A continuación, un editorial que refleja la opinión del gobierno de Estados Unidos:
El segundo de los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas es crear un mundo libre de hambre para 2030. Alcanzar este objetivo no solo es necesario, sino también alcanzable, según el secretario general de la ONU, António Guterres. Sin embargo, el camino hacia el hambre cero es incierto y estrecho.
A pesar de años de mejora gradual, la crisis del hambre se ha intensificado desde 2015. Para 2023, unos 733 millones de personas padecían hambre crónica, según la ONU.
En su papel de representante de los Estados Unidos ante la ONU, la embajadora Linda Thomas-Greenfield ha hecho de la acción global para combatir la inseguridad alimentaria una de sus prioridades clave.
"Todo ser humano, en todas partes, tiene derecho a la alimentación. Esto se refleja en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales", dijo.
Al afirmar que para Estados Unidos eliminar el hambre es una cuestión moral, así como una cuestión de seguridad económica y nacional, señaló que desde el primer día la administración Biden-Harris ha estado decidida a marcar la diferencia.
"En los últimos cuatro años, hemos invertido más de 20.000 millones de dólares para luchar contra el hambre en todo el mundo. Y este mes, mientras estaba en Angola, el presidente Biden anunció que Estados Unidos está proporcionando más de 1.000 millones de dólares en asistencia humanitaria adicional para abordar la inseguridad alimentaria y otras necesidades urgentes de los refugiados en 31 países africanos", precisó.
Al mismo tiempo, Estados Unidos hizo de la inseguridad alimentaria un tema central de sus cuatro presidencias del Consejo de Seguridad, dijo la embajadora Thomas-Greenfield.
"Reunimos a una coalición de casi 100 países para condenar el uso de alimentos como arma de guerra. Ayudamos a generar nuevos compromisos de más de 100 países para ampliar la capacidad agrícola y responder a las crisis de hambruna a través de un Llamado a la Acción de la Hoja de Ruta para la Seguridad Alimentaria Mundial", señaló la embajadora de Estados Unidos ante la ONU.
"Y encabezamos”, dijo, “los esfuerzos para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, movilizando más de 150.000 millones de dólares en fondos estadounidenses para combatir la pobreza, el hambre y las enfermedades en todo el mundo".
"Claramente, todavía no hemos puesto fin a la violencia del hambre, y al hambre causada por la violencia", dijo la embajadora Thomas-Greenfield.
"Sigo teniendo esperanzas porque una nueva generación de líderes vendrá después de mí, una generación que tiene la determinación, las herramientas, viejas y nuevas, para acabar con el hambre y los conflictos", añadió.
Al concluir su mensaje, dijo: “No tengo ninguna duda de que continuarán impulsando este trabajo crítico, a medida que movemos cielo y tierra para lograr el hambre cero".