Trabajadores del Laboratorio Farmacéutico de Oriente (LFO), -que produce el popular analgésico duralgina, también llamado dipirona, y otros remedios naturales-, han acusado formalmente de "difamación" a José Orestes Fernández Batista, director de la empresa ubicada en Santiago de Cuba.
El funcionario, cuyo laboratorio pertenece al Grupo Empresarial BioCubaFarma, habría arremetido contra unos 60 trabajadores durante una reunión en febrero pasado, al responsabilizarlos por el faltante de medicamentos y tildarlos de "ladrones" y "contrarrevolucionarios".
Your browser doesn’t support HTML5
“La farmacia hace una reclamación (por pomos y cajas de dipironas incompletas). El director se persona en la entidad de tabletas (...) hace un matutino y arremete contra los trabajadores, injuriándolos y diciendo que son unos ladrones, contrarrevolucionarios, cosas que él acostumbra a hacer con los trabajadores”, dijo al Programa Cuba al Día el activista de Candidatos por el Cambio, Marcos Díaz.
El 14 de marzo, -explicó-, cuatro empleados que participaron en la reunión se presentaron en la policía para hacer la denuncia formal.
Testigos dijeron al opositor que el funcionario se presentó a la policía.
“Los trabajadores están realmente indignados, están cansados de que el señor director los llame de esa manera y los trate como esclavos”, dijo Díaz.
El delito de difamación y calumnia están tipificados en el Código Penal cubano en su artículo 318.
"El que, ante terceras personas, impute a otro una conducta, un hecho o una característica, contrarios al honor, que puedan dañar su reputación social, rebajarlo en la opinión pública o exponerlo a perder la confianza requerida para el desempeño de su cargo, profesión o función social, es sancionado con privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas o ambas", explica el Código Penal cubano.
Consultado acerca de si el funcionario ha tomado represalias contra los trabajadores, Díaz expresó: "De momento no ha hecho nada. Cuando salió de la policía hizo una reunión de nuevo ahí en la fábrica de tabletas. El está pidiendo clemencia".
Anamú vs. dipirona: una pastilla, por favor
Así tituló Juventud Rebelde un artículo publicado el pasado sábado y fechado en Santiago de Cuba. El texto alude a la Empresa Laboratorios de Oriente (LFO) y parece un esfuerzo por resaltar "el quehacer del consagrado colectivo".
Responde al parecer a quejas por la "escasa disponibilidad" de productos naturales como las tabletas de Anamú, usadas como inmunoestimulante celular y producidas en estos laboratorios.
El reportaje busca explicar que la prioridad es la producción de medicamentos genéricos de alta demanda en el país como la dipirona o duralgina, que no alcanza a cubrir la demanda nacional.
El texto no menciona los robos o el desvío de medicamentos que ha abordado en otros momentos la prensa cubana, al tratar de justificar la crisis de fármacos en la isla.
El director de estos laboratorios, ahora acusado por los empleados por "difamación", no fue entrevistado para este artículo publicado por Juventud Rebelde.
"Como buenos creadores, el colectivo del LFO pone empeño y voluntad a las adversidades y buscan alternativas en aras de conseguir que los frutos de su actividad innovadora lleguen a manos de las personas a las que puedan resultarles útiles", expone el artículo.
(Basado en el Programa Cuba Al Día)