El tráfico en Twitter del grupo armado Estado Islámico ha caído un 45% en los últimos dos años, según el gobierno de Estados Unidos.
Washington y sus aliados han hecho frente a los mensajes que glorifican la yihad con una oleada de imágenes y mensajes virtuales sobre el sufrimiento y la esclavitud que inflige la organización extremista.
En una de las imágenes se ve un oso de peluche con mensajes en árabe que indican que el grupo Estado Islámico "masacra la infancia", "mata la inocencia", "azota la pureza" o "humilla a los niños". En otra, la mano de un hombre cubre la boca de una mujer y un mensaje dice que el grupo "priva a la mujer de su voz". Otra imagen muestra a una mujer con un niqab negro y lágrimas de sangre que caen de un ojo magullado, con la frase: "Mujeres bajo ISIS. Esclavizadas. Maltratadas. Golpeadas. Humilladas. Azotadas".
Las autoridades estadounidenses indican al descenso en el tráfico de Twitter como un indicio de progresos para eliminar la propaganda a la que acusan de inspirar atentados en todo el mundo.
Cuando Estados Unidos formó una coalición internacional en septiembre de 2014 para combatir al Estado Islámico, el gobierno de Obama presentó varios objetivos: acciones militares y cortar el flujo financiero y de combatientes extranjeros, combatir la ideología extremista del grupo y acabar con la creciente popularidad de los milicianos en el mundo árabe y otros lugares.
En un principio, el esfuerzo para hacer frente a sus mensajes encontró dificultades. Buena parte del contenido contra el grupo que se difundía en internet estaba en inglés, lo que limitaba su eficacia. En ese momento, los medios sociales empezaban a adoptar nuevas estrategias tecnológicas para el desafío de deshabilitar cuentas que reclutaban y radicalizaban a miembros potenciales del grupo armado.
Las autoridades estadounidenses creen que estos obstáculos se han superado. Los memes e imágenes que muestran el trato del grupo a mujeres, niños y otros colectivos se difunden casi por completo en árabe. Mientras que antes el gobierno difundía directamente la información, ahora se extiende a través de gobiernos, líderes religiosos, escuelas y jóvenes líderes o grupo activistas musulmanes con credibilidad en las comunidades locales. Los datos relejan un descenso en la proliferación de la propaganda del grupo.
"Negamos al grupo ISIL la capacidad de operar sin oposición en internet, y vemos que su presencia en medios sociales desciende", dijo Michael Lumpkin, responsable de Global Engagement Center, que coordina la estrategia estadounidense para combatir mensajes contra los extremistas. Empleando un acrónimo alternativo para el grupo radical, informó que "el público anti ISIL se expresa cada vez más en medios sociales. Esto sólo debilita la capacidad de ISIL para reclutar, un objetivo clave de nuestros esfuerzos de difusión".
Datos a los que tuvo acceso The Associated Press muestran una proporción de 6-1 en el contenido contra el grupo Estado Islámico en comparación con el contenido favorable, una mejora respecto al año pasado. Ahora, cuando se descubren cuentas favorables a la milicia, tienen unos 300 seguidores. En 2014, esas cuentas acumulaban unos 1.500 seguidores cada una, según los datos.
Los esfuerzos del gobierno estadounidense en medios sociales se han centrado en Twitter. La plataforma era la más utilizada por el grupo Estado Islámico para alcanzar a muchos partidarios y agresores potenciales, aunque también se han empleado YouTube y Facebook.
Cuando el grupo armado surgió en 2013 como una escisión de Al Qaeda y empezó a capturar ciudades y amplias extensiones de territorio en Siria e Irak, cuentas partidarias de la milicia empezaron a lanzar decenas de miles de tuits al día, abriendo con rapidez nuevas cuentas según se iban suspendiendo las otras.
El intenso uso de medios sociales del grupo no tardó en diferenciarlo de Al Qaeda y otros grupos yihadistas anteriores. Fuerzas antiterroristas y de seguridad han atribuido a la presencia digital del Estado Islámico la inspiración de atentados mortales en Europa y Estados Unidos. En algunos casos, los autores de los ataques no habían tenido contacto físico con ningún líder o combatiente en Oriente Medio, como ocurrió con los agresores que mataron a 14 personas el pasado diciembre en San Bernardino, California.
Los mensajes de EEUU intentan socavar muchas de las afirmaciones más habituales del grupo extremista. Por ejemplo, la supuesta invencibilidad de sus tropas en el campo de batalla o que su califato es bueno para los musulmanes. Los aliados de Estados Unidos han inundado los medios sociales con mensajes que destacan las derrotas en las que el Estado Islámico pierde territorio y su incapacidad para gobernar de forma eficaz o proporcionar servicios básicos en las zonas que controla.
Aunque el gobierno de Estados Unidos no tiene un acuerdo formal con Twitter, su campaña de información ha coincidido con nuevas estrategias de la compañía para identificar y eliminar tuits que apoyan el terrorismo. Hasta hace poco, la pornografía infantil era el único contenido que se identificaba de forma automática para su revisión individual en medios sociales. Ahora también se incluyen mensajes a favor del terrorismo, y Twitter anunció este año que emplearía una tecnología para hacer frente también al spam.
Desde mediados de 2015, la compañía ha suspendido más de 125.000 cuentas de esta clase.
Las autoridades admiten que la estrategia centrada en Twitter podría estar desviando parte del contenido del grupo a plataformas protegidas de mensajería como WhatsApp y Telegram, pero ese cambio implica que su propaganda llega a una audiencia mucho menor. En estas redes, corresponde a las agencias de inteligencia y seguridad rastrear cualquier pista sobre futura actividad terrorista.
El Global Engagement Center se creó en mayo para sustituir a un organismo anterior del Departamento de Estado para combatir los mensajes del Estado Islámico, el criticado Center for Strategic Counterterrorism Communications. Además de cambiar a contenido en árabe y comunicadores intermedios, la nueva formación coordina la campaña en internet con esfuerzos militares y de inteligencia y emplea análisis de datos del sector público y privado para analizar la estrategia en internet del grupo Estado Islámico y las medidas que mejor funcionan en su contra.