Aunque notablemente debilitado, el periodista independiente Guillermo del Sol no abandona la huelga de hambre que lleva a cabo hace 33 días en su vivienda de Santa Clara, exigiendo a las autoridades cubanas que dejen de prohibir la salida del país a toda persona que disienta de su política.
Del Sol dijo a Radio Televisión Martí que este viernes volvió a examinarlo un médico que dice ser enviado por las autoridades de salud pública.
El comunicador señaló que ya se encuentra muy decaído, y que su cuerpo casi no tolera el agua que ingiere. "No creo que me quede mucho hasta que pierda el conocimiento y me ingresen", dijo.
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"No sé qué planes tiene Raúl Castro conmigo pero yo asumo el reto, y voy a llegar hasta las últimas consecuencias, hasta que no haya más regulados en Cuba, o hasta que deje mi vida en el empeño", concluyó.
Del Sol, miembro de la ilegal Iglesia Católica Antigua, en Santa Clara, está en huelga desde el 13 de agosto, luego de que su hijo Adrián del Sol Alfonso fuera impedido de viajar a Trinidad y Tobago para asistir a talleres religiosos de la Organización Cristiana Mundial.
En una actualización este viernes en Facebook sobre el estado de salud de su padre, Del Sol Alfonso pidió la solidaridad de las personas y las instituciones internacionales, y se preguntó "dónde están esas organizaciones internacionales que se dedican a exigir por el respeto y la vida de los seres humanos".
En días pasados, en un llamamiento a Naciones Unidas, el grupo opositor Corriente Martiana pidió una "acción urgente" ante la delicada situación de salud que enfrenta el activista.
Del Sol es uno de los alrededor de 200 "regulados" por las autoridades cubanas que se han visto impedidos de viajar fuera de Cuba en lo que va de año.
(Con reporte de Ivette Pacheco, redes sociales y archivo Radio Televisión Martí)