La conferencia “La Nación y la Emigración”, recién concluida, fue predominantemente propagandista, según la evaluación de Yaxis Cires, Director de Estrategia del Observatorio Cubano de Derechos Humanos.
En el evento participaron individuos de escasa relevancia, desde una perspectiva económica, en el ámbito del exilio, especialmente en cuanto a emprendimiento real, pero sí con el visto bueno del régimen cubano, dijo Cires en entrevista con la revista informativa Martí Noticias AM.
También consideró que Cuba lo que necesita es un cambio, urgente y profundo, no solamente económico, sino político y social.
“El cambio debe ser en todas las esferas de la vida humana, y también debe abrir las puertas, en primero, a todos los cubanos residentes dentro de la Isla y, en segundo lugar, basándonos en el principio de unidad de la nación, a todos los exiliados, no solo a los que defienden al régimen”, enfatizó el entrevistado.
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“Me cuestiono cómo estos eventos pueden contribuir a resolver la aguda crisis de pobreza que afecta al 88% de las familias cubanas, y a mejorar la situación de los derechos humanos en Cuba. Hasta ahora no han aportado soluciones significativas” dijo el activista.
Recalcó, además, que “el gobierno cubano sabe que tiene un gran problema económico, un problema que dudo pueda solucionarse con ese tipo de reuniones”.
En el evento La Nación y la Emigración participaron 371 cubanos radicados en el exterior, según la estatal Agencia Cubana de Noticias. La cifra fue inferior a los participantes que había anunciado anteriormente Ernesto Soberón, director general de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX).
En la conferencia, el gobernante Miguel Díaz-Canel aprovechó la oportunidad para ofrecer más "derechos" para todos, pero hizo excepciones con quienes se oponen a su régimen, a quienes acusó de servir a los intereses de EEUU.
Es por eso, que, aunque cambie la táctica del régimen, aún en medio de la crisis, su naturaleza se mantiene igual, sigue discriminando a los que piensan distinto, dijo el entrevistado.
“Por qué no permiten que activistas como Anamely Ramos, Omara Ruiz Urquiola y tantos otros exiliados les permitan regresar a su país. Simplemente, porque su naturaleza es la misma, aunque cambien sus necesidades”, comentó Cires
El activista enfatizó además que “el régimen tiene que pedir perdón a los exiliados, pero no solamente eso, tiene que comenzar un cambio democrático y de respeto a los derechos humanos, no solamente debe quedarse en declaraciones. Hay casos que, por su gravedad, merecen justicia”.
“Es por eso que, como organización de derechos humanos, seguimos denunciando y condenando casos como el reciente fallecimiento del preso del 11J Luis Barrios Díaz. En un país libre, su familia podría reclamar justicia, algo que es imposible en Cuba”, explicó el entrevistado.
Añadió que “este lamentable hecho sucede a pocos días de la visita a La Habana de Eamon Gilmore, Representante Especial y relator para los Derechos Humanos de la Unión Europea (UE) y, también, después del Examen Periódico Universal (EPU), donde el régimen negó la existencia de detenciones arbitrarias y presos políticos”.
“La muerte de Luis Barrios es un ejemplo de la existencia de presos políticos en Cuba y del incumplimiento de una parte importante de la famosa regla Mandela, que regula cómo debe ser el tratamiento a las personas encarceladas. Me cuestiono hasta dónde quiere llegar el régimen cubano, cuando también existen ejemplos puntuales de reos enfermos en prisiones, como es el caso del prisionero político Félix Navarro", concluyó Cires.