Luis Miranda, subsecretario principal adjunto de comunicaciones del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, conversó con Martí Noticias sobre la situación en la frontera sur tras la implementación de la nueva orden ejecutiva del presidente Joe Biden.
El funcionario, conocido por su papel en la administración de programas como el parole humanitario y la aplicación CBP One, proporcionó detalles sobre los efectos inmediatos de estas medidas en la gestión migratoria y los esfuerzos por establecer un control más eficiente y humanitario.
"Ya hemos visto un impacto en la frontera", aseguró.
La nueva orden ejecutiva, que entró en vigor a medianoche del miércoles, introduce cambios significativos en la manera en que EE.UU. maneja los cruces ilegales.
La normativa no solo restringe el acceso al asilo para aquellos que cruzan ilegalmente, sino que también refuerza las protecciones para personas con reclamos legítimos, en conformidad con las obligaciones internacionales del país, como la Convención contra la Tortura.
Estrategia para descongestionar el sistema de asilo
Una de las críticas recurrentes a las nuevas políticas es su potencial impacto en las víctimas de trata. Miranda respondió a estas preocupaciones destacando la importancia de proteger a las víctimas y afirmó que “todos deberíamos estar de acuerdo en que deben existir protecciones para estas personas”.
Según explicó, la orden equilibra la necesidad de un control más estricto con la obligación moral y legal de ofrecer protección a los más vulnerables. El funcionario enfatizó además en la necesidad de acción legislativa para proporcionar los recursos y autoridades necesarias para gestionar efectivamente la frontera.
Procesos legales y CBP One
En un esfuerzo por ofrecer rutas legales y seguras para la inmigración, la administración Biden ha ampliado los procesos de parole humanitario y las citas de CBP One.
“Estamos gestionando 1450 citas al día para personas con reclamos legítimos,” detalló Miranda.
Este sistema permite a los solicitantes coordinar una cita para una entrevista en un puerto de entrada con un oficial de aduanas y protección fronteriza, modernizando y acelerando el proceso de admisión. Aunque la cita no garantiza un estatus, proporcionan una vía ordenada para la evaluación de antecedentes y la determinación de admisibilidad, indicó.
Críticas y desafíos en la frontera
A pesar de los avances, la situación en la frontera sur sigue siendo compleja. Muchos inmigrantes se quejan de las prolongadas estadías en México, donde enfrentan condiciones inseguras y la amenaza de grupos criminales.
Miranda reconoció estos desafíos y explicó que se han incrementado las citas diarias de CBP One de 700 a 1450 para reducir los tiempos de espera. Además, señaló que la aplicación permite a los solicitantes programar citas desde lugares alejados de la frontera, evitando así la acumulación de personas en áreas peligrosas.
Asimismo, advirtió sobre los peligros de cruzar la frontera ilegalmente, subrayando que el dinero pagado a los traficantes de personas va a parar a manos de cárteles que cometen secuestros, extorsiones y otros abusos.
“El uso de la aplicación CBP One previene estos riesgos, ya que organiza la llegada de los solicitantes de manera segura y controlada”, afirmó.
Entrada de represores
Respecto a los intentos de personas vinculadas a los regímenes cubano, nicaragüense y venezolano por ingresar a Estados Unidos pidiendo asilo, mencionó que el proceso de investigación de antecedentes está diseñado para detectar y prevenir la entrada de individuos que representen una amenaza a la seguridad pública o nacional.
Aunque no pudo dar detalles específicos sobre casos individuales, aseguró que el sistema está equipado para manejar estos desafíos de manera efectiva.
En conclusión, Miranda subrayó que la nueva orden ejecutiva y las herramientas como CBP One están comenzando a mostrar resultados positivos en la gestión de la frontera, dirigiendo a más personas hacia rutas legales y reduciendo el cruce ilegal. La administración continúa abogando por la acción legislativa necesaria para consolidar estos avances y manejar de manera sostenible la migración en la frontera sur.