Cuba, con la sombra de las deserciones y de un cuerpo de lanzadores titubeante, debuta este domingo ante Brasil.
Como refrendando que sus triunfos de los últimos años en la arena internacional no fueron un espejismo, Holanda dio el primer paso en firme en el III Clásico Mundial de Béisbol, cinco carreras por cero sobre Corea del Sur.
Diegomar Markwell, el zurdo que hace días dominó a Cuba en un partido de fogueo, lanzó cuatro entradas efectivas frente a los coreanos, con dos hits tolerados y dos ponches a su expediente, en el programa efectuado en el grupo B del Clásico, en Taipei de China.
Tres relevistas completaron la lechada de los tulipanes, que contaron con dos carreras impulsadas del outfielder de Nacionales de Washington, Roger Bernadina, y un par de hits de Andruw Jones, ex de los Bravos de Atlanta. Humillados en su continente, los coreanos se disculparon por intermedio de su manager: fue terrible, dimos solo cuatro hits y cometimos cuatro errores al campo, se lamentó.
Este era un pleito entre escuadras de reciente pedigrí, pues Holanda es el titular mundial y Corea del Sur el subcampeón del Clásico precedente. La llave –y el III Clásico—se habían inaugurado con el éxito de Taipei, 4-1 sobre Australia, de la mano del derecho de Grandes Ligas Chien-Ming Wang, capaz de completar seis episodios en blanco pese al límite reglamentario de lanzamientos; Chen-Ming Peng, inicialista y tercer bate, produjo dos carreras.
En el grupo A, donde está ubicada Cuba, Japón logró marcar tres veces en el octavo inning (ganaron 5-3) y librarse de una amenazante ventaja de Brasil, que iba al frente 3-2. Los sudamericanos no pudieron enrolar al primer big leaguer de su historia, el receptor Yan Gomes, que prefirió prepararse rumbo a la temporada de la Gran Carpa; en cambio, el cubano Juan Carlos Muñiz pegó un hit en tres turnos, y su compatriota Ernesto Noris estuvo perfecto en 1,1 innings como relevo.
Cuba, con la sombra de las deserciones cada vez más numerosas de sus peloteros, y de un cuerpo de lanzadores titubeante, como lo demuestran sus pleitos de fogueos en 2013, debuta este domingo –noche y madrugada, hora de La Habana—ante Brasil, elenco sometido a un schedule muy riguroso.
Diegomar Markwell, el zurdo que hace días dominó a Cuba en un partido de fogueo, lanzó cuatro entradas efectivas frente a los coreanos, con dos hits tolerados y dos ponches a su expediente, en el programa efectuado en el grupo B del Clásico, en Taipei de China.
Tres relevistas completaron la lechada de los tulipanes, que contaron con dos carreras impulsadas del outfielder de Nacionales de Washington, Roger Bernadina, y un par de hits de Andruw Jones, ex de los Bravos de Atlanta. Humillados en su continente, los coreanos se disculparon por intermedio de su manager: fue terrible, dimos solo cuatro hits y cometimos cuatro errores al campo, se lamentó.
Este era un pleito entre escuadras de reciente pedigrí, pues Holanda es el titular mundial y Corea del Sur el subcampeón del Clásico precedente. La llave –y el III Clásico—se habían inaugurado con el éxito de Taipei, 4-1 sobre Australia, de la mano del derecho de Grandes Ligas Chien-Ming Wang, capaz de completar seis episodios en blanco pese al límite reglamentario de lanzamientos; Chen-Ming Peng, inicialista y tercer bate, produjo dos carreras.
En el grupo A, donde está ubicada Cuba, Japón logró marcar tres veces en el octavo inning (ganaron 5-3) y librarse de una amenazante ventaja de Brasil, que iba al frente 3-2. Los sudamericanos no pudieron enrolar al primer big leaguer de su historia, el receptor Yan Gomes, que prefirió prepararse rumbo a la temporada de la Gran Carpa; en cambio, el cubano Juan Carlos Muñiz pegó un hit en tres turnos, y su compatriota Ernesto Noris estuvo perfecto en 1,1 innings como relevo.
Cuba, con la sombra de las deserciones cada vez más numerosas de sus peloteros, y de un cuerpo de lanzadores titubeante, como lo demuestran sus pleitos de fogueos en 2013, debuta este domingo –noche y madrugada, hora de La Habana—ante Brasil, elenco sometido a un schedule muy riguroso.