Los primeros 27 migrantes que esperaban en Matamoros, Tamaulipas, su proceso de asilo en Estados Unidos cruzaron este jueves hacia territorio estadounidense, como parte el cierre del programa "Quédate en México", informó el diario La Prensa de México.
Los extranjeros en Matamoros, en su mayoría cubanos y centroamericanos, tienen casos activos de asilo político en EEUU, pero bajo el Programa de Protección a Migrantes (MPP) establecido hace dos años, se vieron obligados a crear un asentamiento informal en Matamoros y otras localidades a lo largo de la frontera mexico-estadounidense.
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En un comunicado la Agencia para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR) informó que esta respuesta de las agencias del organismo internacional y la Cruz Roja, se da a petición de los gobiernos de Estados Unidos y de México para que las 25,000 personas estimadas que presentaron casos de asilo en EEUU antes del 20 de enero, pero que fueron retornadas a México bajo la política conocida como MPP, puedan esperar la resolución de sus solicitudes en territorio estadounidense.
“Estamos apoyando al gobierno de EEUU que ha puesto fin al programa MPP, conocido como Quédate en México, y entre su prioridad está el campamento de Matamoros. El registro marcha gradualmente, son muchos migrantes y estamos corroborando la información para que sean las autoridades estadounidenses quienes vayan determinando quién ingresa,” dijo a Radio/TV Martí Silvia Garduño, enviada de la ACNUR a Matamoros, que no precisó el momento exacto que entrará a EEUU el primer migrante.
Onelia Alonso, cubana que lleva casi tres años de travesía irregular desde que salió desde Trinidad y Tobago, integra el primer grupo que estaba siendo procesado para ingresar a EEUU.
En horas de la mañana de este jueves Alonso, que militó en Cuba en el opositor Frente Antitotalitario Unido y que recibió el estatus de refugiada de Naciones Unidas en Trinidad y Tobago, fue sometida a la prueba para detectar COVID-19, según un breve audiovisual que aparece en su cuenta en Facebook.
Se desconoce si su hermano Carlos Hernández, que ostenta las mismas credenciales, es parte de esta avanzada de migrantes.
“Hay muy buen ánimo y mucha expectativa en el campamento, solidaridad y compañerismo. Saben que todos no pueden pasar al mismo tiempo. Ha sido un reto para familias enteras que han permanecido bajo condiciones de frío, calor, falta de alimentos e inseguridad. Que llegue este momento es esperanzador para todos ellos”, manifestó la representante de ACNUR.
Según esa agencia de la ONU, 750 migrantes conviven en el campamento de Matamoros, bautizado como la Ciudad Migrante, junto al Río Bravo, frontera con Brownsville, en el estado de Texas.
Una ciudad de llega y pon, de pequeñas tiendas de campaña multicolores, chozas construidas con trozos de madera y zinc, en fin, una villa miseria levantada de la nada con lo menos efectivo para guarecer al humano de las gélidas temperaturas y los torrenciales aguaceros que asolan la región.
“Hay muchas personas de Honduras, el Salvador, de Cuba incluso de México. Hay mucho compañerismo, la gente está alegre", dijo.
En declaraciones recientes a la agencia EFE, la coordinadora de la Casa Blanca para la frontera sur, Roberta Jacobson, dijo que Estados Unidos procesará de forma "prioritaria" a los migrantes varados en el campamento de Matamoros para que se "cierre" cuanto antes.
Además de ACNUR, participan en la coordinación del proceso, la Organización Internacional para las Migraciones, (OIM), y el Fondo para la Infancia de Naciones Unidas, (UNICEF), además del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).