El etíope Feyisa Lilesa, medalla de plata en el maratón de Rio-2016, realizó una protesta política al cruzar la meta, alzando los brazos como si estuvieran esposados, en defensa de la etnia Oromo, mayoritaria en su país, cuyas protestas fueron reprimidas con dureza por el gobierno.
"Realicé ese gesto por la actitud del gobierno de mi país contra los Oromos. Desde hace nueve meses, un millar de personas han resultado muertas", afirmó en una rueda de prensa posterior a la carrera. "Tengo familiares en prisión en mi país. Si hablas sobre democracia te matan. Si vuelvo a Etiopía, tal vez me maten o me metan en prisión", dijo después Lilesa, perteneciente a dicha etnia.
"Es muy peligroso vivir en mi país. Tal vez tenga que ir a otro país. Protestaba por gente que en cualquier parte del mundo no tiene libertad", añadió.
Lilesa contempla la posibilidad de quedarse un tiempo en Brasil, a la espera de obtener más adelante un visado que le permita ir a Kenia o a Estados Unidos.
"Tengo familiares en prisión en mi país. Si hablas sobre democracia te matan. Si vuelvo a Etiopía, tal vez me maten o me metan en prisión", dijo después Lilesa, perteneciente a dicha etnia.
Los Oromos se manifiestan regularmente desde noviembre de 2015 contra un proyecto de apropiación de tierras, abandonado finalmente por las autoridades. Otros grupos, como los Amhara, se unieron a estas protestas, que según las oenegés dejaron decenas de manifestantes muertos en las regiones de Oromía y Amhara, en el sur del país.
Los planes gubernamentales sobre las tierras que rodean la capital para proyectos de desarrollo generaron feroces manifestaciones en noviembre y se extendieron por meses, en los peores disturbios que enfrentó el país en más de una década.
Etiopía, una de las naciones más pobres del mundo durante mucho tiempo, se ha industrializado rápidamente en la década pasada. Sin embargo, la reasignación de tierras es un tema espinoso para sus ciudadanos, muchos de los cuales viven de la agricultura.
Las autoridades abandonaron los planes en enero, pero las protestas resurgieron este mes debido a que manifestantes opositores continúan detenidos. Grupos de derechos humanos dicen que cientos de personas han muerto. El Gobierno cuestiona las cifras y afirma que las protestas ilegales de "fuerzas contra la paz" han sido controladas.