Tras cumplir sus respectivas sanciones, las autoridades liberaron esta semana a dos de los manifestantes en las protestas del 11 de julio de 2021 en Cuba.
Uno de ellos fue el activista camagüeyano Bárbaro de Céspedes Hernández, conocido como “El Patriota”, quien salió este martes de prisión tras cumplir una sanción conjunta de 2 años y medio de privación de libertad.
De Céspedes fue juzgado tres veces entre 2021 y 2022. Recibió una sanción de dos años y seis meses de cárcel por cuatro delitos: instigación a delinquir, atentado, desobediencia y desacato.
El 11 de julio de 2021, luego de que trascendiera la noticia de que residentes de San Antonio de los Baños estaban pidiendo libertad en las calles, De Céspedes transmitió un mensaje en sus redes sociales en el que proclamaba que había llegado el momento de protestar pacífica y públicamente.
“Yo soy un ciudadano cubano que soy un martiano anticomunista. Llevo ya tiempo en la oposición. Cuando terminé la directa en la cual exhortaba al pueblo de Camagüey y al pueblo de Cuba a unirse a los otros manifestantes que ya estaban en las calles, ya yo tenía un cerco policial. Me detuvieron y me llevaron para la Seguridad del Estado, y luego a prisión preventiva en la cárcel Cerámica Roja”, relató a Martí Noticias, el opositor pocas horas después de salir en libertad.
El 26 de agosto, las autoridades cambiaron la medida cautelar a De Céspedes por prisión domiciliar mientras esperaba el juicio por instigación a delinquir, pero días más tarde, el 8 de septiembre, tuvo otro encontronazo con agentes de la policía que intentaban decomisarle los productos a un vendedor ambulante. Por este incidente lo acusaron del delito de desobediencia.
“Me soltaron nuevamente, bajo fianza, pendiente a ese juicio también. El 10 de octubre, hice todo lo posible por salir a manifestarme, pero ya la Seguridad del Estado me estaba vigilando y me volvieron a detener bajo los cargos de atentado y desacato, delitos que yo jamás cometí”, aseguró.
El Tribunal Municipal de Camagüey celebró el mismo día de noviembre dos juicios por las dos primeras causas y el 17 de abril de 2022 el juicio por atentado y desacato, en el que le impusieron una sanción conjunta de dos años y medio de cárcel.
El activista permaneción en prisión durante dos años y cuatro meses pero esto, según dice, no lo amilanó, aunque no olvida las largas noches adolorido y sin medicamentos en la cárcel, tampoco las huelgas de hambre a las que recurrió para reclamar sus derechos.
“Yo lancé un mensaje al comunismo: ‘nuevamente en las calles’. Creo que eso más que una advertencia es una alerta. El Patriota de Camagüey jamás renunciará a sus principios, jamás se hincará de rodillas y nunca podrán doblegarlo. Voy a seguir luchando por la libertad de mi pueblo, por el bienestar de mi gente y porque Cuba sea realmente libre”, dijo.
El pasado 19 de febrero las autoridades también liberaron a Luis Mario Niedas Hernández, un joven ingeniero informático que cumplía su sanción en el correccional Tarea Confianza.
Niedas estuvo preso dos años y siete meses por participar en las protestas del 11 de julio en Sancti Spíritus. Fue enjuiciado por el delito de desacato el 8 de octubre de 2021.
Según las conclusiones provisionales de la Fiscalía, el joven generó “desconcierto, caos y desasosiego social difundiendo videos y gritando palabras ofensivas y de irrespeto hacia diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) y miembros del Consejo de Ministros en la manifestación.
Niedas ya se había buscado la ojeriza de la policía política, cuando hizo públicas sus críticas al régimen de La Habana en noviembre de 2020, tras la protesta de cientos de artistas, activistas e intelectuales en las afueras del Ministerio de Cultura.
“Aquí estoy, ustedes saben, con la experiencia adquirida, con las habilidades adquiridas, nuevas, y con muchas ganas, muchas ganas. Porque sí sigo queriendo una Patria, sí sigo queriendo justicia, sí sigo queriendo libertad”, dijo en una directa en Facebook, tras ser puesto en libertad.
Las autoridades cubanas afirman que las protestas fueron un intento contra el orden constitucional socialista, respaldado por Estados Unidos para derrocar al gobierno.