El músico argentino Fito Páez abordó con el medio independiente cubano El Toque la controversia en torno al documental “La Habana de Fito”, del realizador Juan Pin Vilar.
“El compositor rosarino reconoce que hay dos cuestionamientos que incomodaron especialmente al poder cubano. Uno tiene que ver con sus declaraciones sobre la desaparición de Camilo Cienfuegos (en las que invita a cuestionar un suceso no esclarecido) y el otro con su rechazo a la pena de muerte aplicada contra unos secuestradores de lancha en 2003”, informó el 14 de julio la periodista de El Toque, Yenys Laura Prieto, en un artículo titulado "Fito Páez: mi único patrimonio es la libertad".
“La Habana de Fito” fue víctima de un acto de censura y de una exhibición no autorizada en el pasado mes de junio, lo que generó protestas en el gremio de los trabajadores del cine y un manifiesto firmado por cientos de personas en apoyo a la libertad de expresión. Según criticó Vilar en sus redes sociales, la prensa cubana emitió "una copia mala y robada" que no era "el corte definitivo". Ricardo Figueredo, productor del documental, agregó que en la retransmisión se contó con "una selección de críticos escogidos y sin invitar a Juan Pin" que "manipularon lo que el documental y el propio Fito Páez expresan".
Entretanto, este domingo en la mañana el Consejo de Dirección del ICAIC conoció la decisión de liberar de su cargo al Presidente de la institución, Ramón Samada Suárez, "a partir de su solicitud personal".
Lee también Documental sobre Fito Páez: cineastas cubanos expresan su total desacuerdo con las explicaciones de las autoridades culturalesDurante una visita a Madrid, en medio de una gira, Fito explicó a El Toque que jamás fue manipulado por Vilar, como acusa el gobierno, y que aportó ideas al proyecto, como incluir las palabras de Pablo Milanés y otros.
“Vi el documental, me gustó el último corte. También estuve al tanto de lo que sucedió primero con la suspensión de los tres filmes programados en el espacio de El Ciervo Encantado. Ahí comienza a haber un poquito de ruido, ¿no? sin ninguna explicación aparente, que es como parece que funcionan las cosas en Cuba, lamentablemente. A estas alturas, estar explicando que las cosas no son de una sola manera parece, por lo menos, paleolítico o medieval. Hay gente que todavía sigue atorada en este tipo de cuestiones”, dijo el músico argentino.
Explica en ese contexto que su manager conversó con el viceministro de Cultura de Cuba, momento en el cual fue informado sobre una ley “por la cual no se pueden decir cosas en contra del régimen”. Luego, su manager comentó al funcionario que con esa ley vigente, “¿cómo vas a invitar a Fito a que vaya (a Cuba)?”.
La exhibición del documental fue “un movimiento infantil” y “una especie de antigua tradición de manipulación de los hechos”, argumentó Fito.
"La palabra manipulación va a cobrar valor, aquí y ahora, porque hacen la pasada del documental en la televisión abierta, de un día para el otro, sin permiso de Juan Pin; sin tener los derechos musicales, sin tener mi permiso. Entonces, se convierte en una provocación… Te diría en un sentido ‘menor’, porque parecen niños. No parece una charla adulta de alguien que quiere tener realmente una discusión al respecto, como lo haría cualquier intelectual o persona ligada seriamente a la vida estatal o a la vida de un Ministerio de Cultura”, precisó el músico.
Lee también Cineastas condenan manipulación de filme sobre Fito Páez y acusan a las autoridades de Cuba de violar principios éticosEl argentino también lamenta cómo la prensa cubana presentó el documental: "le informan al espectador desprevenido que van a suceder cosas que no están bien. Pasan el documental y después, claro, dicen: ‘acá no hay ninguna censura, estamos pasando el documental’. Por no hablar del tema legal, pues se establece una nueva situación que pone en riesgo un montón de cosas como Estado, al haber cometido casi un delito —si no un delito— y la provocación de seguir dejando afuera al protagonista de esta escena”.
Acerca de la acusación de haber sido manipulado, Fito Paéz es tajante. “Parece una especie de táctica de los Servicios de Inteligencia antiguos. Intentan instalar la idea de que Juan Pin me manipula para que yo diga lo que digo allí”.
Luego aclara, “yo soy amigo del pueblo cubano, no soy amigo de ellos. Ellos no representan al pueblo cubano. Yo sí soy amigo del pueblo cubano. Y voy a estar allí hasta las últimas consecuencias con lo que haya que hacer. Intentar acusarme de ingenuo o presentarme como una persona manipulable habla de lo poco que me conocen. Es una falta de respeto, por otro lado. Para que quede clarísimo, aquí Juan Pin no ejerció ninguna manipulación porque yo no soy un hombre manipulable y tengo mis ideas clarísimas”.
En ese sentido, considera que los burócratas no son el pueblo, y que siempre culpar al embargo no funciona.
“Basta de echarle la culpa de todo al bloqueo norteamericano”, afirmó a El Toque. “Hay que buscar formas más inteligentes para que no muera gente de hambre ni en el mar ni de ninguna manera. Hay sistemas que fracasan y no mucho más. ¿Defender eso de qué manera y para qué, para sostener qué, posiblemente el ego de unos cuantos líderes? Me parece que no, no vale la pena sacrificar una sola vida humana para que alguien sostenga una idea en favor de su propia vanidad. Ellos piensan que son Cuba, la burocracia cubana no es Cuba. Cuba no es un burócrata. ¿En qué momento las banderas ideológicas representan la vida de los pueblos? La gente es más sencilla, más abierta, más cálida en todos lados, en todos los rincones del mundo”.