“Si se comprueba que es verdad, sería la gran decepción de mi vida. Nunca lo hubiera esperado”.
Así, con el corazón en la mano, respondió el exagente de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, Félix Ismael Rodríguez, al ser preguntado sobre Víctor Manuel Rocha, el exdiplomático estadounidense recientemente arrestado y acusado de actuar durante décadas como agente del gobierno de la República de Cuba.
Una y otra vez en la conversación, el veterano de la Brigada de Asalto 2506, y excombatiente en la Guerra de Vietnam (1955-1975), se resiste a aceptar lo que contiene un pliego acusatorio de 22 páginas sobre alguien que identificó como buen amigo, y que fue arrestado el viernes pasado en Miami.
“Imposible de creer”, lamentó Rodríguez, que define a Rocha como hombre extremadamente inteligente y conservador que representó a EEUU en sus embajadas en Argentina y Bolivia, entre otros países.
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Según la acusación, a partir de aproximadamente el año 1981, y hasta el presente, Rocha, originario de Colombia y naturalizado estadounidense, apoyó en forma secreta a la República de Cuba y su misión clandestina era la de acopiar información de inteligencia contra EEUU como agente encubierto de la Dirección General de Inteligencia de la isla.
“No podemos olvidar que, cuando fue embajador en Bolivia, fue la persona responsable de que Evo Morales no llegara a la presidencia, lo que explícitamente casi ningún embajador hace. Amenazó a todo el mundo, que, si Morales salía presidente, se cancelaría la ayuda de EEUU a ese país”, recordó Rodríguez, que como oficial de la CIA participó en la operación de captura en Bolivia del guerrillero Ernesto Guevara que culminó en su ejecución, el 9 de octubre de 1967.
Rodríguez y Rocha mantuvieron una estrecha y larga amistad. Se vieron en Argentina y El Salvador. Sin embargo, las autoridades no le han convocado para recabar información o cualquier dato adicional de interés.
“Me interesaría muchísimo ver cuál es su respuesta, porque te digo, fue una persona que siempre lo consideré de una integridad absoluta”, dijo el acreedor de la Medalla de la Libertad que otorga el Gobernador del estado de la Florida.
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En declaraciones que aparecen en el portal del Departamento de Justicia, el fiscal general de EEUU, Merrick B. Garland, indicó que este arresto expone una de las infiltraciones de mayor nivel y duración en el gobierno de EEUU por parte de un agente extranjero.
“Las personas que violan la ley federal al participar en actividades clandestinas para Estados extranjeros hostiles, y proporcionan información falsa sobre esas actividades al Gobierno de EEUU, ponen en peligro la democracia estadounidense. Eso se aplica particularmente a empleados anteriores o actuales de EEUU que juraron defender la Constitución y a los ciudadanos que se benefician de las libertades y oportunidades de este país”, sentenció el funcionario.
La información oficial asegura que Rocha, de 73 años y antiguo empleado del Departamento de Estado, que además trabajó en el Consejo de Seguridad Nacional entre 1994 y 1995, actuó como agente del gobierno cubano y buscó y consiguió puestos dentro del gobierno de EEUU que le proporcionaban acceso a información no pública y la posibilidad de afectar la política exterior estadounidense.
“Yo estoy tratando de hacer contacto con ellos (las autoridades) para tratar de averiguar más y llegar a fondo de lo que está pasando, porque, ya te digo, me parece que es totalmente imposible, inverosímil, que este señor está trabajando para la inteligencia cubana”, dijo Rodríguez.
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La información destaca como crucial el hecho de que Rocha, entre 1995 y 1997, se desempeñó como subdirector de la Sección de Intereses de EEUU en La Habana.
Y eso, precisamente, llama la atención a Chris Simmons, exoficial de la contrainteligencia militar de EEUU, con más de 20 años dedicados a la lucha contra los servicios cubanos de espionaje.
“Hay que dar crédito a la inteligencia cubana porque, cuidadosamente, dirigió su carrera. Hizo muy buen trabajo al colocarlo en países claves en las décadas de 1980 y 1990”, dijo Simmons. “Es interesante el hecho de que Rocha estuviera destacado como diplomático en La Habana cuando sucedieron los derribos de dos avionetas de Hermanos al Rescate en 1996”.
Simmons fue el interrogador principal de la espía Ana Belén Montes, que durante más de 15 años pasó información a La Habana desde su puesto de analista en la Agencia de Inteligencia para la Defensa (DIA).
Consultada sobre el asunto, Vicky Huddleston, jefa de la Sección de Intereses en la capital cubana desde 1999 hasta 2002, describió a Rocha como un funcionario conservador y muy respetado.
“No estoy segura de qué decir, aparte de si es cierto, es una tragedia para todos”, dijo la también excoordinadora de Asuntos Cubanos del Departamento de Estado.
El arresto y acusación de Rocha tienen lugar casi un año después de que la espía Belén Montes saliera en libertad tras cumplir 20 años. Los expertos no relacionan a la llamada Reina de Cuba con Rocha, a juzgar por la práctica tradicional que emplea la inteligencia cubana.
“Los cubanos hacen todo lo posible para asegurarse de que los agentes no conozcan las identidades de otros agentes”, dijo Simmons, que como investigador recomendó en 2003 la expulsión de EEUU de 14 espías cubanos bajo apariencia de diplomáticos.
Peter Lapp fue el agente especial del Buró Federal de Investigaciones que arrestó a Belén Montes luego de una extensa y exhaustiva investigación. En declaraciones a Martí Noticias, confesó recordar el nombre de Rocha en el transcurso de las pesquisas y su relación profesional con Montes.
“Sí, recuerdo su nombre. La comunidad latinoamericana dentro del gobierno de EEUU es un grupo bastante pequeño y, por lo tanto, habrían interactuado profesionalmente hasta cierto punto en determinados períodos de tiempo, aunque, obviamente, ninguno de los dos habría sabido que la otra persona era agente cubano. Pero sí, tuvieron relación profesional”, dijo el autor de “Queen of Cuba” (La Reina de Cuba), un libro sobre Montes y su historial como espía cubana en EEUU.
El caso Rocha hace pensar a los especialistas que el arresto sería solo la punta del iceberg que pudiera conducir a la develación de otros elementos vinculados al edificio ubicado en la transitada esquina de A y Línea, en la barriada de El Vedado, a pocos pasos del teatro Mella, el cine Trianón y Casa Potín.
“Creo que sí, que hay otros dentro de nuestro gobierno probablemente retirados en este momento, pero estoy seguro de que hay agentes activos trabajando en nombre de Cuba en nuestro gobierno y en nuestra comunidad de inteligencia", afirmó.
En 2018, Simmons aseguró que Cuba tiene poco más de 200 agentes diseminados por el territorio estadounidense y no han sido pocos los entendidos en la materia que otorgan excelentes calificaciones al aparato de espionaje cubano.
“Quienes hemos trabajado el tema Cuba, hemos estudiado a Cuba durante mucho tiempo, sabemos lo eficiente que es el servicio de inteligencia cubano. Muchas veces las personas ajenas al programa Cuba generalmente no lo aprecian, por cualquier razón, y espero que este caso conduzca a un despertar dentro del gobierno y la comunidad de inteligencia de EEUU sobre la amenaza que representa Cuba, desde el punto de vista y la perspectiva de inteligencia”, dijo Lapp.
En febrero de 2000, autoridades federales detuvieron en Miami al funcionario del Servicio de Inmigración de EEUU, Mariano Faget, acusado de participar en labores de espionaje para el gobierno de Cuba, específicamente, revelar datos secretos a La Habana.
Faget, ciudadano estadounidense nacido en la isla, fue posteriormente condenado en mayo de 2001 a cinco años de prisión. El caso derivó en la expulsión del país del diplomático cubano, José Imperatori, entonces vicecónsul de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington luego de que el FBI concluyera que él y su compañero Luis Molina, habían reclutado a Faget, el más alto funcionario de origen cubano en el Servicio de Inmigración con 34 años laborados en el ente gubernamental.
A su regreso a la Habana, Impertatori fue recibido con honores por el fallecido dictador, Fidel Castro.