La noticia de la matanza abarcó todo el espectro informativo desde la madrugada del domingo 3 de abril. Eran imágenes de fosas comunes junto a una iglesia, cadáveres tirados en las calles. Fotos y videos de vías desiertas, solo con cadáveres junto a bicicletas, y hasta un perro junto al cuerpo sin vida de su dueño.
"Vimos el rostro cruel del ejército de Putin, vimos la crueldad y la frialdad con la que ocuparon la ciudad", dijo Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea al visitar Bucha, en la región de Kyiv el 8 de abril, a pocos días de conocerse la matanza de cientos de civiles durante la ocupación rusa.
El presidente del Consejo de Europa, Charles Michel, dijo estar conmovido “por las alarmantes imágenes de atrocidades cometidas por el ejército ruso en Kyiv”.
El fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, también estuvo de visita en la urbe y confirmó la existencia de las fosas comunes.
Ya se han contabilizado más de 400 personas asesinadas.
Las autoridades ucranianas, junto a científicos forenses, antropólogos forenses, analistas, investigadores y abogados de varios países europeos, recaban las evidencias para juzgar a los asesinos. Se compara el crimen de Bucha con la masacre de Srebrenica, en la ex Yugoslavia en 1995.
El presidente ruso Vladimir Putin condecoró con el título honorifico de Guardia a una de las unidades militares (64 Brigada de Infantería Motorizada del Distrito Militar Oriental) acusada de perpetrar, junto a otras unidades militares rusas, la matanza. Azatbek Omurbekov, jefe de esa agrupación fue ascendido a coronel. Se sabe que nació en Uzbekistán, en 1981, y es de origen buratio, uno de los grupos étnicos asiáticos que habitan en la parte central de Rusia. Lo identificó una red de voluntarios cibernautas ucranianos que buscan información sobre las tropas rusas en las redes sociales.
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En la isla, la versión digital del periódico Granma sobre la invasión rusa publicaba ese domingo noticias que no tenían relación con la masacre. Se leía: “Kremlin: Ucrania ha creado alrededor de Rusia y Bielorrusia una red de biolaboratorios, financiados por el Pentágono”. Y otro más llamativo: “Chanel restringe sus ventas a nacionales rusos”. La noticia iba acompañada de un video de Russia Today (RT) con la sugestiva interrogante de "¿Cuál es el vínculo entre la operación antinazi de Rusia y la casa de moda francesa?".
El lunes, 4 de abril, en la sección de la “Operación militar especial de Rusia en Ucrania (día 40)”, se comenzaba citando al embajador ruso en EEUU, Anatoli Antónov, quien acusó a Kyiv de querer involucrar “a Rusia por sus propias atrocidades”. Destacaban luego que los residentes de Bucha “no sufrieron daño alguno durante la estancia de las tropas rusas en la localidad”, citando al diplomático.
Otro titular en la mencionada columna evoca a un periodista estadounidense, en RT, que declaró “que las imágenes de la localidad de Bucha, en las proximidades de Kyiv, podrían constituir una «manipulación» lanzada en redes sociales”.
Lee también G7 condena atrocidades cometidas por fuerzas rusas en BuchaLa respuesta del ministerio de defensa rusa, atribuida en Granma a RT, habla de “escenificación creada para los medios de comunicación occidentales”, comentado que cuando las tropas rusas ocupaban la ciudad “ningún residente local fue víctima de acciones violentas”. El Juventud Rebelde anunciaba que “Rusia y Ucrania intercambian acusaciones sobre muertes de civiles en Bucha”.
Se repiten en la prensa cubana las declaraciones del canciller ruso Serguei Lavrov negando las acusaciones, que considera “noticias falsas” y “montaje para denigrar a las tropas rusas”.
La fuente de la información es Telesur, que insiste en la negativa rusa y la falsificación de Ucrania de los hechos “para desprestigiar a Moscú”.
La versión de RT, que publica La Habana ese día, menciona la presencia de un regimiento de la policía ucraniana desplegado en Bucha, el cual se dedicó a «limpiar el territorio de saboteadores y colaboradores de tropas rusas». La publicación cubana destaca que “Occidente y los medios hegemónicos han divulgado ampliamente esta «información» sin dar crédito a la versión rusa”.
Citando a Sputnik, en declaraciones del jefe del Comité de Investigación de Rusia, Alexandr Bastrikin, la publicación añade que “las imágenes y videos son difundidos para «desvirtuar la imagen de los militares rusos» y hablo de una investigación “para tratar de dar con sus responsables”.
Ese lunes, 4 de abril, en Cubadebate aparecían las primeras noticias de Bucha con la versión de Lavrov, agregando que en el “montaje” ucraniano participaron también “sus patrocinadores occidentales”.
En reunión en la capital rusa con el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Martin Griffiths, imploraba por una reunión urgente sobre Bucha en los términos de Rusia.
El periódico Juventud Rebelde informaba, citando a RT, sobre las llamadas denuncias de Rusia sobre “la maniobra mediática en torno a Bucha”; señalaban las palabras de Putin, quien consideró “acción grave y cínica provocación” de Kyiv el acusar a las tropas rusas de asesinatos. El periódico describe integra la versión del Ministerio de Defensa de Rusia.
Ya a mediados de semana, el diario oficialista Granma ponía en titulares: “Otro montaje en Ucrania: medios occidentales pagan a civiles por las fotos escenificadas”, y reproducía la información de los militares rusos sobre bombardeos a la ciudad de Dergachi, en Jarkiv. Como noticia de relieve, el diario reportaba sobre una recompensa de 25 dólares a los civiles que tomaban parte en la filmación donde, según Sputnik, estaban “representantes de agencias de noticias occidentales”.
De nuevo, citando a los militares rusos, el Granma hacia titular con la “provocación ucraniana” en Bucha. Citaba al general ruso Mijaíl Mizíntsev, jefe del Centro Nacional de Gestión de la Defensa de Rusia, que declaró que lo sucedido en esa ciudad fue un “crimen inhumano y horrible del régimen de Kiev” apuntando a “neonazis ucranianos”. Otra afirmación de Lavrov culpaba a Kyiv de la masacre, considerándola como “provocación destinada a poner fin a las negociaciones entre Kyiv y Moscú”.
Sobre la masacre de Bucha en Radio Reloj, ese lunes, 4 de abril, se culpaba a Occidente por señalar a Moscú como autor del crimen: “Ni cortos ni perezosos, sin pruebas que evidencien la supuesta matanza rusa y sin considerar los argumentos de Moscú, Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido han adelantado que preparan nuevas sanciones contra la nación eslava, represalias que Ucrania no deja de exigir todos los días”.
Días más tarde, Radio Reloj destacaba ampliamente los comentarios de Scott Ritter, a quien presentaban como ex inspector de la ONU en Irak. Según Ritter “los asesinados en Bucha murieron a manos de militares ucranianos y no de los rusos”, pero obviaron que desde el 2019 viene escribiendo artículos de opinión para RT y más reciente para la agencia china Xinhua, o sus problemas legales en Estados Unidos que le llevaron a prisión.
La cuenta de Twitter de Ritter fue suspendida a inicios de abril del 2022 por violaciones de las reglas en relación al “acoso y abuso”.
Lee también Blinken: asesinatos en Bucha son parte de una campaña rusa deliberada para cometer atrocidadesEn el análisis de Granma, el 6 de abril, la pluma de Elson Concepción plagiaba la retórica rusa desde el mismo titular: Bucha o la mentira fabricada. Según el autor, lo que se conoció sobre la matanza era para desinformar al mundo, donde “los grandes medios occidentales se sumaron al ejercicio del infundio contra Rusia” y la prensa de Occidente volvía “a arremeter contra Moscú y su Presidente, caldo para nuevas sanciones, o para la decisión de expulsar a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU”. Concluye escribiendo que “lo de la ciudad ucraniana de Bucha es una mentira fabricada”.
En Moscú, mientras tanto, el miércoles 6 de abril, el embajador de Cuba en Rusia, Julio Garmendía Peña, se reunía con Mijail Fradkov, el ahora Director del Centro de Estudios Estratégicos (RISI), adscrito al Kremlin. Fradkov fue primer ministro durante el primer periodo presidencial de Putin y durante 12 años el jefe del espionaje ruso (2007-2016) y sigue junto al mandatario.
Cuando en la ONU decidieron suspender a Rusia como miembro del Consejo de DDHH, la delegación cubana votó en contra de la resolución, y el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel se opuso a la medida, pues considera que Rusia es “indispensable para lograr la solución diplomática efectiva, justa y pacífica”. El enviado cubano a la ONU, Pedro L. Pedroso Cuesta, calificó la medida como irrespetuosa.
Lee también Histórico: ONU deja a Rusia fuera del Consejo de Derechos Humanos; Cuba se oponeLa periodista Juana Carrasco, en un largo artículo de opinión en JR, volvía con el tema de lo que califican de campana antirrusa o rusofobia en las redes, y culpa a Estados Unidos por crear solidaridad internacional para los ucranianos. Sobre la decisión de expulsar a los rusos del Consejo de DDHH por la matanza en Bucha, afirma Carrasco que “se ha distorsionado el análisis” y que no se hizo “una investigación seria de los hechos”.
Radio Habana Cuba presentaba en su medio digital un resumen de las declaraciones a la prensa de la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, quien señalaba a los “medios de comunicación occidentales, sobre todo los estadounidenses”, como “cómplices de los crímenes cometidos en la ciudad ucraniana de Bucha”.
Prensa Latina lanzaba un artículo tras la votación en la ONU para expulsar a Rusia, titulado Los fantasmas de Bucha. Con la firma de Mario Muñoz Lozano, expone la posición rusa y trae las palabras de uno de los enviados de Moscú en la organización que habla de disponer “de pruebas del chantaje estadounidense para inducir a otros Estados a apoyar esa decisión”, resaltando la ausencia de investigación como pedía Rusia. “Lo cierto es que de nada valieron los llamados de Moscú para que Naciones Unidas investigue los hechos”.
El mismo día que se conocía de la masacre, la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Linda Thomas-Greenfield, quien estaba de visita en Rumania, manifestó en su cuenta de Twitter estar horrorizada con las imágenes provenientes de Bucha, y que habría rendición de cuentas y justicia por esa brutalidad. Días después, en el Consejo de Seguridad de la ONU, constataba la embajadora estadounidense ante los diplomáticos rusos que “Estados Unidos ha evaluado que miembros de las fuerzas rusas han cometido crímenes de guerra en Ucrania”.
“No me importa como llamen al tribunal, me importa el resultado” así respondió el presidente ucraniano a una pregunta de la cadena Aljeezira en conferencia de prensa improvisada el sábado 23 de abril en el metropolitano de Kyiv. Esa es la posición del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy respecto a condenar a los autores de crímenes de guerra en Ucrania, incluido los de Bucha.