Ahí están las ucranianas, lo mismo para denunciar el turismo sexual en Rio de Janeiro, la condena a Amina Tyler en Túnez, o el encarcelamiento en Rusia de Pussy Riots
Ya FEMEN no son aquellas chicas desconocidas que intentaban llamar la atención quitándose los sostenedores ante cualquier injusticia. Nació el movimiento hace 5 años atrás, el 10 de Abril del 2008 en Kiev, Ucrania. Sus acciones (gritar sus reclamos con los senos al aire a presidentes, ministros, embajadores, secretarios generales, militares o empresarios, se han realizado en Ucrania, Francia, Alemania, Bélgica, Italia, Holanda, Suecia, Egipto, Túnez, Brasil, México, Canadá y Estados Unidos.
Ahí están las ucranianas, lo mismo para denunciar el turismo sexual en Río de Janeiro, la condena a Amina Tyler en Túnez, o el encarcelamiento en Rusia de Pussy Riots. No importa que sea verano o invierno, ahí están, con los senos al aire, carteles en mano, lo mismo pidiendo transparencia para la limpieza de Chernóbil, que a favor de las minorías sexuales, o intentando llevarse el trofeo de la Eurocopa 2012. En Rusia denunciaron el fraude en las elecciones presidenciales cuando en un colegio electoral se apoderaron de la urna, e hicieron lo mismo en Ucrania. En Italia condenaron (torso al aire) las bacanales de Silvio Berlusconi.
Esta semana, las traviesas ucranianas le aguaron el viaje del presidente ruso Vladimir V. Putin a Alemania. Para el gobernante ruso ese es territorio conocido pues Alemania fue su especialidad como agente del KGB y habla el idioma con acento de Sajonia, aprendido en las escuelas del espionaje soviético y perfeccionado durante su estancia en Dresde. Sus viajes a la República Federal Alemana, no importa el gobierno que este en el poder en Berlín, Putin lo considera un retorno a su juventud. Pero en esta ocasión fue diferente. Al visitar la Feria de Hannover, que desde 1947 reúne a la flor y nata industrial del planeta, las protestas le acampañaron fuera y dentro del recinto. El primer día, manifestantes, en especial del Partido Verde alemán, usando ropa de presidiarios se expresaban contra lo que llaman “terrorismo político" del gobernante ruso.
Una jornada más tarde, Putin acompañó a la canciller alemana Angela Merkel a visitar la exposición y cuando recorrían el pabellón de la empresa Volkswagen, admirando los autos germanos, activistas de FEMEN se le acercaron, torso desnudo, pidiendo libertad para las detenidas de Pussy Riots, gritándole dictador y con frases obscenas para el gobernante en sus senos y espaldas.
Al inaugurar la feria industrial la canciller Merkel pidió a su colega ruso que respetara las organizaciones no gubernamentales en Rusia, muchas de ellas ahora bajo el escrutinio del Kremlin, que pretende catalogarlas como “agentes extranjeros”, si reciben donaciones, premios o estipendios. Varias de esas organizaciones ahora bajo la inspección de la fiscalía rusa son germanas, como la Fundación Konrad Adenauer o Friedrich Ebert Stiftung (FES).
Pero en Moscú están más preocupados por los senos ucranianos que por las críticas a la persecución que hacen a las ONG; aunque Putin dijo que no se fijó bien en las chicas, que no recuerda si eran morenas o rubias. El portavoz del Kremlin confirmó que ya pidieron a Berlín que se tomen medidas legales contras las activistas de FEMEN, las cuales rompieron el cerco de seguridad germano y ruso en la feria.
Ahí están las ucranianas, lo mismo para denunciar el turismo sexual en Río de Janeiro, la condena a Amina Tyler en Túnez, o el encarcelamiento en Rusia de Pussy Riots. No importa que sea verano o invierno, ahí están, con los senos al aire, carteles en mano, lo mismo pidiendo transparencia para la limpieza de Chernóbil, que a favor de las minorías sexuales, o intentando llevarse el trofeo de la Eurocopa 2012. En Rusia denunciaron el fraude en las elecciones presidenciales cuando en un colegio electoral se apoderaron de la urna, e hicieron lo mismo en Ucrania. En Italia condenaron (torso al aire) las bacanales de Silvio Berlusconi.
Esta semana, las traviesas ucranianas le aguaron el viaje del presidente ruso Vladimir V. Putin a Alemania. Para el gobernante ruso ese es territorio conocido pues Alemania fue su especialidad como agente del KGB y habla el idioma con acento de Sajonia, aprendido en las escuelas del espionaje soviético y perfeccionado durante su estancia en Dresde. Sus viajes a la República Federal Alemana, no importa el gobierno que este en el poder en Berlín, Putin lo considera un retorno a su juventud. Pero en esta ocasión fue diferente. Al visitar la Feria de Hannover, que desde 1947 reúne a la flor y nata industrial del planeta, las protestas le acampañaron fuera y dentro del recinto. El primer día, manifestantes, en especial del Partido Verde alemán, usando ropa de presidiarios se expresaban contra lo que llaman “terrorismo político" del gobernante ruso.
Una jornada más tarde, Putin acompañó a la canciller alemana Angela Merkel a visitar la exposición y cuando recorrían el pabellón de la empresa Volkswagen, admirando los autos germanos, activistas de FEMEN se le acercaron, torso desnudo, pidiendo libertad para las detenidas de Pussy Riots, gritándole dictador y con frases obscenas para el gobernante en sus senos y espaldas.
Al inaugurar la feria industrial la canciller Merkel pidió a su colega ruso que respetara las organizaciones no gubernamentales en Rusia, muchas de ellas ahora bajo el escrutinio del Kremlin, que pretende catalogarlas como “agentes extranjeros”, si reciben donaciones, premios o estipendios. Varias de esas organizaciones ahora bajo la inspección de la fiscalía rusa son germanas, como la Fundación Konrad Adenauer o Friedrich Ebert Stiftung (FES).
Pero en Moscú están más preocupados por los senos ucranianos que por las críticas a la persecución que hacen a las ONG; aunque Putin dijo que no se fijó bien en las chicas, que no recuerda si eran morenas o rubias. El portavoz del Kremlin confirmó que ya pidieron a Berlín que se tomen medidas legales contras las activistas de FEMEN, las cuales rompieron el cerco de seguridad germano y ruso en la feria.