Todas las personas tienen derechos y libertades fundamentales, incluidas las que creen en la independencia de Taiwán o la defienden”, concluyó Human Rights Watch.