La Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) incluyó entre los ponentes de un panel académico sobre los sucesos del 11 de julio en Cuba al agente de inteligencia cubano Abel Enrique González Santamaría.
“Es un coronel del MININT (Ministerio del Interior) pero no cualquier coronel del MININT. Estuvo junto con Alejandro Castro Espín, el hijo de Raúl Castro, en la ya desaparecida Comisión de Defensa y Seguridad Nacional, un organismo superpoderoso creado para que el hijo de Raúl espiara y tratara de controlar, sobre todo a personas de primer nivel dentro de Cuba, personas que tenían que ver con el mundo de las inversiones y que creó muchísimos problemas por la actuación que tuvieron y la cantidad de personas que persiguieron y que defenestraron en esa época”, indicó a Radio Televisión Martí el periodista y académico José Raúl Gallego.
“Es muy preocupante que esta persona, que no solamente es un oficial de inteligencia, sino que también forma parte del organismo que reprimió, que hostigó, que encarceló, que mató durante el 11 de julio, se vaya a presentar en un panel sobre el 11 de julio y no, como un oficial del MININT, sino como si fuera un académico más entre los otros que van a estar”, recalcó Gallego.
Lee también Piden a LASA que manifieste “sin ambages” su compromiso con el Estado de Derecho en CubaGonzález Santamaría fue miembro, junto con Alejandro Castro Espín, de la delegación que estuvo en las negociaciones entre Cuba y Estados Unidos durante la administración Obama.
El oficial de inteligencia es el compilador del libro titulado “Miradas en contexto”, que se publicó poco tiempo después del 11 de julio, en el cual se justifica las violaciones de derechos cometida por el Estado cubano ese día y los posteriores, y se criminaliza a los manifestantes, señaló el comunicador.
La denuncia de Gallego ha desatado una fuerte polémica en las redes sociales. Intelectuales cubanos se sumaron a las críticas hacia la organización estadounidense.
“LASA siempre tiene la tentación de jugar en el borde del escándalo político e ideológico con la justificación de que está abierto a los sectores progresistas, a los países que han sufrido ‘la bota del imperialismo’, etcétera. Y en este juego llega ahora el escándalo de invitar a los verdugos para que hablen de la suerte de sus víctimas. Y eso no me parece que tiene un buen fundamento o criterio moral”, puntualizó el opositor y analista cubano, Manuel Cuesta Morúa.
Lee también El régimen cubano: fábrica de artistas disidentes“Un panel de esta naturaleza debe invitar primero a las víctimas, a los que están cercanos a ellas. Habría sido conveniente invitar a familiares de los jóvenes que han sido ahora condenados, desproporcionadamente, sólo por ejercer su derecho a la manifestación y a la expresión, de hecho, equilibraría a este panel que más parece un tribunal que un panel para discutir sobre la profundidad o las razones fundamentales que llevaron a miles de jóvenes a manifestarte en las calles el 11 y el 12 de julio”, dijo Cuesta Morúa.
“Hablar de Cuba significa reconocer a toda su diversidad y a toda su pluralidad. El 11 de julio la gente salió a las calles, espontáneamente y desde todos los sectores, y en un núcleo bien representativo de lo que quiere la sociedad cubana. Ellos [el régimen] han perdido el monopolio de la voz sobre Cuba”, agregó.
La académica y profesora adjunta de la Universidad de Houston, Texas, Mabel Cuesta, ve la invitación de LASA a un agente castrista desde dos perspectivas:
“Por una parte, está la decisión de LASA de admitir dentro de un panel a una persona que es miembro del Ministerio del Interior de Cuba y por otra parte está ese mismo panel académico en el que esta persona va a participar.
¿Por qué digo que es importante hacer la diferencia? Porque sí, es un error dar voz y espacio en una conferencia académica, como es el caso de Latin American Studies Association, a un represor, a un miembro activo del cuerpo dictatorial de Cuba, y eso, definitivamente, es un hecho negativo que debería hacer que, mínimo, LASA reconsiderara la participación de esta persona”.
“Pero a la misma vez, el resto de los ponentes de ese panel son académicos que, si bien están al servicio o son afines al régimen castrista o procastrista, pero no practicantes, en el sentido literal, de la represión y del ejercicio de persecución, creo que deberían tener un espacio”, indicó Cuesta.
El panel “Antecedentes de las protestas del 11 de julio en Cuba”, programado para el próximo 7 de mayo, está formado, además, por Yulexis Almeida Junco, profesora asistente del departamento de Sociología de la Universidad de La Habana y el diplomático cubano Carlos Alzugaray Treto.
Incluye a Danielle Clealand, profesora asociada de la Universidad de Texas; Mauricio de Miranda, profesor de la Universidad Pontificia Javeriana de Cali, Colombia y Ricardo Torres Pérez de la Universidad de La Habana.
“LASA es una asociación del mundo libre. Es parte de las dinámicas de un mundo libre y de una sociedad abierta como es la estadounidense y, por lo tanto, la libertad de opinión y la libertad de expresión, no se pueden coartar, aunque la ideología sea distinta”, subrayó Mabel Cuesta.
“Obviamente me opongo a la inclusión de un agente de inteligencia en un panel, en un espacio académico, pero a la misma vez celebro que en ese espacio académico, entendiendo LASA como un todo, haya voces diversas porque esa es la meta. Tener voces diversas tanto dentro como fuera de Cuba”, concluyó la académica.