El japonés Shohei Ohtani rompió este lunes el silencio, tras el escándalo de apuestas ilegales en los deportes que involucró a su ex traductor y amigo Ippei Mizuhara, y que salpicó de alguna manera a la estrella de los Dodgers de Los Angeles.
En una conferencia de prensa que duró 12 minutos, Ohtani aseguró que él jamás apostó y que desconocía la adicción al juego de Mizuhara.
“Estoy más que sorprendido. Es difícil verbalizar cómo me siento en este momento”, dijo el japonés, a través de su nuevo traductor, Will Ireton.
Asimismo, señaló que jamás estuvo de acuerdo con cubrir las deudas contraídas por su ex intérprete en apuestas ilegales.
“La semana pasada en Corea (del Sur), los medios se comunicaron con un representante de mi grupo para preguntarle sobre mi posible participación en las apuestas deportivas”, dijo el pelotero, que pactó durante el invierno el mayor contrato en la historia de los deportes, por 700 millones de dólares por diez temporadas.
“Ippei nunca me reveló que existía esta investigación de los medios, ni a los representantes de mi bando. Ippei dijo a los medios y a mis representantes que yo, en nombre de un amigo, pagué una deuda. Todo esto ha sido una gran mentira”, aseveró Ohtani, quien no respondió preguntas tras sus declaraciones.
Mizuhara fue despedido por los Dodgers, tras revelarse pagos por 4.5 millones de dólares que salieron de las cuentas de Ohtani.
El escándalo explotó la pasada semana, cuando los Dodgers jugaron una serie de dos partidos contra los Padres de San Diego en Seúl, capital de Corea del Sur.
El enorme monto de dinero que salió de los fondos de Ohtani desató una serie de especulaciones sobre si el ex traductor era un ludópata o en realidad un testaferro que apostaba a nombre del estelar jugador nipón.
La regla 21 de Grandes Ligas en relación con las apuestas deportivas establece que cualquier persona involucrada en el béisbol podrá hacerlo en otros deportes, siempre y cuando éstas sean legales.
En el caso de California, es uno de los 12 estados de la Unión Americana donde las apuestas deportivas no están permitidas y las que presuntamente realizó Ippei Mizuhara fueron con un corredor ilegal.
Si las apuestas se hicieron en el béisbol, pero no en juegos del mismo equipo al que pertenece la persona involucrada, podrían conllevar una suspensión de hasta un año.
Si las apuestas se hicieron dentro del béisbol y en juegos del mismo equipo que la persona involucrada, el castigo sería la expulsión de por vida.
Las autoridades federales de EEUU mantienen abierta una pesquisa sobre este caso, mientras que la oficina del Comisionado de Grandes Ligas lleva a cabo su propia investigación.