El poeta cubano Jorge Valls, exprisionero político e ícono del presidio político y de la lucha por la democracia en Cuba, falleció el jueves en Miami.
Valls enfrentó a la dictadura de Fulgencio Batista y fue preso político del régimen de los Castro por más de 20 años, que lo condenó por "por actividades contra los poderes del Estado y por dirigir organizaciones antigubernamentales". En la cárcel comenzó su obra poética, que refleja mayormente el dolor del hombre sin libertad.
Desde el inicio de su prisión se declaró "preso plantado", la herramienta que los condenados por el castrismo usaron contra los abusos y la imposición de medidas carcelarias. Los plantados se negaron a trabajar, ponerse de pie para el recuento y en muchos casos a vestir el uniforme o responder a la numeración conque pretendieron borrarles la identidad y hacerlos entrar en un supuesto plan de reeducación.
Sus años de encarcelamiento, de 1964 a 1984, quedaron reflejados en el libro Veinte años y cuarenta días. Mi vida en una prisión cubana. Esta y otras obras sobre el tema del presidio le valieron cinco premios internacionales, incluido el Gran Prix en el Festival Internacional de Poesía de Rotterdam, celebrado en 1983.
Miami, la casa y los amigos
Al lado de Valls, Ángel Cuadra es uno de los poetas cubanos que lograron sobrevivir las cárceles castristas y cuyas obras son más reconocidas en el mundo hispanoamericano.
Cuadra, autor de varios libros de poesía y presidente del Pen Club de Escritores cubanos en el exilio, elogió la singularidad de Valls: "Es un cubano admirable, con talento literario, buen poeta, dramaturgo, un orador magnífico". Y concluyó: "fue profesor magnífico, pero también fue profesor en la vida corriente con los demás".
El periodista Pedro Corzo, su compañero de presidio, explicó a Martí Noticias que Valls "fue un hombre de unas convicciones pacifistas, de una gran honradez intelectual y un ejemplo en el presidio político cubano en lo concerniente a la defensa de los principios y valores trascendentes de la condición humana. Era un profundo admirador de José Martí".
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"Cuba y los luchadores por un sistema de derecho han perdido una de las personas más esforzadas y más preclaras que he conocido en mi vida", dijo en medio de sus labores diarias en el Aeropuerto Internacional de Miami (MIA) Amado Rodríguez, que permaneció 22 años de prisión y compartió el infortunio carcelario con Valls.
Ernesto Díaz es un preso plantado que cumplió 22 años de encierro, de 40 a que lo habían condenado. Díaz compartió con Martí Noticias sus vivencias junto a Valls: "Jorge escribió el prólogo de mi libro de poemas infantiles El carrusel y estábamos muy identificados. Yo creo que nos deja un legado para la cultura del pueblo de Cuba, nos deja un legado de amor, de comprensión y eso tenemos que recordarlo todos los cubanos con gratitud".
El 25 de abril de 2013 el taller-Galería Iván Galindo recibió a Valls junto a cinco poetas más, en el concepto de una lectura poética titulada "Poesía desobediente", allí Jorge Valls habló de cómo los largos y difíciles años de prisión no le apagaron la necesidad de seguir escribiendo sus versos.