La salud del preso político, Andy García Lorenzo continúa deteriorándose, al punto de que tuvo que ser traslado al hospital, casi desmayado, denunció su hermana, Roxana García Lorenzo, en un video publicado en Facebook.
El joven estaba comiendo hace unos días y comenzó a sentirse mal. Acto seguido presentó vómitos y diarrea, más de 6 veces continuas en menos de media hora, detalló su hermana con gran preocupación.
El preso político tuvo que ser llevado en ambulancia al hospital debido a su grave situación, sin embargo, las autoridades del penal tardadaron más de 6 horas para concretar el traslado. "Lo motaron en la ambulacia los mismos reclusos. Nadie (los guardias) lo ayudó, y ahora los reclusos están en riesgo de que los manden a otro campamento", denunció la joven.
"Se le viró la boca, la lengua se le viró para atrás, estaba sin fuerzas para levantarse", contó el joven a su hermana. Le dijo, además, que por un momento "sentía que se iba a morir" de lo mal que estaba.
Roxana criticó que el régimen cubano no avisó a la familia sobre la enfermedad del reo, ni de que fue trasladado al hospital. Además, condenó que el régimen no permitió que los familiares le lleven medicamentos ni comida.
Debido a su enfermedad, el joven debe consumir unos medicamentos, a los cuales no tiene acceso, y una dieta en específico que el penal no propociona, y como consecuencia, Andy lleva dos días sin comer.
"No puede comer embutidos ni pan", dijo la hermana del preso político, y añadió que "ni sales de hidratacion tiene, se tomó la última".
A pesar de las amenazas del régimen cubano y los procesos en contra de algunos familiares de Andy, solamente por protestar y exigir la liberación del joven, García Lorenzo dijo que no iba a dejar de levantar la voz por su hermano, ni de exigir la atención necesaria que requiere su estado.
"Lo que han hecho con él (tendrá) un costo político, no nos vamos a callar", denunció.
En este momento, el manifestante del 11J se encuentra aislado en la enfermería, confirmó su hermana.
García Lorenzo, de 24 años, fue condenado a cuatro años de prisión el pasado 10 de enero, junto a otros 15 manifestantes que salieron el 11 de julio de 2021 a las calles en Santa Clara, Villa Clara, y otras partes del país. Tras una modificación de sentencia, fue enviado a finales de julio pasado al campamento de trabajo correccional El Yabú, en esa provincia.