Se ha apagado la Feria del Libro de Miami 2015 y algo que podemos contar hoy es que fue diversa. El programa trajo a escritores cubanos, de la isla y sus –varios– exilios, latinos y de otras geografías. Se perfila así como el enclave multicultural conque la ciudad se presenta a sus visitantes.
El jueves 19 de noviembre, la joven editorial Hypermedia, radicada en España y dirigida por Ladislao Aguado, presentó la antología de novelas cortas La zona y la mezcla, una selección a cargo del escritor Jorge Enrique Lage, presente en la charla de esa noche.
Jorge Enrique Lage aseguró –a una pregunta de Martí Noticias– que la selección se imbrica en una tradición hispanoamericana de textos condensados por la síntesis de los grandes maestros (Onetti, Rulfo, Fuentes), y estos nueve autores incluidos en La zona y la mezcla son una continuidad, más que una tendencia contemporánea.
La antología contiene textos de Atilio Caballero, Legna Rodríguez, Orlando L. Pardo Lazo, Raúl Aguiar, Daniel Díaz Mantilla , Carlos Esquivel, Raúl Flores Iriarte, Ahmel Echevarría y Alberto Garrandés.
Como quien defiende con uñas y dientes su postura, cuatro narradores se reunieron en torno a la mesa "El cuento vivito y coleando", que el sábado 21 se prestó para el debate con los cubanos Luis de la Paz, José M. Fernández Pequeño, Many López y Ubaldo Medina.
Ante la primacía de la novela, el cuento puede haber sido relegado, pero cuenta con el favor de los lectores y una defensa a ultranza por parte de quienes lo cultivan.
¿Por qué el cuento "vivito y coleando"? es la pregunta a José M. Fernández Pequeño, autor del libro de relatos El arma secreta. Pequeño ha ejercido también la docencia y la promoción cultural, entre Cuba, República Dominicana y ahora en Estados Unidos.
"Hay mucha controversia en torno a la supervivencia del cuento como género. A eso ha contribuido la enorme diversidad del tratamiento del cuento, que va desde microficciones de apenas cuatro o cinco palabras hasta relatos que pueden tener 40 o 50 cuartillas", señaló Pequeño.
Por su parte, la poesía sigue siendo un género cada vez más enigmático y, aunque sea la más golpeada por la revolución editorial, las casas editoras siguen apostando fuerte, sin miramientos con el corsé de hierro que impone el mercado.
Hipermedia trajo el poemario Contraseñas para la última estación, del también periodista cubano y exprisionero político Raúl Rivero. Como Rivero no pudo atravesar el Atlántico, su amigo el actor Orlando Casín leyó en su ausencia. Fue una tarde postulados: La poesía, bien escrita y bien dicha es una apuesta segura para seguir atrapando a la gente en pleno siglo XXI.
El periodista Andrés Reynaldo, que cada semana expone su palabra encendida en una columna de El Nuevo Herald, mostró el fuego de sus versos en El problema de Ulises (Ed. Hypermedia, 2015).
En palabras del editor, Ladislao Aguado: "Reynaldo hace un viaje en doble sentido, desde la poesía y hacia la vida para encontrar sus esencias. Es la respuesta poética al libro de Ezra Pound sobre el nacimiento de la cultura norteamericana y al libro de Gustavo Pérez Firmat sobre el nacimiento de la cultura cubana".
En un salón del edificio 1 del Miami Dade College, los lectores se arremolinaban para hacerse de un asiento para escuchar leer y conversar a Leonardo Padura, novelista cubano acreedor del Premio Princesa de Asturias 2015.
En el otro extremo, en el edificio 3, Juan Manuel Cao ofrecía las claves de su prosa en El impertinente (Ed. Planeta, 2015), como una especie de "esquina azul, esquina roja" del boxeo.
Cao es un novelista –menos conocido como narrador que por la manera en la que inquiere a sus invitados en los programas televisivos por los que ha pasado– que relató cómo, luego de enterarse de haber sido llamado "impertinente" en diferentes momentos, por el hombre de negocios Jorge Más Canosa y el dictador Fidel Castro, aceptó el reto de parecer impertinente, pero ir tras lo que cree justo.
El también autor de la novela Te juro que soy culpable fue presentado por el novelista cubano Armando de Armas. Ambos explicaron sus visiones sobre un periodismo que lleva mucho de exposición personal y mucho del favor del público que espera ver limpio el camino hacia la verdad.
Mujeres: latinas y resueltas
En uno de los stands había un jolgorio y una energía que invitaba a los paseantes a quedarse y mirar la muestra de libros editados por medio de la autopublicación y de editoriales tradicionales. Es precisamente el de la Asociación Internacional de Poetas y Escritores Hispanos (AIPEH-Miami).
Conversamos con la directora de la AIPEH, la escritora colombiana Pilar Vélez, autora de la novela El expreso del sol. El próximo año, en el mes de septiembre, celebrarán el XII Encuentro Internacional de Escritoras, y Vélez explicó el impacto de la literatura hispana en los últimos años.
"Nosotros, los escritores, hemos instituido una celebración a nivel mundial y salió de aquí de Miami. Se llama la Celebración del Mes del Libro Hispano, salió de aquí de Miami para conquistar el mundo. Hoy por hoy se están celebrando 70 eventos literarios en diferentes ciudades del mundo", indicó Vélez.
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El fenómeno de la autoayuda como método para alcanzar la realización personal ha encontrado en el mercado del libro un filón de oro. La colombiana Patricia Gaviria vino por cuarta vez a la feria de Miami, esta vez a presentar y vender a viva voz Vencer a la depresión, un texto que parte de su propia experiencia.
"Soy de crecimiento personal. Pienso que cada persona es un libro, una historia. Hoy está siendo más fácil publicar un libro y contar cada uno su experiencia. Las escritoras muchas veces no tienen la manera de llegar a las editoriales grandes y esta democracia de la comunicación es un puente importante", señala Gaviria mientras la gente se acerca en la mañana lluviosa del sábado 21 a preguntarle por su "manual".
Un anuncio que pocos dejan pasar sin detenerse es el que informa sobre el libro ¿Qué carajo quieren ellas?, que su autora Patricia Jaramillo anuncia como "el código de la mujer". Sobre este sugerente título, Jaramillo expuso su criterio.
"Yo quise escribir esto dedicado a los hombres, pero también a las mujeres. A ellos, para que entiendan el 'código', para que vean que no es tan difícil entendernos, escucharnos, tener un poquitico de paciencia y –sonríe–, mucho de cariño", argumenta Jaramillo.
Su libro arreglaría el mundo un poco si en verdad fuera un manual, pero ella es más precisa: "no sé si tanto el mundo, pero sí pondría un granito de arena en la relación entre hombres y mujeres, definitivamente", concluye.
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