Las activistas cubanas Camila Lobón, Katherine Bisquet y Carolina Barrero viven desde hace más de 65 días bajo un férreo control policial y la amenaza de la Seguridad del Estado, una presión constante que han catalogado como una forma de tortura y un abuso.
"Nos negamos a seguir tolerando que la presión meticulosa de la Contrainteligencia nos torture. Ellos no ven tortura ni abuso en lo que hacen, pero nosotras la estamos padeciendo a cada minuto", denunció la artista Camila Ramírez Lobón, en una publicación en Facebook.
La joven graduada en el Instituto Superior de Arte en 2019 denunció "el ilegal encierro al que por 65 días nos han confinado" y detalló el amplio operativo para vigilarlas e impedirles cualquier movimiento, un despliegue de fuerzas que incluye dos patrullas policiales, una moto y un carro de la Seguridad del Estado custodiando la entrada a la casa.
La artista de 26 años, nacida en Camagüey, explicó que la policía política les ha creado una crisis con el casero que les alquilaba el apartamento a ella y a la poetisa Bisquet, tras haber recibido la visita de la curadora de Arte Carolina Barrero, por lo que han tenido que abandonar la vivienda "en plena tormenta y con el operativo policial en los bajos del edificio".
Lobón denunció además el chantaje sobre el proceso de Hamlet Lavastida, artista reconocido por Amnistía Internacional como preso de conciencia luego que fuera encarcelado desde el 26 de junio en el centro de detención de Villa Marista, donde está acusado de “instigación a delinquir”, supuestamente por proponer, en una conversación de mensajería privada, una representación artística (performance) que nunca llegó a materializarse.
"Hace unos minutos la SE nos llamó para proponernos hablar vía telefónica con Hamlet. Suponemos le han comentado esta absurda situación que ellos mismos han creado y pretenden usarlo para presionarnos psicológicamente como ya han hecho con anterioridad", escribió Lobón.
Las tres mujeres son miembros del colectivo de artistas 27N y han denunciado insistentemente las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen cubano.
Amnistía Internacional señaló recientemente que la vigilancia física es otra táctica que emplean las autoridades cubanas para ejercer un control férreo sobre el movimiento de activistas y el periodismo independiente.
"Implica la presencia permanente de agentes de seguridad en el exterior del domicilio de una persona, que la amenazan con detenerla si sale de él, lo que puede constituir arresto domiciliario", indica un informe de la prestigiosa organización.