Una adolescente de 17 años de edad, identificada como Leidy Bacallao Carralero, fue asesinada el sábado en la subestación policial de Camalote, una localidad del municipio camagüeyano de Nuevitas.
El Ministerio del Interior de Cuba (MININT) informó en una breve nota que “en la madrugada del 4 de febrero de 2023” se registró este “lamentable hecho”.
“Que de forma oficial se le llame a este asesinato ‘hecho lamentable’, nos da las señas de la falta de reconocimiento por parte de las organizaciones oficiales, de las instituciones, de la policía, del MININT, de no poner toda la atención, ni todo el cuidado, que llevan este tipo de muertes”, recalcó Yanelis Núñez, especialista del Observatorio de Género de Alas Tensas, ubicado en Madrid.
La nota oficial apunta que el agresor, un hombre de 50 años, ultimó con un arma blanca a la adolescente, que había buscado resguardo en la unidad de la PNR (Policía Nacional Revolucionaria).
“El feminicidio de Leidy Bacallao es alarmante, no sólo porque es otra muerte de una cubana por razones de violencia de género; una menor de edad, por demás, que había tenido una relación de pareja por varios años con un adulto, sino también porque ocurrió en un lugar donde ella fue pidiendo auxilio, que fue una estación de policía”, señaló la activista.
Sobre el crimen, el opositor Alpidio Leyva dijo que esa noche "había fiesta en Camalote" y la adolescente fue con sus amigos.
"Allí el asesino intentó abusar de Bacallao. Ella corrió para el sector de la Policía pidiendo auxilio, él entró y le dijo a la Policía: 'mátenme, porque la voy a matar'. No hicieron nada. Luego le dio un machetazo”, detalló Leyva.
Solo después, un agente policial disparó su arma, hiriendo al perpetrador en la “región lumbar”.
“Que no les llamen feminicidio es justo por la falta de reconocimiento, incluso de sus especialistas. Las mujeres de la FMC [Federación de Mujeres Cubanas], que fueron las que decidieron que no se tipificara el feminicidio en el Código Penal, incluso entre estas mujeres que deben representar al resto de las cubanas, dicen que no se trata de feminicidios sino de femicidios, utilizando un concepto antiguo para evadir la responsabilidad que tiene el Gobierno de proteger, prevenir y responder ante la violencia machista”, indicó Nuñez.
El periódico alternativo El Caimán Libre asegura que el agresor se nombra Elesván Hidalgo, y “el policía que permitió el feminicidio en el propio cuartel policial, es Adalberto Nápoles Cabrera, de 34 años, quien sólo atinó a disparar contra el consumado criminal cuando iba de espalda, abandonando la escena del feminicidio”, apuntó el medio independiente, cuyo director vivió en la pequeña comunidad.
Contra el criminal pesaban acusaciones por droga y maltrato a mujeres y había estado preso con anterioridad han afirmado diversas fuentes en redes sociales.
“Desde nuestra visión es necesario hablar del feminicidio como responsabilidad del Estado cubano. A pesar de los indicios que se han observado para la eliminación y la prevención de la violencia contra las mujeres cubanas, es insuficiente la voluntad política del gobierno cubano. Además, está la ausencia gubernamental de una data pública de los casos de mujeres víctimas del feminicidio”, indicó Sara Cuba, de la Alianza Cubana por la Inclusión.
“Las mujeres cubanas estamos expuestas al feminicidio. No existen acciones concretas que repudien y sancionen la muerte de mujeres por el único hecho de ser mujeres y, por ende, recae sobre el Estado cubano toda la responsabilidad social ante el incremento del feminicidio en Cuba".
Lee también Alas Tensas lamenta feminicidio en Matanzas de Yailanis Lázara Pérez CamachoEste sería el cuarto feminicidio reportado en Cuba en lo que va de 2023. El año pasado, los grupos de observación de este fenómeno contabilizaron 34.
La falta de transparencia en la información, y la ausencia de estadísticas en Cuba sobre este tipo de crímenes, impiden aseverar que hayan aumentado o disminuido en los últimos años, en relación al tiempo en que los cubanos no tenían acceso a internet.
Por su parte, la periodista Mónica Baró alertó en un post en Facebook sobre el hecho de que este tipo de relaciones entre menores de edad y adultos sean vistas con normalidad en la isla, y no como un caso de abuso.
“Hay personas que dicen que comenzó la relación con su agresor desde los 13 años, y otras, que desde los 14. Yo miro sus fotos de uno y dos años atrás y me pregunto cómo fue posible que un hombre adulto pudiera iniciar una relación amorosa con ella impunemente. Eso no era amor. No romanticemos el abuso infantil", señaló.
Añadió que la relación de un adulto con una menor de edad no será nunca absolutamente consensuada.
"No importa qué diga, qué sienta, qué haga la menor de edad. Es responsabilidad de los adultos saber que NO pueden involucrarse con menores de edad. Bajo ninguna circunstancia. La adolescencia es una etapa hormonal y emocionalmente convulsa, llena de confusión, y de vulnerabilidades. Eso se respeta, más si eres adulto. Pero las autoridades, además, tienen el deber de proteger a las menores de ese tipo de abusos”, subrayó Baró.
El 29 de enero la joven de 18 años Yoilén Acosta Torriente, residente en el pueblo cienfueguero Cruces, se ausentó de su hogar. Dos días después fue encontrada muerta. Las organizaciones independientes especializadas en temas de género, calificaron el crimen como un feminicidio.