La familia de Maikel Puig Bergolla continúa esperando que las autoridades cubanas cumplan su promesa de trasladar al preso político a una prisión más cercana a su lugar de residencia.
Puig Bergolla, manifestante del 11 de julio de 2021 en Güines, Mayabeque, cumple su sanción de 14 años de privación de libertad en la cárcel Agüica en Colón, Matanzas, a unos 150 kilómetros de su hogar.
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“Quien hace la propuesta del supuesto traslado de mi esposo es la propia Seguridad del Estado que se lo informó a él. A mí me citó la Fiscalía para decirme que ‘varias entidades’ decidieron que se efectuaría el cambio de establecimiento penitenciario por la afectación que tiene nuestro hijo menor”, explicó a Radio Televisión Martí, Saily Núñez, esposa de Puig Bergolla.
Contradictoriamente, en ocasiones, agentes de la policía política han amenazado a Núñez con recluir a su esposo en una de las prisiones del oriente cubano.
“Desde que está en Agüica, no voy a la visita familiar porque me es difícil viajar hasta allá por problemas de economía o las vicisitudes de conseguir los pasajes, porque no tengo familia en Colón, por todos los trabajos que se pasan en este país, porque hay violencia y yo soy una mujer sola con dos niños, porque en los transportes te roban y porque tengo que llevar a un niño menor que ya padece ataques de pánico”, lamentó la mujer.
El hijo del matrimonio sufre depresión severa debido a las circunstancias de detención y la ausencia de su padre. Los médicos le han diagnosticado alopecia y lesiones en la piel de carácter nervioso.
Estudios de instituciones especializadas en psicología y psiquiatría infantil han confirmado que los niños con padres encarcelados están expuestos a entornos que podrían afectar seriamente sus vidas y su desempeño como estudiantes además de provocarles consecuencias traumáticas después como adultos.
Lee también A días de la Navidad, hijos de Maikel Puig Bergolla logran verlo en prisión“La última vez que vimos a Maikel fue en diciembre. Ellos [las autoridades] saben que a mi niño le hace falta el encuentro con su padre porque está teniendo una afectación psicológica. Sin embargo, el traslado sigue demorando”, anotó Núñez.
“Por esa situación solo voy a las visitas cada tres o cuatro meses a llevar a mi hijo. En el mes de febrero no he podido ir porque nos prometieron que lo iban a trasladar y nos han engañado, han pasado más de dos semanas y no lo han realizado”.